El programa 'Nadie Muere Solo' ofrece consuelo al final de la vida

Hay voluntarios disponibles cuando la muerte se acerca para las personas sin seres queridos
Todd Havens
Todd HavensV3 volunteer Todd Havens. Photo: VUMC
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MARTES, 14 de marzo de 2017 (HealthDay News) -- Millones de estadounidenses mayores viven sus últimas horas solos en una cama de hospital.

Pero en algunos hospitales, una presencia reconfortante al lado del paciente se considera como parte esencial de la medicina del final de la vida. De forma que, si no hay amigos o seres queridos para mantener la vigilia, un voluntario podría ocupar su lugar.

"La diferencia que hace simplemente tener a alguien que agarre una mano es increíble", afirmó Rebecca Hixson, enfermera registrada en el Centro Médico del Hospital de Vanderbilt, en Nashville.

Los estadounidenses están viviendo más tiempo, y más personas mayores viven, y mueren, solas. Quizá sean solteros, no tengan hijos, o estén recibiendo tratamientos largos lejos de sus seres queridos.

Un paciente con un traumatismo que se llevó por vía aérea al centro médico del Vanderbilt es un ejemplo.

"Su familia vivía a dos estados de distancia. Cuando se fueron, no tenían dinero para comprar gasolina y volver", dijo Hixson, líder del personal clínico en el departamento de cuidados paliativos del hospital.

"Lo último que le dijo a su esposa es que no quería morir solo", recordó.

Cuando le dijeron que el hospital tenía a alguien que podía acompañarlo, "eso pareció consolarlo mucho", dijo Hixson. "Simplemente saber que habría una presencia humana lo calmó".

La Oficina del Censo de EE. UU. calcula que 18 millones de hombres y mujeres de a partir de 65 años de edad pasan por sus años dorados solos: nunca se casaron, están divorciados o han enviudado recientemente.

Y la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) estima que más de tres cuartas partes de los estadounidenses morirán en una cama de hospital o en un centro de atención a largo plazo, y no en casa.

Todo esto significa que muchos más adultos mayores se encontrarán sin "alguien que les defienda, o simplemente que esté con ellos en el hospital cuando llegue el momento", apuntó la Dra. Mohana Karlekar, directora de cuidados paliativos del Vanderbilt.

El punto de los cuidados paliativos es ofrecer alivio del estrés de una enfermedad grave, y mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.

El Vanderbilt inició su programa de voluntarios de vigilia en 2016. Se basó en un programa que comenzó 15 años antes en el Centro Médico del Sagrado Corazón en Eugene, Oregón.

El programa de Oregón, llamado Nadie Muere Solo (No One Dies Alone) se ha hecho popular en varios ámbitos de hospicio y hospitalarios a lo largo y ancho del país.

La idea es evaluar y entrenar con cuidado a voluntarios que puedan entablar amistad con esos pacientes solitarios cuando llegan al periodo de espera.

Como el Vanderbilt es un centro de traumatismos de nivel 1, "atendemos a los pacientes más enfermos de todos", dijo Hixson. "Con frecuencia, las personas llegan de áreas rurales por vía aérea, de lugares donde sus familiares (si los tienen) no tienen forma de venir a verlos cuando ya están aquí. Su sistema de respaldo simplemente no está presente".

Comentó que la meta del programa "no es solo mostrar respeto, sino de verdad ayudar a hacer que los momentos finales de alguien sean lo más significativos posible".

El programa piloto del Vanderbilt comenzó de forma modesta, con 25 voluntarios que atendieron a unos 15 pacientes en los seis primeros meses. Pronto se ampliará de los cuidados paliativos a la unidad de cuidados intensivos médicos, dijo Hixson.

Uno de los voluntarios comprometidos del programa es Todd Havens, de Nolensville, Tennessee.

Havens tiene experiencia en el servicio como bombero voluntario y profesor de primeros auxilios. También es vicepresidente de la oficina de auditoría interna del centro médico.

"Trabajo aquí, y sé que estoy respaldando una organización cuya misión es cuidar a nuestra comunidad", afirmó.

Su primera vigilia fue el septiembre pasado. La paciente era "una mujer mayor cuyo único pariente era un hermano que sufría de demencia", dijo Havens. "No podía cuidar ni de sí mismo. Y tenía casi 90 años, así que literalmente no contaba con nadie".

Havens comentó que se involucra con los pacientes (independientemente de que puedan comunicarse o no) reproduciendo música suave, leyendo libros o mediante la oración.

"Darles algo de paz es lo correcto, durante un momento tan crítico de sus vidas", afirmó.

Karlekar dijo que es importante contar con un sistema formal.

"Podemos intentar afrontarlo improvisando de forma no sistemática", explicó. "O podemos esforzarnos y hacer lo necesario de una forma organizada pero compasiva".

Más información

Para más información sobre la atención al final de la vida, visite el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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