Terapias moleculares luchan contra cánceres de la sangre

Investigación encuentra que Gleevec y talidomida prolongan la vida de muchos pacientes

DOMINGO 4 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Los avances en las terapias moleculares como el Gleevec están aumentando dramáticamente los índices de supervivencia de los pacientes de ciertos cánceres de sangre.

La buena noticia, publicada en la reunión anual de la American Society of Clinical Oncology en Atlanta, aumenta la posibilidad de que los transplantes de médula ósea, que antes eran la única esperanza para estos pacientes, se conviertan en algo del pasado.

"Estas terapias forzarán a los transplantes a adaptarse a los paradigmas cambiantes", aseguró el Dr. Mark H. Kirschbaum, director de desarrollo de nuevos medicamentos para malignidades hematológicas del City of Hope en Duarte, California. "Esta es una gran revolución. Ahora podemos tratar con una pastilla y es duradero".

Estos agentes, como Gleevec (imatinib) y Thalomid (talidomida), también ofrecen la promesa de terapias mucho más efectivas para otros cánceres en el futuro, según la nueva investigación.

En el mayor estudio de seguimiento del Gleevec, que ha sido llamado el medicamento maravilla, datos de cinco años mostraron que la supervivencia general para los pacientes de leucemia mieloide crónica (LMC) fue de 89 por ciento (y de 95 por ciento si sólo se consideraban las muertes relacionadas con la LMC). Al mismo tiempo, el 93 por ciento aún no había progresado de la fase aguda a la fase crónica de la enfermedad.

"Este estudio confirma a Gleevec como terapia de primera línea estándar para los pacientes de LMC", afirmó el Dr. Brian J. Druker, autor del estudio y profesor de medicina de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón en Pórtland.

Gleevec bloquea la actividad de un gen que cumple una función significativa en la enfermedad, lo que revierte el proceso de malignidad.

Los 1,106 participantes de este ensayo, que fue financiado por el fabricante del medicamento, Novartis, fueron elegidos aleatoriamente para que recibieran Gleevec o el tratamiento estándar, interferón más citosina arabinosida. A los pacientes del grupo de interferón se les permitía pasarse al grupo de Gleevec en cualquier momento del ensayo. Tantos se cambiaron que, para el final del estudio, sólo el 3 por ciento permanecía en el grupo de tratamiento estándar. Sólo el 5 por ciento de los participantes tuvo que descontinuar el Gleevec debido a efectos secundarios.

El índice de efectos secundarios y progresión a la fase aguda de la enfermedad continuó declinando mientras más tiempo permanecía el paciente con el medicamento.

De los 553 pacientes asignados originalmente al Gleevec, entre 96 y 98 por ciento vieron cómo su conteo sanguíneo regresaba a la normalidad. Al año, el 69 por ciento experimentó una corrección de la mutación genética. Para el final de los cinco años, esa cifra había alcanzado el 87 por ciento.

La mejor supervivencia a los cinco años reportada anteriormente era del 65 por ciento, apuntó Druker, aunque la supervivencia general se encontraba en el rango de 45 a 65 por ciento.

Druker y su equipo de investigación están en las etapas finales de comparación de Gleevec con otro agente dirigido, el dasatinib. Actualmente, Druker usa Gleevec para algunos de sus pacientes.

"Dados el alto índice de respuesta, la buena tolerancia y datos a largo plazo, estoy comenzando con imatinib por ahora", explicó. "Todavía no hemos curado la LMC. Nuestros pacientes siguen con terapia y a largo plazo".

Dos estudios más evaluaron el papel de la talidomida en el tratamiento del mieloma múltiple, un cáncer de la médula ósea que se considera incurable.

La talidomida tiene una historia controvertida, pues causó defectos de nacimiento en los bebés de las mujeres que la tomaban como medicamento para el sueño en los años 60. Se ha usado experimentalmente para tratar el mieloma múltiple desde finales de los 90.

En uno de los nuevos estudios, los pacientes mayores (de entre 65 y 75 años de edad) que tomaban 400 miligramos de Thalomid diariamente tuvieron una supervivencia mayor (53.6 meses) que los que tomaban el tratamiento estándar (32.2 meses) o el tratamiento estándar más transplante de células madre (38.6 meses). Los resultados fueron lo suficientemente alentadores como para que el estudio se detuviera para que todos los pacientes pudieran beneficiarse de Thalomid.

"Este estudio fue el primero y único en evaluar la talidomida en combinación con la terapia estándar en comparación tanto la terapia estándar como con el transplante de células madre", explicó el Dr. Thierry Facon, el autor del estudio y profesor de hematología de la Universidad de Lille en Francia. "El grupo de talidomida tuvo una significativa ventaja en la supervivencia".

Sin embargo, los efectos secundarios fueron considerablemente mayores en el grupo de talidomida e incluían coágulos sanguíneos y neuropatía.

El segundo estudio, de la misma universidad, evaluó dosis menores de talidomida. Esta dosis de 100 miligramos pareció ser tan efectiva con menos efectos secundarios, señaló el Dr. Ibrahim Yakoub-Agha, autor del estudio y hematólogo de la universidad.

"En el antiguo modelo basado en la quimioterapia, mientras más, mejor. Cada vez vemos más que con los agentes moleculares, menos es más", aseguró Kirschbaum.

Finalmente, un estudio demostró que un marcador molecular específico podría ayudar a predecir si los pacientes de leucemia mieloide aguda (LMA) experimentarán una recaída después del tratamiento.

Pero gracias a la aparición de nuevos tratamientos, los pacientes que no responden a la quimioterapia convencional podrían beneficiarse de los nuevos tratamientos moleculares, anotó Kirschbaum.

"Así será el mundo", dijo.

Más información

La Leukemia and Lymphoma Society tiene más información sobre los cánceres de sangre.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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