Estudio halla una alta incidencia de un tipo de insuficiencia cardiaca que se detecta con menos frecuencia

Tiene que ver con las anormalidades del corazón para volverse a llenar de sangre, no para bombearla

MARTES 7 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Un tipo diferente de insuficiencia cardiaca, en la que el corazón sólo funciona de manera defectuosa bajo estrés, es más común de lo que se creía, según señala una nueva investigación.

Por lo general, la insuficiencia cardiaca se define como una pérdida progresiva de la habilidad del corazón para bombear la sangre, un declive sostenido en la "fracción de eyección", la cantidad de sangre que se expulsa en la contracción llamada sístole.

Pero cuando los cardiólogos de la Clínica Mayo evaluaron a 556 personas tratadas con insuficiencia cardiaca, hallaron que el 55 por ciento tenía una fracción de eyección normal o cerca de lo normal. Un 80 por ciento tenía anormalidades en la diástole, el momento de relajación en el que el corazón se llena de sangre. En el 37 por ciento de las personas se detectó una anomalía combinada en la función sistólica y diastólica, y un mal funcionamiento diastólico se encontró en el 44 por ciento.

"Lo que esto significa significa es que los médicos tienen que reconocer que la enfermedad cardiaca no es una enfermedad, sino un espectro", aseguró la Dra. Veronique L. Roger, asesora en enfermedad cardiovascular de la Clínica Mayo y miembro del equipo de investigación.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 8 de noviembre del Journal of the American Medical Association.

Tradicionalmente, los cardiólogos buscaban anormalidades sistólicas en los pacientes de insuficiencia cardiaca, señaló Roger. El nuevo estudio muestra que puede ser igualmente importante diagnosticar anormalidades diastólicas que impidan que el corazón se llene de sangre como debiera, destacó.

La insuficiencia cardiaca con una fracción de eyección normal amerita un tratamiento diferente, declaró el Dr. Barry Borlaug, asesor en enfermedad cardiovascular de la Clínica Mayo. Borlaug fue miembro de un equipo de la Facultad de Medicina Johns Hopkins que diseñó un plan para un ensayo que consistiría en la implantación de marcapasos a tales pacientes, acelerando la actividad cardiaca en vez de ralentizarla, como hacen los medicamentos.

Un marcapasos podría hacer que los pacientes con fallas cardiacas incluso bajo un leve estrés, tales como ponerse la ropa, puedan cumplir con las demandas de la actividad diaria, aseguró.

"Este es un asunto de salud pública muy importante", señaló Borlaug. "La mitad de los pacientes con insuficiencia cardiaca tienen una fracción de eyección preservada. No se disponen de muchas terapias comprobadas para esto. El estudio de Roger muestra que la mortalidad de ambas condiciones es la misma, alrededor del 6 por ciento durante el periodo del estudio".

Otro informe en la misma edición de la publicación enfatizó la importancia de la presión sanguínea sistólica, la cifra más alta en una lectura de la presión sanguínea. Las personas hospitalizadas por insuficiencia cardiaca con una baja presión sistólica eran mucho más propensas a morir que los que tenían mayores lecturas sistólicas.

El estudio era grande, y se usaron datos de más de 48,000 personas tratadas con insuficiencia cardiaca en 259 hospitales de EE.UU. Se encontró que las probabilidades de morir en un hospital se incrementaban en 21 por ciento por cada descenso de 10 milímetros en la presión sanguínea sistólica. La tasa de mortalidad intrahospitalaria fue de 7.2 por ciento para los pacientes con presión sistólica inferior a 120, de 3.6 por ciento para los que tenían lecturas entre 120 y 139, y de 2.5 por ciento para los que tenían lecturas entre 140 y 161.

"Lo que los resultados implican es que los pacientes con presión sanguínea sistólica inferior a 120 necesitan claramente una supervisión más intensiva y una terapia más intensa tanto dentro como fuera del hospital", explicó el Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de medicina cardiovascular y ciencia en la Universidad de California en Los Ángeles, y miembro del equipo de investigación. "Y estas personas siguen en alto riesgo durante 60 a 90 días después del alta".

El estudio indica que estos pacientes ameritan un uso más agresivo de medicamentos para la insuficiencia cardiaca, como inhibidores de la ECA y betabloqueadores, apuntó Fonarow, pero "tienen menos probabilidades de ser tratados con estos agentes".

"Necesitamos investigar más para mejorar los resultados de los pacientes hospitalizados por insuficiencia cardiaca con una presión sistólica baja", declaró.

Más información

Para más información sobre la insuficiencia cardiaca y su tratamiento, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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