Encuentran metales tóxicos en el vapor de los cigarrillos electrónicos

smoking an e-cigarette
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LUNES, 26 de febrero de 2018 (HealthDay News) -- Si cree que "vapear" es una alternativa segura a fumar, una nueva investigación sugiere que quizá esté inhalando sin darse cuenta unos niveles inseguros de metales tóxicos.

Los científicos señalan que las minúsculas bobinas metálicas que calientan el nitrógeno líquido de los cigarrillos electrónicos podrían contaminar al vapor resultante con plomo, cromo, manganeso y níquel. El hallazgo plantea la posibilidad de que los cigarrillos electrónicos no sean inocuos para los usuarios.

"Analizamos 15 metales en el líquido para los cigarrillos electrónicos del dosificador para rellenar antes de que el líquido se encuentre con el elemento que lo calienta, en el vapor, y en el líquido que queda en el tanque tras vapear", explicó el autor del estudio, Pablo Olmedo, científico asistente en el departamento de salud e ingeniería ambientales de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

"Encontramos que las concentraciones de metales eran en general más altas en el tanque y en el aerosol en comparación con el dosificador para rellenar", apuntó Olmedo. Esto sugiere que la bobina que calienta es la culpable, añadió.

Pero Ana Maria Rule, coautora del estudio, indicó que su equipo también encontró "la presencia de algunos metales en algunos de los líquidos incluso antes de que entraran en contacto con la bobina".

Eso podría significar que "además de la bobina de metal, otros factores podrían tener un rol en la exposición a los metales al usar los cigarrillos electrónicos, como por ejemplo el voltaje utilizado para calentar la bobina", dijo Rule, que también es científica asistente en la Hopkins.

A diferencia de la forma tradicional de fumar, el vapeo funciona al calentar líquidos que contienen nicotina. El líquido pasa a través de una bobina que lo calienta, produciendo un vapor que los defensores afirman que está libre de muchos de los carcinógenos asociados con quemar las hojas de tabaco.

Dado que una encuesta reciente del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU. encontró que uno de cada seis estudiantes de secundaria había vapeado durante el mes anterior, el hallazgo podría tener unas implicaciones amplias de salud pública, advirtieron los investigadores.

En el estudio de la Hopkins, publicado el 21 de febrero en la revista Environmental Health Perspectives, los investigadores reclutaron a 56 personas que usaban cigarrillos electrónicos en el área de Baltimore para ver si el proceso de calentamiento introduce toxinas en lo que se inhala.

Los investigadores utilizaron los cigarrillos electrónicos de los propios vapeadores cuando examinaron el contenido químico del líquido, el vapor y el residuo.

Evaluaron sustancias químicas como el aluminio, el antimonio, el arsénico, el cadmio, el cromo, el cobre, el hierro, el plomo, el manganeso, el níquel, el titanio, el tungsteno, el uranio y el zinc. Las investigaciones anteriores han vinculado la inhalación prolongada de esos metales con daño en los pulmones, el hígado, el corazón y el cerebro. La exposición crónica a esos metales también deprime la función del sistema inmunitario y aumenta el riesgo de ciertos tipos de cáncer, advirtieron los investigadores.

El equipo encontró que el líquido para los cigarrillos electrónicos expuesto a las bobinas de calentamiento producía un vapor que contenía cantidades significativas de cromo, plomo, manganeso, níquel y zinc.

También se encontró arsénico, que es altamente tóxico, tanto en el líquido como en el vapor calentado en un subconjunto de 10 vapeadores, aunque no está claro cómo el metal había llegado al líquido antes de calentarse.

El equipo también anotó que los niveles de metales tóxicos parecían ser más altos en los vapeadores que cambiaban sus bobinas de calentamiento con más frecuencia, lo que sugiere que las bobinas nuevas podrían producir más toxinas que las más viejas.

De cualquier forma, dijo Rule, los vapeadores deben saber que "hasta donde sepamos, todos los cigarrillos electrónicos actuales utilizan una bobina de metal para generar el vapor, así que no vapear es la única forma de evitar o mitigar esta exposición [tóxica]".

En cuanto a si el vapeo es más seguro que fumar o peor, Rule dijo que el equipo "no buscaba comparar los cigarrillos electrónicos con los cigarrillos".

Pero Stanton Glantz, profesor de medicina en el Centro de Control, Investigación y Educación sobre el Tabaco de la Universidad de California, en San Francisco, dijo que es importante comprender que los cigarrillos electrónicos "tienen un perfil toxicológico completamente distinto" que los cigarrillos.

"Entonces, el perfil de riesgo será distinto", comentó Glantz. "La suposición ha sido que al menos los cigarrillos electrónicos no son peores. Pero esto sugiere que tienen algo que no está ni siquiera en los cigarrillos estándares, y por lo que debemos preocuparnos".

Patricia Folan, directora del Centro de Control del Tabaco del Sistema de Salud Northwell en Great Neck, Nueva York, se hizo eco de esa preocupación.

"Si se toma en cuenta la lista de metales, materiales tóxicos y materiales nocivos para los pulmones que se encuentran en los cigarrillos electrónicos, no son productos saludables para el consumo de los adolescentes", enfatizó.

"La pregunta es si de verdad queremos promover y publicitar estos productos y arriesgarnos a dañar la salud de los jóvenes, sin saber sus efectos en la salud y sin regulación", añadió Folan.

Más información

Para más información sobre los cigarrillos electrónicos, visite el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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