Los cables de los desfibriladores implantables tienden a fallar

LUNES 30 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Los cables de los desfibriladores implantados, a través de los cuales suministran choques eléctricos para mantener los corazones latiendo normalmente, no son tan confiables como podría pensarse, según informa un centro de investigación cardiovascular alemán.

Un estudio publicado en la edición del 1 de mayo de Circulation halla que, aunque la composición de esos cables cambió en 1997 para mejorar la confiabilidad, tanto las versiones viejas como las nuevas de estos desfibriladores muestran un índice anual de defectos de alrededor de 20 por ciento una década después de la implantación. Teniendo en cuenta que estos dispositivos se utilizan para tratar las arritmias, ritmos cardiacos irregulares y peligrosos que pueden conducir al infarto, los investigadores anotan que un índice de fallas tan significativo implica una amenaza para la salud pública.

"Es un problema bastante grave porque si los conductores [cables] tienen defectos, necesitan ser cambiados, de lo contrario, el dispositivo no puede terminar la fibrilación", asegura el Dr. Thomas Kleeman, autor del estudio y electrofisiólogo clínico del Centro de cardiología de Ludwigshafen. "La cirugía para reemplazarlos no es fácil", agregó.

Es un problema que los estadounidenses que andan con los desfibriladores dentro de ellos deben enfrentar, unas 68,000 personas en 2004, el año más reciente para el que hay estadísticas disponibles.

Kleeman y sus colegas observaron la confiabilidad de los desfibriladores implantados en 990 pacientes del centro de Ludwigshafen entre 1992 y mayo de 2005. Hallaron un índice promedio de defectos del 15 por ciento en los cables y un tiempo medio de falla de 4.7 años. Una revisión halló que otros institutos alemanes se estaban enfrentando al mismo problema, aseguró Kleeman.

En general, es un asunto simple de gaste y desgaste, dijo. "Si el desfibrilador está implantado muchos años, las probabilidades de fallo aumentan", aseguró Kleeman, una probabilidad que aumenta con la cantidad de contactos por desfibrilador. Aún así, agregó, los fallos parecen ser más comunes en las mujeres, los más jóvenes y aquéllos cuyo ventrículo izquierdo estaba más sano antes de que se implantara el dispositivo.

La causa de la falla fueron problemas de aislamiento (el 56 por ciento), cables resquebrajados (12 por ciento), pérdida de la capacidad para detectar un pulso eléctrico anormal en la cámara cardiaca (11 por ciento), impedancia anormal (un problema en el circuito eléctrico, 10 por ciento) o una falla de sensibilidad (10 por ciento).

Aunque el 11 por ciento de los que recibieron desfibriladores durante el estudio murieron, ninguna de las muertes se atribuyó a falla de los contactos. De ese grupo, el 55 por ciento murió por insuficiencia cardiaca congestiva, el 13 por ciento por causas no cardiacas, el 9 por ciento por otros problemas cardiovasculares y el 2 por ciento por muerte repentina. En el 21 por ciento de los casos, la causa de muerte sigue siendo desconocida.

Los fabricantes cambiaron el aislamiento de los contactos de los desfibriladores en 1997. Cambiaron de poliuretano a silicona, anotó Kleeman. El índice de fallas de los contactos más nuevos para ser mayor durante los últimos años, dijo. Poco más del 90 por ciento de los cables más viejos sobrevivieron cinco años sin fallas, mientras apenas el 80 por ciento de los más nuevos lograron lo mismo.

"Los cables más nuevos ahora usan polímeros o ambos", anotó Kleeman. "Aparecieron el año pasado y podrían ser mejores".

Pero el estudio es un recordatorio de la vigilancia eterna necesaria en la medicina, sobre todo para dispositivos de los que dependa la vida, aseguró el Dr. Kenneth A. Ellenbogen, director de electrofisiología marcapasos de la Universidad del estado de Virginia y vocero de la American Heart Association.

"Hace varios años, escribí un editorial que consideraba que el DCI (desfibrilador cardioversor implantable) era el talón de Aquiles de esta terapia", señaló Ellenbogen. "Es importante no instalar un DCI y olvidarse del paciente. Es necesario darle un seguimiento cuidadoso y cercano a estos pacientes para detectar problemas muños años luego de la implantación".

Los DCI deberían ser revisados con frecuencia, incluso una vez al mes en algunos casos, agregó Ellenbogen. "Ciertamente, como los pacientes viven cada vez más y hay más tecnología nueva para que los dispositivos duren más, puede haber un riesgo significativo de falla", señaló.

La tecnología más reciente posibilita realizar lo que constituye una prueba continua de los DCI con monitores al lado de la cama que le transmiten información a los fabricantes, comentó Ellenbogen. La noticia sobre los DCI más nuevos no es tan mala, anotó.

"Ciertamente, esa ha sido mi experiencia clínica, que están mejorando", sostuvo.

Más información

La American Heart Association ofrece información más detallada sobre el funcionamiento de los DCI.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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