Tratamiento combinado ayuda a combatir el cáncer de mama en fase inicial

Un equipo británico informa que añadir epirubicina al 'cóctel' estándar de quimioterapia mejora los resultados

JUEVES 2 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Para las mujeres con cáncer de mama en fase inicial, añadir un medicamento antraciclino llamado epirubicina al "cóctel" estándar de quimioterapia es mejor que usar el cóctel solo, informan investigadores británicos.

Según el informe que aparece en la edición del 2 de noviembre del New England Journal of Medicine, un análisis de dos ensayos muestra que la adición de epirubicina ofrece una reducción de 30 por ciento en el riesgo de recaída y muerte, aseguró el investigador principal, el Dr. Christopher J. Poole, profesor superior Macmillan de oncología médica de la Universidad de Birmingham.

Se espera que el estudio tenga un mayor impacto en Europa y en el resto del mundo, en vista de que la epirubicina es más común en el extranjero que en los Estados Unidos o Canadá, apuntó el Dr. Mark Levine, profesor de epidemiología clínica y bioestadística y oncología en la Universidad McMaster de Hamilton, Ontario.

Len Lichtenfeld, subdirector médico de la American Cancer Society, estuvo de acuerdo con Levine en que es poco probable que los hallazgos cambien las opciones de tratamiento en los Estados Unidos.

Los pacientes de Norteamérica reciben a menudo un "cóctel" de medicamentos estándar, designado como CMF debido a sus tres componentes: ciclofosfamida, metotrexato y fluorouracil.

"Varios regímenes que contienen antraciclina están considerados actualmente como opciones de tratamiento adyuvantes estándar disponibles para mujeres con cáncer de mama primario", explicó Lichtenfeld. Los hallazgos no quieren decir que el régimen usado sea el único o el mejor, agregó.

"Este ensayo aporta a nuestro conocimiento sobre cómo combinar CMF y epirubicina en secuencia", señaló Levine, quien es coautor de un editorial que acompaña el informe.

Por lo que, agregó, "el mensaje final [del estudio] depende del lugar de residencia. Si una persona vive en EE.UU. o Canadá, este ensayo no cambia prácticamente nada". Esto se debe a que los regímenes de quimioterapia más populares usados en estos países incluyen otros medicamentos añadidos al cóctel, y no la epirubicina, destacó.

En su estudio, el grupo británico analizó los datos del National Epirubicin Adjuvant Trial (NEAT, Ensayo nacional sobre epirubicina como adyuvante), que empezó en 1994 así como del ensayo BR9601 que comenzó en 1995.

El objetivo de ambos ensayos era el mismo: determinar la efectividad de un grupo de medicamentos de quimioterapia llamado antraciclinas, al que pertenece la epirubicina, como tratamiento adyuvante para el cáncer de mama en fase inicial.

Poole puso los ensayos en perspectiva.

"Uno de los avances más significativos en el tratamiento del cáncer de mama durante los últimos 25 ó 30 años ha sido el desarrollo de la quimioterapia adyuvante (administrada después de otros tratamientos, como la cirugía) para mujeres en fase inicial de la enfermedad a fin de abordar el riesgo de una propagación metastásica microscópica del tumor", destacó.

Ya para mediados de los años 70, el CMF era reconocido como el "estándar de la industria", señaló Poole. "Y en la década de los 80, el enfoque de la investigación se modificó para mejorar su eficacia al añadir o sustituir nuevos medicamentos".

En el ensayo NEAT, más de 2,000 pacientes fueron asignadas de manera aleatoria al tratamiento CMF más epirubicina o a sólo CMF. En el ensayo BR9601, 374 pacientes fueron asignadas a la epirubicina más un tratamiento CMF modificado o a tan sólo un tratamiento CMF modificado.

El periodo medio de seguimiento fue de 48 meses. A los dos años, la supervivencia libre de recaídas era de 91 por ciento en los grupos combinados de ambos ensayos, frente al 85 por ciento del grupo asignado a sólo CMF. A los cinco años, la supervivencia total era de 82 por ciento para el grupo combinado y de 75 por ciento para el grupo con CMF.

Los efectos secundarios adversos eran más altos en el grupo con el tratamiento combinado, halló Poole. Por ejemplo, más pacientes del grupo del ensayo NEAT que recibió CMF más epirubicina reportaron una pérdida severa del cabello, náuseas, vómitos y estreñimiento.

La epirubicina ha sido asociada con efectos secundarios graves, que incluyen leucemias relacionadas con el tratamiento. El periodo de seguimiento fue demasiado breve para evaluar la incidencia de leucemias secundarias, escribieron los investigadores, y hasta ahora los ensayos han mostrado sólo un caso de leucemia.

De acuerdo con Levine, el nuevo estudio no es el primero en mostrar que los regímenes que contienen epirubicina son mejores que el CMF solo para las pacientes con cáncer de mama inicial, pero ayuda a confirmar los datos anteriores.

Más información

Para saber más sobre la quimioterapia, visite la American Cancer Society.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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