Dilatador recubierto de fármacos fue superior a la radiación para reabrir las arterias

Dos estudios con marcas diferentes produjeron resultados similares

DOMINGO 12 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Si un dilatador de metal solo no funciona para mantener una arteria abierta, implantar un segundo dilatador recubierto de fármacos es mejor que usar radioterapia, el único tratamiento estándar aprobado, según demuestran dos nuevos estudios.

Cada estudio fue financiado por una de las empresas que venden los dilatadores recubiertos, Johnson & Johnson, cuyos dilatadores están recubiertos de sirolimus, y Boston Scientific, cuyos dilatadores están recubiertos con paclitaxel. Los resultados podrían preparar el escenario para una importante batalla cara a cara entre ambos competidores.

Un dilatador es un tubo flexible de metal que se coloca en una arteria luego de que se elimina un bloqueo, mediante una técnica llamada angioplastia con balón. Todos los dilatadores originales eran de sólo metal, pero los dilatadores recubiertos se han vuelto dominantes desde su introducción en los Estados Unidos hace dos años.

Una arteria puede volver a obstruirse, incluso cuando se ha colocado un dilatador. Esto sucede en alrededor del 20 por ciento de las veces con los dilatadores de sólo metal y mucho menos frecuentemente con los dilatadores recubiertos.

Cada uno de los dos estudios comparó un dilatador recubierto con la braquiterapia vascular, una radioterapia que es, actualmente, el único tratamiento aprobado por la U.S. Food and Drug Administration para lo que se conoce formalmente como reestenosis luego de que se ha implantado un dilatador de sólo metal.

"Los resultados fueron sorprendentemente positivos para el sirolimus en cuanto al punto final primario", afirmó el Dr. David R. Holmes Jr., profesor Scripps de medicina cardiovascular en la Clínica Mayo, quien lideró el estudio. "No fueron sólo estadísticamente mejores, sino también clínicamente mejores".

Ese ensayo incluyó a 385 pacientes cuyas arterias comenzaron a cerrarse nuevamente tras el implante de un dilatador de sólo metal. Sólo el 10 por ciento de los 259 pacientes que obtuvieron dilatadores recubiertos de medicamentos sufrieron un evento cardiaco adverso durante los siguientes nueve meses, en comparación con el 19.2 por ciento de los 125 pacientes que recibieron radioterapia. También hubo una diferencia significativa en la tasa de insuficiencia de la arteria tratada, de 21.6 por ciento en el grupo de radiación, en comparación con el 12.4 por ciento con el grupo del dilatador con sirolimus.

Los resultados del ensayo con el dilatador recubierto de paclitaxel, que fue liderado por el Dr. Gregg Stone del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, fueron similares. La tasa de eventos cardiacos importantes entre los 396 pacientes en los nueve meses posteriores al tratamiento fue 43 por ciento más bajo para los que recibieron los dilatadores recubiertos, en comparación con los que recibieron radioterapia.

"Estos son dos estudios diferentes llevados a cabo de manera diferente, pero la extensión del beneficio brindado por cada uno en comparación con la radiación parece ser similar", afirmó el Dr. David J. Moliterno, director de cardiología de la Universidad de Kentucky y coautor de un editorial acompañante en la edición del 15 de marzo del Journal of the American Medical Association.

La investigación fue publicada anticipadamente para coincidir con presentaciones el domingo en la reunión del American College of Cardiology, en Atlanta.

Tanto Holmes como Moliterno afirmaron que los dilatadores recubiertos se convertirán en el tratamiento preferido luego de la falla de los dilatadores de sólo metal. Además de su mayor efectividad, los dilatadores también son más fáciles de administrar que la radioterapia, la cual requiere la cooperación entre los cardiólogos y los especialistas en radiación y es generalmente inconveniente, apuntó Holmes.

Y señaló que hay una necesidad de un mejor tratamiento, pues muchos pacientes todavía reciben dilatadores de sólo metal luego de una angioplastia. Moliterno calculó que una cuarta parte de los pacientes cardiacos en los Estados Unidos obtienen dilatadores de sólo metal mientras que el porcentaje es mayor en muchos países.

En cuanto a cuál dilatador recubierto usar en tales casos, "no parece haber una inclinación contundente hacia un dilatador u otro", dijo Moliterno.

Tal vez se necesite un ensayo para evaluar la efectividad de cada marca de dilatador recubierto para casos en que un implante anterior de dilatador recubierto haya fracasado, agregó. La tasa de fracaso de los dilatadores recubiertos es pequeña, de alrededor de la mitad en comparación con los dilatadores no recubiertos, de manera que un ensayo tendría que ser "muy grande", apuntó Moliterno.

Más información

Para saber más sobre los dilatadores, visite la U.S. Food and Drug Administration.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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