La Atkins supera a otras dietas populares en una prueba de los EE.UU.

Pero los expertos advierten que el estudio, con una duración de un año, no puede predecir la seguridad a largo plazo de este plan rico en grasas

MARTES 6 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- La dieta de Atkins, pobre en carbohidratos y rica en proteínas, consiguió el primer lugar en un estudio de un año patrocinado por el gobierno de los EE.UU. de cuatro regímenes populares para perder peso.

Las mujeres en el plan de Atkins perdieron casi 11 libras (unos 5 kilos) en promedio durante 12 meses, casi el doble que las participantes en la dieta de la Zona, la dieta de Ornish y una dieta favorecida por los nutricionistas conocida como LEARN.

Y, por lo menos a corto plazo, la dieta de Atkins tampoco pareció tener efectos negativos. Los investigadores de la Universidad de Stanford que llevaron a cabo el ensayo con 311 mujeres que tenían sobrepeso no encontraron diferencias en los factores de riesgo de enfermedad cardiaca entre los cuatro grupos, a pesar del hecho de que las que siguieron la Atkins tenían licencia para comer grasa.

"Todos hemos estado preocupados de que el alto contenido de grasa saturada de la Atkins sería nocivo", señaló el autor del estudio, Christopher Gardner, profesor asistente de medicina de la Stanford. Los altos niveles de grasa del plan "nos siguen poniendo nerviosos", afirmó, "pero creo que la pérdida de peso que la dieta conlleva debe ser más contundente" para mantener el colesterol y otros factores de riesgo cardiacos bajo control.

El estudio, publicado en la edición del 7 de marzo del Journal of the American Medical Association, es tal vez la comparación más independiente y rigurosamente llevada a cabo sobre dietas populares que se ha realizado. Pero aún así tuvo sus críticas.

"Si, las mujeres pueden haber perdido un poco más de peso con la dieta de Atkins, pero no estoy tan segura sobre su calidad de vida. Ese tipo de información simplemente no se encuentra ahí", señaló la dietista Bonnie Taub-Dix, especialista en control del peso de la ciudad de Nueva York y vocera de la American Dietetic Association. "Muchos pacientes acuden a mi mientras ya están usando esa dieta y si siguen acudiendo a mi significa que no han tenido éxito".

Desde que el difunto Dr. Robert Atkins lanzó su famosa dieta en los 60, ha habido mucho debate sobre su seguridad y eficacia. Más recientemente, varios estudios a corto plazo han mostrado que el plan, que propone eliminar la mayoría de panes, pastas, azúcares y otros alimentos ricos en carbohidratos, puede ayudar a las personas a perder peso rápidamente.

Otros libros populares sobre dietas han ofrecido rutas alternativas a un cuerpo más delgado. La inmensamente popular dieta de la Zona propone un racionamiento diario de la energía proveniente de la comida, 40 por ciento de carbohidratos, 30 por ciento de proteína y 30 por ciento de grasa.

El Dr. Dean Ornish, cardiólogo y gurú del estilo de vida, ha desarrollado su propio plan. La popular dieta de Ornish aconseja a los usuarios que reduzcan drásticamente su ingesta de grasa a menos de 10 por ciento de las calorías diarias.

Completando los cuatro estudios incluidos en el ensayo reciente está un régimen menos conocido, la dieta de estilo de vida, ejercicio, actitudes, relaciones y nutrición (LEARN, por sus siglas en inglés), una dieta más moderada basada en la pirámide de los alimentos. LEARN, que cuenta con el apoyo de muchos nutricionistas, permite a los participantes disfrutar de alimentos de todos los grupos, pero enfatiza el control de las raciones, el ejercicio regular y cambios en las conductas alimentarias.

En su estudio, el grupo de la Stanford asignó al azar a 311 mujeres posmenopáusicas, saludables pero con sobrepeso, a una de las cuatro dietas.

Hubo nutricionistas disponibles para exhortar a una participación continuada, debido a que altas tasas de deserción han plagado ensayos comparativos anteriores. A las mujeres se les proveyó un modesto estipendio para ayudarlas en sus dietas respectivas durante los 12 meses del estudio.

"La base de este estudio es nuestra completa frustración por el hecho de que los libros de dieta dicen cosas exactamente opuestas y todos juran que son lo mejor", apuntó Gardner. Para evaluar la eficacia de cada régimen, su grupo hizo que las mujeres siguieran las indicaciones de su dieta particular a pie de letra.

En un sentido, todas las dietas ganaron, pues "todas las mujeres lograron perder peso en promedio", aseguró Gardner. También "todas lograron una presión arterial y colesterol ligeramente mejores".

Sin embargo, a las mujeres que siguieron la dieta Atkins les fue mucho mejor perdiendo peso. Gardner apuntó que sólo tiene teorías de la razón. Un motivo podría ser la sencillez y puntualidad del mensaje central del plan, especuló.

"Si se observan las últimas dos décadas de cambios dietéticos en los Estados Unidos, las calorías han estado aumentando debido a los carbohidratos refinados, como las sodas, los siropes de maíz de alta fructosa y la comida chatarra", señaló. "Creo que tal vez Atkins haya tenido la razón en cuanto a lo que nos ha hecho engordar".

Reemplazar los carbohidratos con grasa y proteína también podría haber ayudado. "Hay que recordar que se puede comer mucho arroz o pasta antes de sentirse satisfecho", apuntó la dietista Tara Miller, directora del programa en el Centro de bienestar corporativo de la Universidad de Nueva York. "Con una dieta rica en grasa, uno se llena más rápido".

Pero aún así, apuntaron los expertos, un ensayo de un año, por bien llevado a cabo que esté, simplemente no es suficientemente largo para evaluar la seguridad a largo plazo de ninguna dieta "extrema".

Debido a que la glucosa de la sangre reacciona de manera particularmente potente a la ingesta de carbohidratos, disminuir los carbohidratos "podría ayudar a controlar el azúcar en la sangre", apuntó la Dra. Barbara Kahn, endocrinóloga de Harvard. "Pero la parte [potencialmente] perjudicial tiene que ver con si, con el paso de los años, todas esas grasas llevarán a más enfermedad cardiovascular. Eso es lo próximo que hay que estudiar".

Miller apuntó que la pregunta real podría ser si las personas podrán adherirse a la Atkins, la Zona o cualquier otro plan por un año o más. "Ninguna de esas dietas son algo que se pueda mantener día a día sin mucha planificación", aseguró. "Si no encaja en el estilo de vida, no importa qué tan buena sea la dieta, no beneficiará a la persona porque no podrá mantenerla".

Esa es una lección que Richard Boucher, un vendedor de equipos de construcción de 42 años de Placentia, California, aprendió de mala manera. Boucher, quien ha estado luchando su peso desde que cumplió treinta años, primero recurrió a las dietas de Ornish, la Zona y South Beach. Perdía algo de peso, pero las difíciles restricciones de las dietas lo vencían cada vez, señaló.

Desde entonces, Boucher ha mantenido su peso bajo control, y ha bajado de un peso máximo de 270 libras (122.5 kilos) a las 200 libras (91 kilos) que pesa hoy en día.

Pero primero tuvo que echar a la basura todos sus libros sobre dieta.

"Encontré que un método de sentido común era lo que mejor me funcionaba", aseguró Boucher. "Mucho control de las porciones, porque cuando estoy lleno, simplemente dejo de comer. Evito los excesos de pasta y azúcares. Hago ejercicio regularmente. Al final, hay que hacer lo que tenga sentido y funcione para uno".

Más información

Para más información sobre un control saludable del peso, visite la American Dietetic Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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