La mayoría de errores en la quimioterapia pediátrica afecta a los pacientes

Un estudio encontró que los errores de despacho y administración eran la causa más probable

MARTES 29 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- La gran mayoría de los errores potencialmente nocivos en la quimioterapia para los niños que tienen cáncer sí llega a afectar a estos jóvenes pacientes, según encuentra un estudio reciente. Y son causados con frecuencia por errores en el despacho o administración de los medicamentos que por confusiones en la receta, encontraron los investigadores.

En total, el 85 por ciento de los errores farmacológicos no fueron detectados hasta que el niño recibió el medicamento, según un estudio liderado por la Dra. Marlene Miller, profesora asociada de pediatría de la Escuela de medicina de la Johns Hopkins, en Baltimore. Esos errores no siempre hacen daño al niño, añadieron los autores, pero siempre son preocupantes.

Su análisis de la base de datos de informes voluntarios de errores de United States Pharmacopeia, MEDMARX, también encontró que los errores en las recetas daban cuenta de apenas el 10 por ciento de los casos que ocurrieron en pacientes menores de 18 años entre 1999 y 2004. En vez de ello, la mayoría de los errores se debía a problemas en el despacho por parte del personal de la farmacia o por fallas en la administración por parte de las enfermeras u otros trabajadores de atención de salud.

Se informó acerca de 310 errores de quimioterapia en pacientes pediátricos durante el periodo del estudio, de 69 instituciones distintas. (Hasta 2004, 616 instituciones participaban en el programa de MEDMARX, frente a 56 en 1999). Más de ocho de cada diez de estos incidentes llegaron a afectar al paciente, lo que significa que no se detectaron antes de la administración, y alrededor del 16 por ciento causó la necesidad de aumentar la atención, señaló Miller.

De manera sorprendente, los errores en las recetas dieron cuenta de apenas uno de cada diez casos. La mayoría de los errores (el 48 por ciento) tuvo que ver con errores de administración, seguidos por errores en el despacho (30 por ciento). Los tipos de errores más comúnmente citados fueron en la dosis o la cantidad (23 por ciento), el momento de administración (23 por ciento), seguidos por errores de omisión (es decir, no administrar el medicamento en lo absoluto, con 14 por ciento), y técnica o vía de administración inapropiadas (12 por ciento). De lejos, la mayor causa de errores fue un "déficit de desempeño" (error humano), con 41 por ciento.

La investigación fue publicada en línea el 25 de mayo en la revista Cancer y se espera que aparezca en la edición impresa del 1 de julio.

Generalmente, los niños son más susceptibles a los errores farmacológicos que los adultos, apuntó Miller, porque, a diferencia de los adultos, no hay dosis "usuales" para los niños. La dosificación pediátrica por lo general se basa en el tamaño corporal.

Sin embargo, el problema es aún más pronunciado actualmente para los medicamentos contra el cáncer, debido a que esos medicamentos son muy potentes, y su llamada ventana terapéutica es muy estrecha.

"Puedo administrarle cuatro veces la dosis normal de Motrin y no habrá problema", ejemplificó Miller. "Con la quimioterapia no se puede hacer eso porque los medicamentos tienen una ventana de seguridad muy reducida".

Muchos hospitales usan sistemas computarizados para calcular la dosis apropiada y reducir tales errores, pero, según Miller, esos sistemas con frecuencia no incluyen los agentes quimioterapéuticos, pues las reglas para la dosificación y los protocolos para administrar los medicamentos se revisan de manera constante a medida que aparecen datos de nuevos ensayos clínicos.

"La dosificación [para la quimioterapia] es muy distinta, por lo que los distribuidores no han incluido la lógica para hacerlo", señaló Miller. "Entonces, tenemos muchas intervenciones y herramientas para mejorar la seguridad, pero no aplican para la quimioterapia".

Incluso con esos sistemas de seguridad instalados, puede haber errores.

Por ejemplo, en la Universidad de California en San Francisco se usa un sistema computarizado para calcular la dosis según la estatura y peso del paciente para un protocolo particular y luego para producir pedidos electrónicos, según explicó la Dra. Katherine Matthay, jefa de hematología y oncología pediátricas del Hospital infantil de la UCSF. A continuación, esos pedidos son revisados por una enfermera practicante, un oncólogo y un farmaceuta, revisados nuevamente cuando se prepara el medicamento y revisados una vez más por la enfermera que administrará el medicamento.

"A pesar de todo eso, ocasionalmente hay errores en la oportunidad, por a fallos en el equipo o por error humano, como anota el artículo", reconoció Matthay.

Miller enfatizó que este estudio en realidad no informa de ninguna manera sobre la tasa real de errores en quimioterapia. Para calcularlo, tendría que conocer la cantidad total de dosis de quimioterapia administradas, el cual no posee. Además, MEDMARX es una base de datos voluntaria y algunos errores sin lugar a dudas no se reportan. El hecho de que el 85 por ciento de los informes citados en este estudio alcancen al paciente podría muy bien deberse a que es más probable que los hospitales informen sobre incidentes que llegan a los pacientes que aquellos que se detectan a tiempo, dijo.

Sin embargo, Miller expresó la esperanza de que este estudio podría llevar al desarrollo de lo que llamó "intervenciones dirigidas", sistemas específicos que puedan disminuir las probabilidades de errores farmacológicos.

"Vigilarlo todo, nunca cometer un error, nunca retrasarse, es imposible. Simplemente imposible. Entonces, nuestra lucha es poder introducir algo que disminuya los errores", afirmó. Citó como ejemplos desde el software de PC hasta las mejoras en el trabajo de equipo entre el farmaceuta, la enfermera y el médico, así como la estandarización de los protocolos de administración de un medicamento particular.

Otra experta afirmó que la vigilancia de los errores de quimioterapia es "un asunto importantísimo".

Sarah Scarpace, farmaceuta pediátrica clínica del Hospital infantil de la UCSF, afirmó que, con frecuencia, el personal tiene que batallar contra un nivel adicional de confusión al administrar quimioterapia, el hecho de que los protocolos a veces difieren en la manera como numeran los días. Por ejemplo, un protocolo podría comenzar en el "día 0", mientras que otro comienza en el "día 1", por lo que el personal se puede confundir. El medicamento que el paciente toma el día 1, ¿es realmente el primer día o el segundo?

Scarpace sugiere estandarizar la numeración de los días en los protocolos y usar tecnología de código de barras para asegurar que el medicamento correcto llegue al paciente correcto. "Ciertamente, el código de barras podrían ayudar a asegurar que se tiene el medicamento, el paciente y el momento correctos", dijo.

Y una cosa más. "Todo el mundo debería tomarse un momento para verificar que se trata del [medicamento] correcto", señaló. Ese "momento" es cuando cada persona se asegura de que el medicamento correcto se está administrando en el momento y dosis correctos al paciente correcto, explicó Scarpace.

Miller añadió que los padres también pueden ser importantes para mantener la seguridad. Aconsejó a los padres participar activamente en la atención de sus hijos. "Cuestione cada dosis. Siéntase con autoridad. Sepa qué está ocurriendo. Conozca los medicamentos, las dosis, la programación y las vías de administración, de manera que cuando la enfermera venga a administrar el medicamento, sepa que es el correcto, y pueda ayudar a resolver errores", finalizó.

Más información

Para más información sobre cómo gestionar la quimioterapia, visite el National Cancer Institute.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

Related Stories

No stories found.
logo
Healthday Spanish
spanish.healthday.com