La soya muestra una ligera reducción en el riesgo de cáncer de mama

Sin embargo, un estudio asegura que la relación no es lo suficientemente sólida para sugerir que las mujeres tomen suplementos.

MIÉRCOLES 5 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Consumir soya puede estar relacionado con una ligera reducción en el riesgo de cáncer de mama, aunque la reducción no es lo suficientemente contundente o clara como para sugerir que las mujeres deban tomar suplementos de soya.

"Cuando reunimos todos los datos, obtuvimos la evidencia de un ligero efecto protector, pero hay varias razones para ser un poco cautelosos en cuanto a la precisión de ese efecto", aseguró Bruce Trock, autor del estudio y profesor asociado de urología de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins.

"El punto es que no sabemos si ayuda, perjudica o no hace nada en absoluto", agregó el Dr. Jay Brooks, presidente de hematología y oncología de la Ochsner Clinic Foundation de Baton Rouge, Luisiana. Brooks no participó en el estudio, que aparece en la edición del 5 de abril del Journal of the National Cancer Institute.

Las mujeres asiáticas tienen índices menores de cáncer de mama (39 por cada 100,000) en comparación con las occidentales (133 por cada 100,000) y cuando emigran a los EE.UU., sus índices de cáncer tienden a aumentar. Esto sugiere que un factor ambiental, quizá relacionado con la dieta, tiene algo que ver.

La atención se ha centrado sobre los productos de soya (que se consumen más en Asia) porque contienen altas cantidades de isoflavonas, moléculas que afectan las vías que podrían modificar el riesgo de cáncer de mama. De hecho, cada vez más mujeres están tomando suplementos con altas dosis de soya o isoflavona por los beneficios percibidos, como reducir el colesterol LDL (el "malo").

Sin embargo, sigue haciendo falta evidencia sólida.

El artículo fue un meta-análisis de 18 estudios epidemiológicos que observaron la exposición a la soya y el riesgo de cáncer de mama, los cuales fueron publicados entre 1978 y 2004.

Cuando se reunió la información, los investigadores hallaron una reducción relativa del 14 por ciento en el riesgo de cáncer de mama entre las mujeres que tuvieron una ingesta alta de soya. La relación fue ligeramente superior en las mujeres premenopáusicas.

Pero los estudios incluidos en el meta-análisis tenían varias deficiencias, según los expertos.

Por un lado, los estudios obtuvieron sus cálculos sobre la ingesta de cuestionarios que las mujeres mismas llenaron. "Estos cuestionarios no lo incluyen todo", advirtió Trock. La soya es particularmente problemática porque los productos difieren tanto y porque la soya también se añade a varios otros alimentos (como el café instantáneo y los productos horneados). "La ingesta reportada no es un buen estimado de la ingesta real", sostuvo Trock.

Trock y sus colegas tampoco vieron una respuesta a la dosis. "Si algo de nuestra dieta influye sobre nuestro riesgo de cáncer, habría una respuesta a la dosis, lo que significa que entre más, mejor, al menos hasta cierto punto, y no observamos eso", aseguró. De hecho, las mujeres occidentales parecieron tener al menos tanta protección como las asiáticas, a pesar de los bajos niveles de ingesta.

También es posible que la soya consumida antes en la vida pudiera ser sumamente importante. Los artículos incluidos en este meta-análisis sólo midieron la ingesta de soya posteriormente en la vida.

Los estudios basados en medidas más precisas podrían ayudar a aclarar el panorama, pero son costosos y toman tiempo, añadió Trock.

Entretanto, dijo Trock, "las mujeres probablemente no deberían estar tomando estos suplementos de dosis altas". Un estudio mostró que suministrar soya más refinada a las ratas en realidad contribuyó al desarrollo de tumores.

Por otro lado, muchos alimentos de soya tienen beneficios conocidos para la salud. "Si las mujeres quieren inclinarse por la idea de que puede ser protector, deben consumir alimentos de soya, como leche, nueces y tofu", recomendó Trock.

En general, estos hallazgos no son una sorpresa. "Teniendo en cuenta la interacción de situaciones y factores que tienen que ver con el desarrollo del cáncer, no debería sorprendernos que un alimento no nos dé una señal clara", aseguró Trock. "No deberíamos esperar que sea sencillo".

Este estudio es apenas uno de muchos en ver la luz que intentan aclarar la función de distintos suplementos o vitaminas en la génesis del cáncer. Otro estudio en la misma edición de la publicación halló que los bajos niveles de vitamina D podrían estar relacionados con una mayor incidencia de cáncer en general y de mortalidad en los hombres.

Esto contradice estudios anteriores que indicaron que la exposición a la luz solar y un aumento en la ingesta de vitamina D podrían reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.

Más información

Para saber más sobre la soya y la salud, diríjase a la U.S. Food and Drug Administration.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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