La ciencia logra avances contra el cáncer de próstata y de otros tipos

En estudios, un refuerzo inmunitario combate los tumores de próstata y el uso de mejores fármacos gana terreno al cáncer de cerebro y al de páncreas
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DOMINGO, 19 de abril (HealthDay News/Dr. Tango) -- Mediante el uso de técnicas vanguardistas, una variedad de estudios humanos, de animales y laboratorio sugieren formas novedosas de combatir el cáncer.

Los cánceres de cerebro, próstata y páncreas son algunos de los objetivos específicos de las nuevas investigaciones descritas el domingo en la reunión anual de la American Association for Cancer Research en Denver.

"Esta es una época extremadamente emocionante en la investigación del cáncer", observó el Dr. David Carbone, director del centro de oncología torácica del Centro Oncológico Vanderbilt-Ingram en Nashville. "Incluso en los tipos de cáncer que han sido tradicionalmente resistentes a la terapia, estamos observando indicios de respuestas y beneficios clínicos sorprendentes para los pacientes".

Carbone, que es un superviviente del cáncer, no colaboró en ninguna de las investigaciones presentadas en Denver.

Uno de los estudios consistió en un ensayo clínico sobre una nueva terapia para el cáncer de próstata. El autor principal del estudio, el Dr. Richard Junghans, describió el esfuerzo de su equipo como un intento "de encontrar una cura para los pacientes que morirán ultimadamente debido a la ineficacia de las terapias estándar".

"El cáncer de próstata acaba con la vida de casi 3,000 [hombres] al mes", observó Junghans, profesor asociado del departamento de cirugía y medicina en la Facultad de medicina de la Universidad de Boston, y jefe de la división de investigación quirúrgica del Centro Médico Roger Williams en Providence, Rhode Island. "La quimioterapia no funciona, y el tratamiento hormonal puede mantener la próstata bajo control durante uno o dos años, quizá tres. Pero aparte de eso, es muy poco lo que se puede hacer. Por tanto, casi todos los pacientes cuyo cáncer se ha propagado a los huesos morirán, y este puede ser un final bastante terrible".

"Así pues, tomamos una nueva dirección radical con el objetivo de desarrollar una terapia que no fuera un compuesto químico ni un medicamento inactivo ni una hormona", explicó. "Prácticamente es un organismo vivo. Se trata más bien de las propias células T del paciente, los glóbulos blancos del cuerpo humano, que fueron modificadas y manipuladas para que atacaran el cáncer".

Junghans dijo que los primeros dos pacientes que recibieron una sola infusión del nuevo tratamiento experimentaron una reducción de 50 a 75 por ciento en su nivel en sangre del antígeno prostático específico (APE), una medida de la actividad del cáncer de próstata, en los dos meses siguientes.

"Así que estoy muy emocionado, porque este logro se consiguió con la terapia de menor dosis, por lo que ahora hemos planeado probarla a un nivel diez veces mayor", destacó. Junghans destacó que tanto él como su equipo esperan "alcanzar una reducción del 100 por ciento (del APE)".

Otro de los cuatro estudios incluyó un trabajo dirigido por Florence Hofman, profesora de patología de la Facultad de medicina Keck de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Su equipo atacó el cáncer cerebral con un inhibidor llamado "dimetil-celecoxib".

Es posible que el celecoxib suene conocido. Es el nombre más específico para el inhibidor de la cox-2, Celebrex, que se utiliza como analgésico y anticancerígeno, pero que también tiene algunos efectos secundarios cardiovasculares. El nuevo medicamento "es similar a la cox-2, pero no exactamente lo mismo", apuntó Hofman. "Es como la llave de una cerradura. Sólo cambia uno de los pequeños dientes de la llave, una molécula por ejemplo, y hace una tarea pero no la otra, aunque parezcan ser la misma cosa. Y así aprovechamos la gran ventaja de evitar algunos de los efectos secundarios más peligrosos y conocidos".

La terapia parece inhibir el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos como parte de su potente efecto antitumoral, dijo Hofman. Específicamente, en estudios de animales, este agente similar a la cox-2 consiguió una reducción de 35 a 45 por ciento en la densidad de los vasos sanguíneos sin desarrollar efectos secundarios potencialmente dañinos a largo plazo.

Hofman y sus colegas destacaron que aunque su enfoque actual es el cáncer cerebral, esta terapia podría tener aplicaciones para otros tipos de cáncer, incluido el de mama.

Sin embargo, "éste no es un medicamento maravilla", advirtió Hofman. "No cura el cáncer. Pero el enfoque que hemos tomado y evaluado en laboratorio con modelos de roedores promete mucho para las terapias futuras de tumores cerebrales".

Otro estudio dirigido por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, analizó la inhibición del cáncer pancreático a nivel celular con una combinación de dos agentes: un inhibidor de la histona deacetilasa llamado LBH589 y un inhibidor de a mTOR llamado rapamicina.

Cuando se usaron de forma conjunta, ambos medicamentos parecían tener un mayor efecto anticáncerigeno que cuando se usaban por separado, destacó el equipo. Aunque el tratamiento con rapamicina sólo produjo una tasa de muerte celular del tumor de alrededor de 10 por ciento, la combinación de ambos medicamentos dio lugar a una tasa de muerte de 60 a 70 por ciento. Cualquier mejora en los resultados es bienvenida para los pacientes que luchan contra el cáncer de páncreas, una enfermedad maligna que, debido a que a menudo se detecta muy tarde, tiene una muy alta tasa de mortalidad.

El cuarto estudio fue realizado por Genentech, una compañía de biotecnología. Los investigadores perfeccionaron proteínas específicas generadas por un actor clave en el desarrollo del cáncer, conocido como el oncogén "ras".

En trabajos de laboratorio, los autores del estudio encontraron pruebas de que la neutralización de las vías por las que estas proteínas envían señales y estimulan el crecimiento tumoral, producía una muerte celular tumoral "significativa".

En en la investigación "aún nos queda mucho camino por recorrer", apuntó Carbone de Vanderbilt. "Pero estos avances son algo más que sólo esperanza. He ejercido la medicina durante 18 años, y puedo decir que en estos momentos estamos creando una nueva realidad, a medida que aprendemos más sobre el cáncer. Todo esto se traduce en que personas reales experimentan respuestas reales y mejoras reales en su calidad de vida mientras combaten el cáncer. Y eso es lo que emociona tanto".

Más información

Más información sobre los esfuerzos para combatir el cáncer en la American Association for Cancer Research.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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