Vencer el cáncer podría no significar vencer el estrés

Para algunos, los efectos emocionales y físicos permanecen durante años, según un estudio

JUEVES 24 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Aunque han logrado conquistar su enfermedad, muchos supervivientes de cáncer aún luchan con efectos emocionales y físicos que duran años, según un nuevo estudio.

"Una cura no es necesariamente sinónimo de una recuperación total de una buena salud", afirmó en una declaración preparada el Dr. John Wingard, director del programa de transplante de sangre y médula y subdirector del Centro de Cáncer Shands de la Universidad de Florida.

En el estudio participaron 662 supervivientes de cáncer de mama, leucemia o linfoma que se habían sometido a transplante de médula ósea. En promedio, los pacientes fueron evaluados siete años luego del transplante. Sin embargo, algunos reportaron problemas tras el tratamiento que duraron hasta 20 años, según el estudio, el cual aparece en la edición actual del Journal of Clinical Oncology.

Problemas con el sueño y sexuales, dolor, problemas cognitivos y un bienestar físico general pobre que perduran están entre los problemas frecuentemente reportados por muchos supervivientes de cáncer, apuntó Wingard.

Por ejemplo, cerca del 30 por ciento de los supervivientes de cáncer reportaron síntomas que apuntan a una depresión clínica, en comparación con cerca del 8 por ciento de las personas sanas en un grupo control.

Wingard también anotó que la quimioterapia y la radioterapia intensivas pueden causar que muchos pacientes experimenten complicaciones físicas tales como infecciones o toxicidad. Los pacientes y sus familias a veces tienen que viajar grandes distancias a centros de tratamiento o pasar semanas o meses viviendo en residencias temporales. Su trabajo se interrumpe y a menudo tienen que lidiar con los altos costos de la atención sanitaria y otros desafíos financieros, encontró el estudio.

"Todo esto ocurre en un ambiente con una considerable cantidad de ansiedad sobre si el transplante será exitoso, si el cáncer será controlado, y si ocurrirán complicaciones potencialmente letales durante la terapia. El individuo y la familia están sujetos a una olla de presión de emociones y desafíos que tienen que enfrentar", señaló Wingard.

Dijo que los hallazgos ilustran la necesidad de que los médicos ayuden a los pacientes de cáncer a manejar el trauma del diagnóstico y tratamiento del cáncer, además de los diferentes tipos de estrés a los que se enfrentan luego.

Wingard subrayó que para algunos supervivientes, la fase posterior al cáncer también es un momento de tremendo crecimiento psicológico e interpersonal en el cual experimentan relaciones fortalecidas, una renovada apreciación de la vida, una espiritualidad más profunda, empatía aumentada y una reorganización de sus prioridades.

"Una faceta única de este estudio es que también evaluó lo bueno que sale de enfrentarse a una enfermedad que amenaza la vida", señaló Wingard.

"Lo que encontramos fue que un número de supervivientes reportaron crecimiento psicológico y este efecto positivo podría haber balanceado algunas de las pérdidas que experimentaron. Por esa razón, muchos de ellos, cuando equilibran los positivos y los negativos, sintieron que su vida era mejor", apuntó el investigador de Florida.

"Algunos iniciaron una nueva carrera, otros encontraron fuerza en renovar sus relaciones con sus parejas, familiares y amigos, reevaluando lo que era importante para ellos en la vida", concluyó.

Más información

El U.S. National Cancer Institute tiene más información sobre la vida tras el tratamiento de cáncer.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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