Perros de rescate del 11 de septiembre en estudio crítico de la salud

Los investigadores los monitorean con el fin de detectar signos de amenaza para los humanos

MARTES 30 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- Durante 11 días consecutivos, Mizu se arrastró por precarias vigas de acero y navegó por candentes escombros, buscando los cuerpos de las personas que no sobrevivieron a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center de la ciudad de Nueva York.

Veterana en esfuerzos de rescate en los terremotos de Turquía y Armenia, así como en la explosión del trasbordador espacial Columbia, Mizu, una perra de raza pastor alemán de búsqueda y rescate de 10 años de edad, nunca había experimentado algo como el fuego, los gases y la nube de restos tóxicos que amenazaban con consumir a todos los trabajadores de rescate, tanto humanos como caninos.

Pero a diferencia de los humanos en la escena, Mizu no pudo usar una máscara antigás o gafas de seguridad para protegerse de los carcinógenos. Necesitaba a su nariz para trabajar.

Y es la salud de esa nariz y de su sistema respiratorio lo que los investigadores ahora están estudiando, debido a que podrían mostrar claves valiosas para cualquier amenaza de salud pendiente que enfrentan los humanos que formaron parte de esa operación masiva de rescate.

"Estos perros pasaron todo ese tiempo en esa zona a pleno pulmón. Son como el canario en la mina de carbón", afirmó el compañero humano de Mizu, Billy Kidd, un bombero de la unidad de aviación del cuerpo de bomberos de rescate del Miami-Dade (Florida).

La Universidad de Pensilvania, la Iams Company y la American Kennel Club Canine Health Foundation están patrocinando este estudio de cinco años para investigar la salud de 12 perros de búsqueda y rescate que estuvieron en la zona del Pentágono y de las Torres Gemelas después de los ataques. Este es el primer estudio de su tipo.

El bienestar de los perros es crucial porque los caninos de búsqueda y rescate a menudo no viven mucho tiempo y pueden experimentar efectos debilitantes para la salud de su trabajo. Después del terremoto de 1999 en Izmit, Turquía, un perro inhaló tanta lejía que había sido vertida sobre los cadáveres que le causó una pérdida de sangre por sus vías nasales.

Pero la salud de los humanos es, por supuesto, la principal preocupación.

"Tenemos humanos que han estado sujetos a las mismas condiciones que los perros, pero, desde luego, queremos que haya cierta aplicación que podamos traducir", señaló la Dra. Amy Dicke, veterinaria de servicios técnicos en la Iams Co., una empresa fabricante de alimentos para mascotas. "Los perros tienen una mayor tasa metabólica en comparación con los humanos, así que a menudo muestran signos mucho antes que un humano cuando son expuestos a los mismos carcinógenos. Esto podría servir como un indicador de patrones de salud en humanos que experimentan las mismas condiciones".

Hasta ahora, las noticias son buenas. Todos los perros se han sometido a un trabajo intensivo de muestras de sangre, rayos X y resonancia magnética del pecho, y ninguno ha mostrado signos de cáncer nasal o respiratorio relacionado con los ataques del 11 del septiembre, aseguró Dicke.

Los expertos en salud esperan que esto sea una buena noticia para los humanos expuestos a la misma pócima de carcinógenos desencadenada por los ataques terroristas. Sin embargo, ahora mismo es todavía demasiado pronto para tener información sobre "cualquier ocurrencia inusual de enfermedad" en humanos, aseguró el vocero del Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York.

No obstante, los supervivientes del desastre de las Torres Gemelas han registrado otros problemas de salud, la mayoría respiratorios y psicológicos.

Nuevos datos del Registro de Salud del World Trade Center hallaron que el 57 por ciento de los 8,500 supervivientes reportó empeoramiento de sus síntomas respiratorios, o nuevos síntomas. Los supervivientes atrapados en la nube de polvo causada por el colapso de las Torres Gemelas fueron el doble de propensos a reportar un asma recién diagnosticada que los que no estuvieron expuestos a la nube.

En abril, un médico forense de Nueva Jersey hizo la primera autopsia que vincula una muerte a los trabajos de limpieza del área del World Trade Center. James Zadroga era un detective de policía de 34 años que desarrolló una enfermedad respiratoria después de trabajar 470 horas en la zona. Murió en enero de insuficiencia respiratoria.

Al estudio de Iams aún le queda un año, y la Universidad de Pensilvania está haciendo un estudio mayor con cerca de 100 animales, dijo Dicke.

En cuanto a Mizu, Kidd dijo que está asombrado de que su compañera siga aún con vida. "La mayoría de perros de desastre están muertos a los 7 ó 8 años, debido a los ambientes peligrosos en lo que trabajan, y al desgaste del cuerpo", destacó.

Mizu, sin embargo, aún está fuerte, aseguró Kidd.

Más información

Visite el World Trade Center Health Registry para más información sobre los problemas de salud que enfrentan los supervivientes del 11 de septiembre.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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