Humo de segunda mano aumenta riesgos cardiacos

Datos acumulados apoyan los ambientes libres de humo, según los expertos

LUNES 23 mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- El no fumador promedio que entra a una habitación llena de humo podría pensar que la exposición a corto plazo al humo del cigarrillo no lo afectará.

Pero un nuevo estudio sugiere que aún cantidades pequeñas de humo de segundo mano pueden causar cambios que amenazan la vida al sistema circulatorio del no fumador.

Y si bien los efectos inmediatos de esta exposición se revierten en unas cuantas horas, la exposición al humo de segunda mano durante largos periodos de tiempo pueden tener consecuencias devastadoras para el corazón, incluido un aumento en el riesgo de ataque al corazón, advierten los investigadores.

"El humo de segunda mano es aún peor de lo que pensábamos", afirmó el coinvestigador Stanton A. Glantz, profesor de medicina y promotor de antitabaquismo durante largo tiempo, de la Universidad de California, en San Francisco. "Aumenta el riesgo de un evento coronario agudo, como un ataque al corazón o el desarrollo a largo plazo de ateroesclerosis", añadió.

La exposición crónica al humo de segunda mano es casi 80 por ciento tan dañino para la salud como ser un fumador de un paquete al día, afirmó Glantz. "El sistema cardiovascular es sumamente sensible a las toxinas del humo de cigarrillo de segunda mano. La mayoría de los efectos tóxicos de humo de segunda mano ocurren dentro de los cinco minutos de la exposición", anotó.

En su estudio, Glantz y su colega, el Dr. Joaquin Barnoya, profesor adjunto asistente de epidemiología de la UCSF, revisaron la literatura médica existente sobre los efectos del humo de segunda mano en el sistema cardiovascular. Evaluaron 29 estudios publicados desde 1995 que comparaban los efectos del humo de segunda mano con los del tabaquismo activo.

Su informe aparecerá en la edición del 24 de mayo de Circulation.

Glantz y Barnoya encontraron que hay suficiente evidencia de que los aspectos clave de la función cardiovascular, incluida la coagulación, la capacidad de los vasos sanguíneos para cambiar de tamaño, la rigidez arterial, la arterosclerosis, la tensión oxidativa, la inflamación, la variabilidad del ritmo cardiaco, el metabolismo energético y la severidad de un ataque al corazón son todos sensibles a las toxinas que se encuentran en el humo de segunda mano.

"Los efectos del tabaquismo pasivo, incluso breve (de minutos a horas), son a veces tan grandes (en promedio de 80 a 90 por ciento) como los del tabaquismo activo crónico", escribieron.

"Causar efectos grandes no conlleva demasiado", afirmó Glantz. "Si uno ya tiene una circulación coronaria comprometida y entra a un ambiente con humo, hay un aumento sustancial en el riesgo de un evento agudo".

Barnoya considera que los hallazgos desmienten lo que el sector tabacalero desea que las personas crean. "Los argumentos del sector tabacalero han sido que no es probable que se encuentren tales efectos importantes en los fumadores pasivos, dada la dosis que obtienen en comparación con un fumador activo", explicó.

Pero los no fumadores son más sensibles al efecto del humo del tabaco que los fumadores activos, apuntó Barnoya. "En algunos casos, los efectos son tan grandes o aún más grandes que los vistos en un fumador activo".

Los peligros del humo de segunda mano son tan grandes que Barnoya considera que todo el mundo debe evitarlo. "Debemos luchar por ambientes libres de humo", subrayó.

Otros expertos no involucrados en el estudio concuerdan unánimemente con los peligros del humo de segunda mano.

"El humo de segunda mano enferma y mata a muchas personas en virtud de sus efectos cardiovasculares y también en virtud de sus efectos sobre los pulmones", señaló el Dr. Norman H. Edelman, director médico de la American Lung Association.

Otro experto considera el humo de segunda mano una agresión a la salud de los no fumadores. "¿Cómo puede una sociedad permitir que el humo de tabaco sea impuesto en personas inocentes?", cuestionó el Dr. David L. Katz, profesor clínico asociado de salud pública y director del Centro de Investigación Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

"Tenemos evidencia clara y convincente de que aquéllos que fuman están en realidad colocando a los que no fumamos en un grave peligro", agregó Katz. "Si bien deben tener autonomía sobre sus elecciones, no deberían tener autonomía sobre las nuestras. Fumar en lugares públicos no se detiene donde mi nariz comienza y, por tanto, debería estar prohibido. No sólo en algunos estados, sino en todos. Espero que este estudio ayude a cultivar la voluntad política de hacer que se haga lo necesario más temprano en lugar de más tarde".

Las solicitudes de respuesta al fabricante de cigarrillos Phillip Morris Inc. no fueron respondidas a tiempo para este artículo.

Más información

La American Heart Association puede darle más información sobre los peligros del humo de segunda mano.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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