Los efectos de la bomba atómica todavía afectan a Japón 60 años después

Muchos que fueron expuestos a la radiación cuando eran niños son ahora personas mayores con problemas de tiroides

MARTES 28 de febrero (HealthDay News/HispaniCare) -- Ya hace 60 años desde que las bombas atómicas cayeron sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, pero los sobrevivientes están aún enfrentándose a los efectos, según una nueva investigación.

La reciente investigación encontró que los supervivientes de los ataques continúan desarrollando nódulos de tiroides (ya sean benignos o cancerosos) y que la presencia de tales nódulos se encuentra en proporción directa a la dosis de radiación que recibieron.

Los investigadores también encontraron que mientras más joven era la persona en el momento del bombardeo, más propensos eran a desarrollar nódulos de tiroides. Sin embargo, la investigación no encontró conexión entre la exposición a la radiación y las enfermedades autoinmunes de la tiroides.

Los nódulos de tiroides resultan de un crecimiento excesivo de los tejidos de la tiroides, y pueden ser benignos o malignos. La exposición a la radiación externa es una de las causas conocidas de los nódulos de tiroides, de acuerdo a la información de fondo del estudio.

"Un examen y seguimiento cuidadosos de las enfermedades tiroides es todavía importante (entre 55 y 58 años) después de una exposición a la radiación, porque los resultados presentes indican que los efectos de la dosis de radiación, incluyendo nódulos benignos y malignos, fueron significativamente más altos en los que fueron expuestos a menor edad. Y las personas expuestas cuando eran más jóvenes se están ahora volviendo los ancianos propensos al cáncer", afirmó la autora principal del estudio, la Dra. Misa Imaizumi, científica investigativa y jefa de la división de radiología en el departamento de estudios clínicos de la Fundación de Investigación sobre los Efectos de la Radiación en Nagasaki, Japón.

Los nuevos hallazgos aparecen en la edición del 1 de marzo del Journal of the American Medical Association.

Cinco años después de que las bombas cayeron, la Fundación de Investigación sobre los Efectos de la Radiación (entonces conocida como la Comisión de Bajas de la Bomba Atómica) se estableció para estudiar los efectos a largo plazo de una exposición tan extrema a la radiación en más de 120,000 supervivientes.

El nuevo estudio incluye a casi 4,100 supervivientes de esa cohorte. El estudio se llevó a cabo entre marzo de 2000 y febrero de 2003, y el promedio de edad de los participantes fue de 70 años. El estudio incluyó a 2,739 mujeres y 1,352 hombres.

Casi el 45 por ciento de los participantes tenían algún tipo de enfermedad de la tiroides, entre estas nódulos, enfermedad autoinmune, hipotiroidismo e hipertiroidismo, según el estudio. Las mujeres eran más propensas que los hombres a tener problemas de tiroides (51 por ciento de las mujeres en comparación con el 32 por ciento de los hombres).

El estudio encontró que mientras mayor era la exposición a la radiación, más propensa era la persona a desarrollar un nódulo de tiroides. Los investigadores estiman que el 37 por ciento de los tumores malignos, el 31 por ciento de los nódulos benignos y el 25 por ciento de los quistes descubiertos durante el ultrasonido como parte del estudio se asociaban a exposición a la radiación relacionada a las bombas.

La edad en el momento de la exposición también fue un factor importante en el desarrollo de nódulos de tiroides. Los efectos más significativos se vieron en los que tenían menos de 10 años en el momento de la exposición.

El estudio no encontró una asociación entre la exposición a la radiación y las enfermedades autoinmunes de la tiroides, como la enfermedad de Graves.

"Los efectos de la exposición a la radiación podrían durar toda la vida", afirmó el Dr. John Boice Jr., autor de un editorial acompañante en la misma edición del boletín y director científico del Instituto Internacional de Epidemiología, en Rockville, Maryland. "Incluso una exposición que ocurrió hace muchos años puede aún tener efectos biológicos".

Esa información podría ser importante no tan sólo para los supervivientes de las bombas atómicas, sino también para cualquier persona que recibiera tratamiento médico con radiación, particularmente en los años 40 y 50.

Boice, quien es también profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee, anotó que cualquier persona con una historia de un tratamiento como el descrito necesita informar al respecto a su médico actual, para poder recibir un seguimiento adecuado. Sin embargo, subrayó que el riesgo sigue siendo bajo, y que los riesgos de las exposiciones comunes a la radiación, tal como a través de rayos-X e imágenes por TC, son incluso mucho menores.

Más información

Para obtener más información sobre cómo la radiación afecta al cuerpo, visite la U.S. Nuclear Regulatory Commission.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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