Los adolescentes con una mala aptitud física con frecuencia se convierten en adultos de mediana edad enfermizos, muestra un estudio

obese boy
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MARTES, 12 de febrero de 2019 (HealthDay News) -- Los chicos adolescentes que tienen una mala aptitud física y/o son obesos podrían tener más probabilidades de enfermedad crónica y discapacidad en la adultez, según un estudio sueco de gran tamaño.

Los investigadores siguieron a más de 1 millón de chicos durante un promedio de 28 años, comenzando cuando tenían entre 16 y 19 años de edad.

Los que eran inactivos, obesos o ambas cosas en la adolescencia eran más propensos a recibir pensiones por discapacidad médica en la adultez. Las pensiones se otorgan en algunos países a los adultos en edad laboral que no pueden trabajar debido a una enfermedad o una lesión crónicas.

"La aptitud cardiorrespiratoria y la obesidad ya desde la adolescencia se relacionaban firmemente con la salud posterior", afirmó el investigador principal, Pontus Henriksson, dietista registrado en el Instituto Karolinska en Huddinge, Suecia.

Su equipo advirtió que este estudio no prueba que tener una mala aptitud física u obesidad en la adolescencia provoque discapacidades en la adultez, solo que ambas cosas parecen estar relacionadas.

Pero esa asociación es importante, porque muchos adolescentes tienen una peor aptitud y pesan más que las generaciones anteriores, señaló Henriksson. El estudio también provee más evidencias sobre la relevancia de la aptitud física y la obesidad en la adolescencia, como marcadores de la salud futura.

Los hombres con obesidad mórbida tenían el mayor riesgo, encontró el estudio.

Henriksson y sus colaboradores también encontraron que, en comparación con tener una mala aptitud física, tener una aptitud física moderada o alta se relacionaba con una reducción en el riesgo de discapacidad, independientemente de si se era obeso o no.

Las discapacidades comunes asociadas con una mala aptitud física incluían problemas musculares y lesiones debilitantes, enfermedades del sistema nervioso, problemas de la circulación y tumores, además de problemas mentales, encontraron los investigadores.

"Debemos aumentar nuestros esfuerzos por fomentar la actividad física y prevenir la obesidad a partir de la niñez", señaló Henriksson.

El Dr. David Katz, director del Centro de Investigación sobre la Prevención Yale-Griffin en New Haven, Connecticut, revisó los hallazgos.

"En la medicina preventiva, apuntamos rutinariamente que nunca es demasiado tarde para hacer algo para proteger la salud", enfatizó. "Este trabajo nos recuerda que tampoco nunca es demasiado pronto".

Y aunque este estudio solo mostró una asociación entre la inactividad temprana y la discapacidad posterior, evidencias abundantes sugieren que este patrón es causal, dijo Katz.

Ser activo y gestionar el peso puede ser una actividad saludable que padres e hijos pueden compartir, apuntó.

"Los padres y los niños que aún no se han comprometido con buscar juntos la salud tienen todo motivo para hacer ese cambio", añadió Katz.

"Todos queremos que las personas que amamos tengan salud y vitalidad. Los padres pueden ayudar a sus hijos a lograrlo, y los hijos pueden ayudar a sus padres. La salud, como el amor, es para compartir", anotó.

El informe se publicó el 11 de febrero en la revista Annals of Internal Medicine.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. tienen más información sobre los beneficios de la actividad física para los niños y los adolescentes.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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