Muchos estadounidenses están confundidos respecto al cáncer, según una encuesta

Uno de cada cuatro cree que no se puede hacer mucho para prevenirlo

JUEVES 17 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- La primera encuesta nacional en una generación en evaluar las opiniones de los estadounidenses sobre la prevención del cáncer encuentra una amplia confusión sobre la enfermedad.

"Encontramos que casi la mitad del público estadounidense considera que 'parece que casi todo causa cáncer', alrededor de uno de cada cuatro cree que no hay mucho que se puede hacer para disminuir las probabilidades de contraer cáncer y tres de cada cuatro piensan que hay tantas recomendaciones que es difícil saber cuáles seguir", señaló Jeff Niederdeppe, autor principal del estudio y académico en salud y sociedad de la Robert Wood Johnson Foundation en la Universidad de Wisconsin en Madison.

"Lo tomamos como evidencia de que hay una amplia confusión y sensación de impotencia en la población adulta estadounidense en términos de la prevención del cáncer, a pesar de que sabemos bastante al respecto", afirmó.

Y esa sensación de impotencia puede dejar a las personas incapaces de tomar medidas para reducir su riesgo de cáncer, dicen los expertos.

Los hallazgos aparecen en la edición del 17 de mayo de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

Alrededor de la mitad de los hombres y una tercera parte de las mujeres desarrollarán algún tipo de cáncer durante sus vidas, señalan los expertos.

También se calcula que casi un tercio de las muertes por cáncer de los EE.UU. son atribuibles al tabaquismo, mientras que entre el 14 y el 20 por ciento son atribuibles al sobrepeso o la obesidad.

Las investigaciones señalan que se puede reducir el riesgo de la enfermedad dejando de fumar, comiendo más frutas y verduras y manteniendo un peso normal.

La última encuesta que examinaba las creencias que rodean la prevención del cáncer se llevó a cabo en 1986. Encontró que alrededor de la mitad de la población de los EE.UU. consideraba que "todo causa cáncer" y que "no hay mucho que una persona pueda hacer para prevenir el cáncer".

En la actual encuesta participaron más de 6,000 adultos entrevistados por teléfono en 2003.

Casi la mitad de los respondientes (el 47.1 por ciento) estuvo de acuerdo en que "parece que casi todo causa cáncer", el 27 por ciento estuvo de acuerdo en que "no hay mucho que una persona pueda hacer para disminuir sus probabilidades de contraer cáncer" y el 71.5 por ciento estuvo de acuerdo con que "hay tantas recomendaciones sobre la prevención del cáncer que es difícil saber cuáles seguir".

Las creencias eran más intensas en las personas menos educadas y eran más débiles entre los negros y los hispanos, en comparación con los blancos.

Era menos probable que las personas que tenían por lo menos una de estas opiniones fatalistas hiciera ejercicio todas las semanas o consumiera cinco o más porciones de frutas o verduras todos los días, como se recomienda para la prevención del cáncer.

Era más probable que los que creían que "es difícil saber" qué hacer fumaran, según encontró la encuesta.

Y era más probable que las personas que tenían antecedentes familiares de cáncer creyeran que "todo causa cáncer" a que lo hicieran quienes no tenían esos antecedentes.

El estudio no abordó específicamente de dónde provenía la confusión, aunque Niederdeppe tiene algunas teorías.

"El cáncer, como una palabra, provoca mucho miedo en el público estadounidense", apuntó. Entonces, "se combina esto con que el cáncer es un tema difícil de abordar, porque se refiere a 50 ó más enfermedades distintas". Por ejemplo, "cosas que sabemos que reducen el riesgo de cáncer de mama podrían no reducir el riesgo de cáncer de pulmón", señaló Niederdeppe.

También hay cierta tensión entre la ciencia y los medios de comunicación, porque la primera valora la acumulación de evidencia sólida con el tiempo y los segundos gritan a pleno pulmón los resultados de lo que tal vez es un solo estudio particular. "A veces, lo que no se queda entre el tintero son algunas sutilezas", dijo Niederdeppe.

La pregunta real es si esas creencias pueden alterarse.

"Hay ciertas pruebas de que están [cambiando]", aseguró Niederdeppe. "¿Cómo podríamos cambiarlas? Una fuente sería exhortar a médicos y enfermeras a hacer un mejor trabajo de educar a los pacientes sobre los hábitos de estilo de vida. Si un médico sólo pregunta si un paciente fuma o no y le aconseja dejarlo afectaría sustancialmente los intentos subsiguientes de hacerlo".

"Los pacientes pueden informarse hablando con médicos y la Internet puede ser un recurso muy útil", añadió. "Entre los sitios altamente confiables están el National Cancer Institute y la American Cancer Society. No cambian sus recomendaciones con cada estudio que aparece".

Pero la Internet tiene sus propios sesgos. Otro estudio, que aparece en la edición de mayo de 2007 del Journal of Oncology Practice, encontró que también era más probable que las personas que tenían niveles de educación más bajos y menores ingresos por hogar buscaran información sobre su salud en la Internet. La cantidad de información que un paciente reúne por sí mismo puede afectar la comunicación con su proveedor de atención de salud, según los investigadores.

Más información

Para más información sobre la prevención del cáncer, visite la American Cancer Society.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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