Con frecuencia, los cardiólogos no ordenan pruebas antes de una angioplastia

Según los expertos, las pruebas de esfuerzo cardiaco muestran si un paciente necesita el procedimiento o no

MARTES; 14 de octubre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Según los archivos de Medicare, más de la mitad de los estadounidenses que se someten a procedimientos para abrir las arterias que no son de emergencia para la enfermedad cardiaca no reciben las pruebas de esfuerzo necesarias previamente.

Estas pruebas detectan cuáles pacientes se beneficiarían de procedimientos como la angioplastia y las endoprótesis, y los que no. Sin embargo, apenas el 44 por ciento de los pacientes del nuevo estudio se sometieron a las pruebas.

"No esperábamos encontrar un 100 por ciento, pero sí un porcentaje bastante superior a 44," aseguró la Dra. Rita F. Redberg, profesora de medicina de la Universidad de California en San Francisco, una de las autoras de un informe que aparece en la edición del 15 de octubre de la Journal of the American Medical Association.

Redberg era miembro de un equipo que estudió los registros médicos de cerca de 24,000 personas que tenían lo que formalmente se conoce como intervención percutánea coronaria (IPC) optativa, que lo era porque no era urgentemente necesaria, lo que la mayoría de la gente que no es profesional de la medicina conoce como angioplastia.

Las directrices generalmente aseguran que como las pruebas de esfuerzo, en las que una caminata sobre una banda se realiza para examinar la función cardiaca, deben realizarse en esos casos. Sin embargo, el informe halló que apenas el 44.5 por ciento de los participantes del estudio se había sometido a pruebas de esfuerzo antes de la IPC. El porcentaje varió sustancialmente, no solo por regiones, sino también según las características de los pacientes y la edad del médico que realiza la prueba.

La incidencia regional de las pruebas de esfuerzo varió de 22.1 a 70.6 por ciento, hallaron los investigadores, y fueron los médicos del Noreste y de la región central los que tuvieron mejor desempeño. Las pruebas de esfuerzo fueron menos propensas a realizarse en mujeres, las personas a partir de los 85 años de edad o quienes tenían otras enfermedades, como enfermedad cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar o enfermedad reumática. Las pruebas de esfuerzo fueron más probables para quienes recibían tratamiento de un médico menor de cuarenta o mayor de setenta.

Hay "diversas razones" para la variación entre los índices de pruebas de esfuerzo, aseguró Redberg. Una razón es que las directrices no son tan claras como podrían ser.

"Han salido varios documentos diferentes", comentó. La situación podría ser aclarada por directrices nuevas que se espera que sean publicadas pronto por el American College of Cardiology, dijo. "El colegio está a punto de divulgar criterios para determinar lo apropiado que resulta la IPC en determinadas situaciones", dijo.

Tampoco hay un inventivo financiero para reducir la cantidad de angioplastias innecesarias, decía el informe. Cambiar el sistema de pagos de Medicare para recompensar a médicos y hospitales que cumplen con las directrices "mejoraría la seguridad y la entrega de la atención de la salud a los beneficiarios de Medicare mientras reduce los gastos", anotó el informe.

Se informó sobre la subutilización de pruebas de esfuerzo cardiaco en un estudio realizado por allá en 1994, según el autor líder de ese trabajo, el Dr. Eric Topol, director del Instituto de ciencia translacional Scripps de La Jolla, California.

Su equipo "utilizó una base de datos de aseguradoras hace varios años, pero el punto sigue siendo el mismo, que los pacientes que tienen síntomas estables de angina [que podrían descartar una IPC] no reciben las pruebas adecuadas antes de someterse a un procedimiento de angioplastia", aseguró Topol.

Las directrices para la IPC "deberían ser mucho más claras", opina Topol, y los cardiólogos deberían demostrar más autocontrol. "Como decía Mark Twain, cuando un tipo tiene un martillo, todo le parece un clavo", comentó.

Las pruebas de esfuerzo deben hacerse regularmente, no solo cuando se esté pensando en angioplastia, señaló Topol. "Se trata de un método para darle seguimiento a un paciente", dijo. "Se puede hacer una prueba de esfuerzo cada año para asegurarse de que todo sea normal. Esa es una base importante que se está ignorando con demasiada frecuencia".

Otro informe de la misma edición de la revista advirtió a los cardiólogos acerca de reducir las dosis de amiodarona, un medicamento para un tipo de arritmia común y potencialmente mortal llamado fibrilación auricular. Reducir la frecuencia con la que se toma amiodarona no reduce los efectos secundarios, pero sí incrementa el índice de hospitalización, según concluyó un informe de médicos de la Universidad de Groninga en los Países Bajos.

Más información

Para saber más acerca de las razones y las maneras de realizar una angioplastia, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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