Un dispositivo puede ayudar a los testigos de un problema cardiaco a reanimar a la persona que lo esté sufriendo

Un mínimo de capacitación y desfibriladores podrían salvar a miles de personas

MIÉRCOLES 11 de agosto (HealthDayNews/HispaniCare) -- Miles de vidas podrían salvarse mediante la colocación de desfibriladores en lugares públicos y dando a un grupo de voluntarios una capacitación básica sobre cómo utilizarlos cuando el corazón de alguien deja de latir adecuadamente, según dos estudios que acaban de ser publicados.

Esa capacitación básica, que incluye un curso sobre resucitación cardiopulmonar (RCP) para ciudadanos normales, ofrece mejores resultados a la hora de salvar vidas que la capacitación especial para los paramédicos, según reveló uno de los estudios.

Dichos estudios, que aparecen en la edición del 12 de agosto del New England Journal of Medicine, son importantes porque son los primeros que evalúan específicamente la efectividad del uso de los desfibriladores por parte de los ciudadanos en situaciones habituales, afirmó el Dr. David J. Callans, profesor de medicina en la Universidad de Pensilvania y autor de un ensayo que acompaña los artículos.

"Todos los demás ensayos se realizaron en lugares de trabajo especializados o con paramédicos cuyo deber es responder ante una emergencia", apuntó Callans. "Éste es el primer esfuerzo que se realiza para demostrar el beneficio del acceso público a los desfibriladores".

Un desfibrilador administra un choque eléctrico que puede restaurar el ritmo normal de un corazón que ha parado de bombear debido a un latido cardiaco irregular. Más de 500,000 estadounidenses mueren cada año por los paros cardiacos anteriormente señalados.

Uno de los estudios realizados para evaluar si el hecho de capacitar a personas normales en el uso de los desfibriladores podría reducir la tasa fue realizado en los Estados Unidos. Más de 19,000 voluntarios de 933 unidades comunitarias se dividieron en dos grupos, uno de los cuales recibió capacitación en RCP y el uso del desfibrilador mientras que el otro sólo recibió capacitación en RCP. Al mismo tiempo, los desfibriladores se colocaron en lugares públicos, como, por ejemplo, centros comerciales.

Un total de 128 personas con paro cardiaco recibieron tratamiento de emergencia por parte del equipo de voluntarios capacitados en RCP y desfibrilador, y hubo más de 30 supervivientes. Sólo hubo 15 supervivientes entre las 107 personas con paro cardiaco que fueron tratadas por los voluntarios que sólo recibieron capacitación en RCP.

"El estudio muestra que una persona cualquiera puede utilizar de forma segura y eficaz los llamados desfibriladores inteligentes", afirmó el autor del estudio, el Dr. Joseph P. Ornato, presidente del departamento de medicina de emergencia en el Virginia Commonwealth University Health System.

Los dispositivos "funcionaron perfectamente", y "no se administraron choques inapropiados", apuntó Ornato. Sólo entre dos y cuatro horas fueron necesarias para capacitar a cada voluntario para administrar RCP, llamar al 911, y usar el desfibrilador, afirmó, y algunas vidas fueron salvadas por personas que usaron el desfibrilador sin capacitación.

Los investigadores concluyeron que una amplia implementación de estos dispositivos en lugares públicos podría salvar entre 2,000 y 4,000 vidas cada año en los Estados Unidos.

El segundo estudio, llevado a cabo en la provincia canadiense de Ontario, evaluó las tasas de supervivencia de más de 5,500 pacientes de paro cardiaco que recibieron tratamiento en el lugar del hecho, ya fuera por paramédicos capacitados en las llamadas técnicas de soporte vital avanzadas (ALS, por sus siglas en inglés), o por ciudadanos normales que administraron RCP y usaron los desfibriladores disponibles en lugares públicos.

La tasa de supervivencia para los que recibieron ALS por parte de profesionales fue de un 1.1 por ciento, reveló el estudio. De un 3.7 por ciento para los que recibieron RCP por parte de un ciudadano normal, y de un 3.4 por ciento para los que recibieron desfibrilación rápidamente.

"No hubo mejora en la tasa de supervivencia con el uso del soporte vital avanzado en ningún subgrupo", según el informe.

Ambos estudios muestran que "la desfibrilación es realmente el factor más importante" a la hora de prevenir la muerte por paro cardiaco, apuntó Callans. Pero el dinero es un factor que complica las cosas, añadió.

La U.S. Food and Drug Administration aprobó el uso de desfibriladores de acceso público en 2002. Pero cada desfibrilador cuesta alrededor de $2,000, y la pregunta es cuánto está dispuesta a gastar nuestra sociedad en ellos, apuntó Callans.

"Hay un beneficio médico en el acceso público de desfibriladores", dijo. "Pero el problema es implementar programas públicos que son médicamente apropiados pero costosos. Si tratamos de hacer un presupuesto de nuestros recursos para el paro cardiaco, los desfibriladores parecen más importantes".

Sin embargo, tener estos dispositivos en lugares públicos sólo salvará un número reducido de vidas. Los investigadores señalaron que aproximadamente cuatro de cada cinco casos de paro cardiaco se presentan en el hogar y no en un lugar público.

Más Información

La American Heart Association explica por qué y cómo usar un desfibrilador como parte del tratamiento de emergencia en caso de paro cardiaco.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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