La ingesta de sal entre los estadounidenses no ha variado en cincuenta años

Un experto señala que los esfuerzos intensos para limitar el sodio en la dieta estadounidense no están funcionando

MIÉRCOLES, 20 de octubre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Los estadounidenses continúan consumiendo más sal de la que debieran a pesar de décadas de advertencias que relacionan las dietas ricas en sal con aumentos en la presión arterial y mayor riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.

Un estudio reciente de la Harvard halla que la ingesta de sal es casi igual ahora que hace casi cincuenta años, una cantidad bastante superior a las directrices recomendadas, anotó el Dr. Adam M. Bernstein, autor líder del estudio.

Bernstein, becario de investigación del departamento de nutrición de la Facultad de salud pública de la Harvard y su colega, el Dr. Walter C. Willett analizaron 38 estudios publicados entre 1957 y 2003 que informaron sobre la cantidad de sal que más de 26,000 participantes eliminaron en la orina. Esta prueba es el cálculo más confiable de la ingesta de sal.

Los investigadores pensaron que encontrarían que la ingesta de sal había aumentado con el tiempo porque los estadounidenses consumen más alimentos procesados ahora que en 1957. Sin embargo, los datos mostraron que, década tras década, la gente constantemente consumió alrededor de 3,700 mg de sodio al día. Las directrices actuales sobre el sodio recomiendan hasta 2,300 mg (alrededor de una cucharadita) diaria para los adultos y 1,500 mg para los que tienen o están en riesgo de hipertensión.

El estudio aparece en la edición de noviembre de la American Journal of Clinical Nutrition.

Desde los años ochenta, el gobierno estadounidense ha recomendado reducir la sal para reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, Bernstein asegura que la continua Encuesta nacional de examen de la salud y la nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey, NHANES), que ofrece una instantánea del estado nutricional y de salud de los estadounidenses, sugiere regularmente que los estadounidenses consumen más sal ahora que hace veinte o treinta años. Sin embargo, esos datos se basan en parte en los recuerdos de los participantes de la encuesta sobre lo que comieron, en lugar de las muestras de orina, que son más precisas.

El estudio también anotó que aunque la ingesta de sal de los estadounidenses se ha mantenido relativamente constante durante cerca de cincuenta años, los índices de hipertensión y enfermedad cardiaca han aumentado en los últimos veinte años. Sin embargo, según los investigadores, los índices siempre crecientes de obesidad de los EE. UU. podrían tener un papel más crítico en este aumento que la ingesta de sal.

El mensaje principal del estudio es que "a pesar del esfuerzo intenso para lograr que los estadounidenses limiten su ingesta de sal, la evidencia sugiere que esto no ha sucedido", señaló el Dr. David McCarron, autor líder de un editorial acompañante en la revista.

Según el editorial, la ingesta promedio de sal de los estadounidenses en el estudio de la Harvard es similar a la que se halló en estudios internacionales. Esta similitud sugiere que los estadounidenses podrían necesitar una cantidad fija de sal y la buscan de manera predeterminada, señaló McCarron, profesor adjunto del departamento de nutrición de la Universidad de California en Davis.

McCarron dirigió un estudio de 2009 que analizó muestras de orina de 19,151 personas de 33 países durante 24 años. La ingesta diaria promedio de sodio fue de 3,726 mg diarios, incluso entre distintas poblaciones y dietas, y no hay evidencia de cambio con el tiempo. En un estudio de doce años con más de 13,000 personas de Suiza, también publicado en 2009, la gente alcanzó en promedio 3,680 mg diarios. "Hasta da miedo que las cifras sean tan parecidas", comentó McCarron.

A partir de estos estudios, según el editorial, el gobierno debería limitar sus directrices sobre sodio a aquellos que están en riesgo de hipertensión y enfermedad cardiaca en lugar de emitir guías amplias y generalizadas. McCarron ha consultado al Salt Institute y a la industria alimentaria en el pasado.

El 69 por ciento de los adultos estadounidenses cae dentro de estas directrices de riesgo, según halló un estudio de 2009 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Entre estas personas en alto riesgo están los mayores de cuarenta, los negros y los que tienen la presión arterial ligeramente elevada (prehipertensión).

Y se ha hecho un llamado a hacer más para lograr que los estadounidenses le bajen a la sal. En abril, un informe del Instituto de Medicina solicitó a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos que estableciera estándares nacionales para la sal agregada a los alimentos procesados. Según el informe, 32 por ciento de los estadounidenses adultos tiene hipertensión. Además, la Asociación Estadounidense de Medicina calcula que reducir la cantidad de sal en los alimentos procesados podría salvar 150,000 vidas cada año en los EE. UU.

Bernstein aseguró que apoya las directrices sobre el sodio del gobierno y que no está de acuerdo con la teoría del "punto fijo". Un punto fijo no explicaría por qué otras poblaciones tienen ingestas de sodio sustancialmente distintas", dijo.

Más información

Para saber más sobre la reducción de la ingesta de sal, visite la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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