Dos nuevos medicamentos para el Alzheimer se muestran promisorios en estudios iniciales

Los expertos advierten que las expectativas son bajas, en un campo minado de fracasos farmacológicos

DOMINGO, 14 de julio (HealthDay News) -- Los investigadores afirman que dos nuevos fármacos para la enfermedad de Alzheimer se han mostrado promisorios en unos experimentos iniciales, y que probablemente avancen a la próxima ronda de ensayos clínicos.

Un medicamento, conocido como inhibidor BACE, ha estado en desarrollo durante más de diez años. En unas pruebas muy tempranas, redujo dramáticamente los niveles de beta amiloidea, una proteína pegajosa que forma placas en los cerebros de los pacientes de Alzheimer.

Se cree que el segundo fármaco reduce la inflamación dañina. Los pacientes con deterioro mental leve que tomaron el fármaco durante más de un año experimentaron mejoras significativas en algunas medidas de la memoria y del pensamiento.

Los resultados de los estudios, ambos patrocinados por compañías que esperan mercadear los medicamentos, fueron presentados el domingo en la Conferencia Internacional de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), en Boston.

Normalmente, esos informes serían causa de optimismo en una enfermedad que afecta a cinco millones de personas y que en la actualidad no cuenta con tratamientos efectivos.

Pero los expertos en el Alzheimer ya han pasado por esta situación, y señalan que no están demasiado seguros de que los nuevos medicamentos lleguen a los pacientes.

"Es como esa película, '27 Vestidos'", comentó el Dr. Paul Rosenberg, profesor asociado de psiquiatría y ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore. "En este campo, hace mucho tiempo que somos damas de honor".

Hasta ahora, la búsqueda de un medicamento que pueda ralentizar o detener el implacable avance de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro ha resultado infructuosa.

Tan solo en el último año, tres nuevos agentes que estaban siendo observados muy de cerca fracasaron en ensayos clínicos en etapas avanzadas. En mayo, una compañía farmacéutica de Massachusetts anunció que cerraría después de que su medicamento experimental para el Alzheimer tuvo problemas inesperados de seguridad. En junio, Eli Lilly detuvo un estudio de un inhibidor BACE distinto cuando los pacientes que tomaban los fármacos mostraron señales de problemas del hígado.

Esas decepciones llegan después de años de intentar, y fracasar, con otros métodos promisorios. Las placas que taponan los cerebros de los pacientes de Alzheimer parecen ser aceleradas por el nivel alto de colesterol en la sangre. Por eso, los investigadores probaron fármacos reductores del colesterol en los pacientes de Alzheimer. No funcionó. Los médicos notaron que los cerebros de las personas con Alzheimer están muy inflamados, así que los investigadores crearon grandes ensayos para evaluar antiinflamatorios de venta libre contra la pérdida de la memoria. No ayudaron para nada.

De hecho, la mayoría de los fármacos en desarrollo tienen pocas probabilidades de éxito. Apenas alrededor del ocho por ciento de los fármacos que llegan a ensayos en humanos al final entrarán al mercado, según la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU.

"En el campo del Alzheimer, se puede decir que es cero, dado que no hemos contado con un nuevo medicamento en diez años", lamentó Rosenberg, quien no participó en los estudios.

Aunque tener esperanzas es difícil, Rosenberg dijo que probablemente iría a la presentación de los ensayos más recientes porque, según expresó, "esto es algo nuevo".

El primer estudio evaluó un fármaco llamado CHF5074, producido por una compañía italiana llamada Chiesi Pharmaceuticals. Se cree que el fármaco desactiva la inflamación del cerebro al modular las células microgliales.

Las microglías son las amas de casa del cerebro. Mantienen sus conexiones libres de desechos no deseados, pero también producen sustancias que provocan inflamación, que puede resultar tóxica con el tiempo.

96 pacientes tomaron una de tres dosis distintas del fármaco o un placebo en las primeras 14 semanas del estudio. Entonces, los investigadores abrieron el ensayo, permitiendo a los participantes del estudio que lo desearan seguir tomando la dosis original del fármaco. 74 personas optaron por seguir con el medicamento. Todos los pacientes sufrían de deterioro cognitivo leve, una etapa temprana de la pérdida de memoria que a veces avanza hasta el Alzheimer.

Catorce pacientes abandonaron el ensayo pronto. Tres lo abandonaron debido a eventos adversos. El efecto secundario principal que se reportó fue diarrea, que afectó al 16 por ciento de los pacientes que tomaban la dosis más alta del fármaco.

Tras 16 meses tomando el fármaco, los pacientes que siguieron tomándolo experimentaron mejoras significativas en algunas pruebas de memoria y de resolución de problemas. El medicamento pareció funcionar particularmente bien en los pacientes que portaban un gen conocido como APOE4, que confiere el riesgo genético más alto de Alzheimer. Los portadores del APOE4 experimentaron mejoras en las puntuaciones de las pruebas que eran alrededor de entre un tercio y un cuarto más altas que antes de iniciar el estudio.

"Nuestro estudio muestra que quizás, quizás, podamos ayudar a los pacientes con respecto a la memoria, tal vez porque evitamos que las microglías se activen en exceso", apuntó el líder del estudio, el Dr. Joel Ross, presidente de los Centros de Mejora de la Memoria de EE. UU. en Eatontown, Nueva Jersey.

Expertos que no participaron en la investigación observaron motivos para tener precaución con los resultados.

"No nos podemos sentir eufóricos porque algunos síntomas mejoraron en [74] de los pacientes", planteó Greg Cole, director asociado del Centro de Alzheimer de la Universidad de California, en Los Ángeles. "Tampoco está claro cuál es la naturaleza exacta de la modulación de las microglías".

Los autores del estudio admiten que tampoco saben exactamente cómo funciona el fármaco. Pero dijeron que ya planifican estudios más grandes para intentar confirmar su hallazgo.

El segundo fármaco presentado en la reunión, un inhibidor BACE desarrollado por Merck, tiene el problema contrario. Los investigadores saben exactamente cómo hace lo que hace. Lo que aún no sabe es si ayudará a los pacientes.

Los inhibidores BACE bloquean una enzima que divide una proteína grande en el cerebro en pedazos más pequeños de beta amiloidea pegajosa, una sustancia que forma las placas características en los cerebros de los pacientes de Alzheimer. Bloquear la enzima bloquea la producción de beta amiloidea.

"Este ha sido un objetivo importante. Las compañías farmacéuticas tardaron al menos una década para desarrollar este tipo de fármaco", apuntó Rosenberg. "Las compañías farmacéuticas hicieron mucha magia negra para lograr que este fármaco entrara al cerebro. Es realmente convincente que este medicamento haga lo que dice hacer".

En este estudio, que se diseñó mayormente para revisar la seguridad del fármaco, los investigadores asignaron a 30 pacientes a tomar una de tres dosis del fármaco o un placebo durante siete días. Los pacientes que tomaban las dosis más altas del fármaco observaron reducciones en la beta amiloidea del líquido cefalorraquídeo de más del 80 por ciento. Los investigadores señalan que no vieron evidencia de efectos adversos.

"Podemos reducir la amiloidea a niveles sin precedentes", aseguró el Dr. Mark Forman, científico principal de Merck, la compañía que desarrolla el medicamento.

Según los escépticos, el problema es que ya se han usado medicamentos para reducir la beta amiloidea, y no han tenido beneficios clínicos significativos para los pacientes, por lo menos para los que ya han sido diagnosticados con la enfermedad. Ha habido algunas señales de que reducir la beta amiloidea podría resultar útil para las personas que aún no han comenzado a mostrar síntomas de pérdida de la memoria.

Sin embargo, Forman dijo que cree que los inhibidores BACE tienen más probabilidades de funcionar.

"Los inhibidores BACE bloquean la generación de la amiloidea en la primera etapa de su producción. Es muy distinto de lo que otros estudios han hecho con anticuerpos, que en realidad fomentan la limpieza de la beta amiloidea tras su formación", explicó.

Los expertos se mostraron de acuerdo en que el medicamento parece funcionar bien para la reducción de la beta amiloidea.

Pero "aún está por verse cuándo se puede hacer y durante cuánto tiempo y lograr un beneficio clínico útil", apuntó Cole. "Eso es lo que ignoramos, y falta mucho tiempo para poder averiguarlo".

Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Más información

Para más información sobre los medicamentos disponibles para tratar los síntomas del Alzheimer, visite la Asociación del Alzheimer.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2013, HealthDay

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