Fumar relacionado con declive cognitivo en pacientes cardiacos

Incluso los que habían dejado el hábito hace décadas tuvieron más problemas después de una cirugía cardiaca

DOMINGO 12 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Tres semanas después de someterse a cirugía, una ex fumadora de 71 años de edad se dio cuenta de que ya no podía completar el notoriamente difícil crucigrama de The New York Times.

"La operación me hizo más tonta", informó a investigadores que investigaban el tabaquismo y el declive cognitivo. Y, señalaron, no podía ya ni siquiera terminar el crucigrama de los jueves, que no es tan difícil

La mujer había dejado de fumar 20 años antes de su cirugía, pero su antiguo hábito probablemente había afectado su recuperación, según informaron los investigadores en una conferencia de prensa el domingo en la reunión anual de la American Heart Association (AHA) en Chicago.

Su investigación muestra que las personas que tienen antecedentes de tabaquismo tenían el doble de probabilidades de experimentar declive cognitivo que los que nunca habían fumado.

Entre los 240 pacientes que se habían sometido a una cirugía de injerto de derivación de la arteria coronaria (IDAC) en el Hospital conmemorativo de Morristown en esa ciudad de Nueva Jersey, el 60 por ciento mostró evidencia de declive cognitivo. Los que tenían antecedentes de tabaquismo estaban en mayor riesgo.

¿A qué se debe esto?

"Probablemente tenga que ver con los mecanismos del fumar en sí. Es probable que inhalar monóxido de carbono no sea bueno para el cerebro con el tiempo, y la nicotina hace que los vasos sanguíneos se estrechen, además de afectar los vasos pequeños más que los grandes", afirmó el Dr. James P. Slater, cardiocirujano del Hospital conmemorativo de Morristown. "Durante los periodos de estrés, como una cirugía, los vasos no pueden transportar tanta sangre, y por consiguiente oxígeno, al cerebro".

"El probable que la lesión no se encuentre en las células cerebrales mismas, sino en la microvasculatura, es decir, los vasos sanguíneos pequeños, del cerebro", añadió el Dr. Robert Bonow, ex presidente de la AHA, jefe de cardiología de la Facultad de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y moderador de la conferencia de prensa.

Los hallazgos arrojan nuevos datos sobre el impacto de la cirugía cardiaca en distintos pacientes.

"Durante la última década, la cirugía cardiaca se ha implicado como el problema y está claro que los pacientes traen sus propios riesgos al quirófano. Este riesgo es conductual", señaló Slater.

No está claro cómo remediar el problema o qué decir a los pacientes, sobre todo si la conducta arriesgada tuvo lugar dos décadas antes, añadieron los médicos.

Los efectos a largo plazo de fumar sobre el peso fueron el objetivo del segundo estudio presentado en la reunión del domingo. Esta investigación encontró que los fumadores y los no fumadores aumentaban de peso al mismo paso durante un periodo de 20 años, independientemente de la raza o el sexo.

"Si deja de fumar, podría aumentar 4 ó 5 libras (1.8 ó 2.3 kilos) o, si comienza a hacerlo, puede retrasar el inicio del aumento progresivo de peso en dos o tres años, pero eso es todo", afirmó el Dr. Samuel Gidding del Hospital infantil A.I. DuPont en Wilmington, Delaware.

También anotó que durante el periodo del estudio de dos décadas, los grupos de personas que empezaban a fumar o dejaban el hábito en realidad se encontraban poblados por las mismas personas que oscilaban entre uno y otro grupo.

"Debido a que saltaban entre los grupos, al final, el índice de cambio de peso es el mismo", explicó Gidding. "Hay muy poco efecto de la situación de tabaquismo sobre el peso excepto, a esas cuatro o cinco libras cuando se comienza o deja el hábito. Si uno cambia a cada rato, se hace totalmente neutral".

Más información

Para más información sobre el tabaquismo y la enfermedad cardiaca, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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