Un tratamiento más rápido para los ataques cardiacos más mortales

La American Heart Association lanza un programa nacional llamado 'Mission Lifeline'

JUEVES 31 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- La American Heart Association acaba de lanzar un programa comunitario para reducir el número de víctimas de los ataques cardiacos más mortales.

En términos técnicos, el ataque es conocido como infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI, por su sigla en inglés), en referencia a una característica observada en el electrocardiograma. En la vida real, es una obstrucción total de la arteria cardiaca, algo que puede ser mortal a menos que se trate con rapidez en una de dos maneras. Esas opciones son la terapia farmacológica para eliminar el coágulo que obstruye la arteria o la angioplastia, que no es más que la introducción de un balón para forzar la apertura de la arteria.

Y esos tratamientos deben hacerse con rapidez, lo ideal sería en el plazo de 30 minutos para el tratamiento anticoagulante y de 90 minutos para la angioplastia.

Sin embargo, menos de la mitad de todos los pacientes de STEMI reciben el tratamiento correcto en el momento adecuado, dijo la Dra. Alice Jacobs, profesora de medicina en la Universidad de Boston y ex presidenta de la asociación del corazón, quien describió el programa que la asociación ha llamado como "Mission Lifeline" (misión salvavidas).

El énfasis del programa será mejorar las estadísticas de tratamiento actuales, dijo Jacobs. "El treinta por ciento de los pacientes de STEMI no recibe fármacos anticoagulantes", apuntó. "El veinte por ciento no es candidato para los medicamentos anticoagulantes, y de esos, el 70 por ciento no recibe la angioplastia".

Una parte importante del esfuerzo estará dedicada al establecimiento del sistema para trasladar a los pacientes de STEMI a los hospitales equipados para hacer la angioplastia. La razón es que "la angioplastia es mejor que el tratamiento anticoagulante, incluso cuando el traslado es necesario", dijo Jacobs. Sólo el 25 por ciento de los hospitales de EE.UU. cuentan con infraestructuras para el cateterismo que les permite realizar angioplastias de emergencia, señaló.

Pero otro componente importante del programa estará dedicado a capacitar a la gente en general para que llamen al 911 en caso de emergencia si experimentan síntomas de un ataque cardiaco. Alrededor de la mitad de los pacientes de ataque cardiaco conducen su propio vehículo hasta un hospital o son llevados por otras personas.

Eso se suma a una pérdida de tiempo impresionante durante la cual deberían estar recibiendo terapia de emergencia, y el hospital debería prepararse para esa llegada, afirmó el Dr. Tim Henry, director de investigación del Minneapolis Heart Institute.

El instituto tiene un programa que la asociación del corazón espera sea un modelo para las áreas rurales. Dicho programa agrupa a más de 100 hospitales, la mayoría de los cuales no pueden hacer la angioplastia. Ha habido dudas con respecto a si los pacientes podrían trasladarse con la suficiente rapidez para que la angioplastia se haga a tiempo. Sin embargo, Henry señaló, "ahora tenemos 31 hospitales capacitados a 60 millas (96 km) de distancia, y luego hasta 210 millas (338 km). Un traslado de 60 millas puede hacerse en 95 minutos, y uno de 200 en 120 minutos".

"La mortalidad de estos pacientes es ahora de 4 por ciento", agregó Henry, una cifra impresionante, ya que el 15 por ciento de los trasladados tienen más de 80 años.

Los programas locales comparables en áreas como Carolina del Norte y California pueden servir también como modelos, dijo Jacobs. Estos programas fueron tomados en cuenta en una conferencia de tres días celebrada en marzo en la que los expertos se pusieron de acuerdo para poner en marcha un esfuerzo a nivel nacional. Los detalles de la conferencia aparecen en la edición en línea del 30 de mayo de la publicación de la asociación del corazón, Circulation.

El programa empezará con los individuos en riesgo de ataque cardiaco, señalaron Henry y Jacobs. Es importante que estas personas busquen ayuda especializada lo antes posible al llamar al 911, dijo Jacobs.

No existen estimados sobre cuánto costará el programa o de dónde provendrá el dinero, pero existe el potencial de ahorrar dinero y salvar vidas, dijo Henry. Un tratamiento rápido y apropiado puede traducirse en estancias hospitalarias más cortas y una menor necesidad de tecnología médica costosa como los desfibriladores implantables, apuntó.

Sólo el 3 por ciento de las personas tratadas en el programa de Miniápolis reciben desfibriladores, apuntó Henry.

Más información

Para saber más sobre los signos de advertencia de un ataque cardiaco, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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