Asocian muerte del fundador de Enron con la enfermedad cardiaca

Aunque el estrés tuvo que ver, la autopsia señala que Kenneth Lay también tenía la enfermedad de la arteria coronaria

JUEVES 6 de julio (HealthDay News/HispaniCare) -- Aunque indudablemente el estrés contribuyó a la muerte por ataque cardiaco de Kenneth Lay, fundador de Enron Corp., la enfermedad cardiaca fue la principal responsable, según el informe inicial de la autopsia.

"Lo que le estaba pasando indudablemente tuvo que ver con su muerte prematura a los 64", declaró el Dr. Redford Williams, director del Centro de investigación de medicina del comportamiento del Centro Médico de la Universidad de Duke y autor de Anger Kills (la rabia mata).

Sin embargo, según Williams, "cuando las personas que están sometidas al estrés de manera importante en algún momento de sus vidas mueren súbitamente, en casi todos los casos hay una aterosclerosis subyacente".

En el caso de Lay, el estrés no era cualquier cosa.

El ex director general se enfrentaba a un periodo en prisión prolongado luego de ser declarado culpable en mayo de los cargos de fraude y conspiración relacionados con el colapso de Enron en 2001. El escándalo le había costado a los inversionistas miles de millones de dólares y a miles sus trabajos.

Sin embargo, Lay, quien se encontraba de vacaciones en su casa de recreo en Aspen, Colorado, cuando sufrió el ataque, también tenía una historia poco publicitada de problemas cardiacos. Murió de "enfermedad grave de la arteria coronaria", un problema médico que se caracteriza por arterias obstruidas, de acuerdo con el juez de instrucción del condado de Mesa, según informó Rocky Mountain News.

Además ABC News informó que Lay ya había sufrido ataques cardiacos y tenía desfibriladores cardiacos portátiles en sus viviendas y en su avión. Había estado tomando estatinas para reducir sus niveles de colesterol y, hace unos cinco años, los médicos le implantaron una endoprótesis vascular, aparentemente como medida preventiva.

Todos estos detalles médicos sobre la muerte de un personaje público podrían calmar la percepción pública de que el estrés en sí mismo podría provocar un ataque cardiaco mortal.

Sin embargo, se sabe que las situaciones estresantes menos espectaculares que la de Lay pasan factura.

Un estudio británico reciente halló que los hombres que tenían estrés laboral crónico eran el doble de propensos a desarrollar síndrome metabólico que los que no informaban sobre estrés laboral. Las mujeres que tienen estrés laboral también eran más propensas a desarrollar el síndrome, aunque había pocas de ellas en el estudio. El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo cardiovasculares como obesidad, hipertensión arterial e hipercolesterolemia.

Además, una reciente investigación estadounidense halló que el desempleo duplica el riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular para los trabajadores entre los 50 y los 70. Los investigadores hallaron que las personas mayores de 50 que habían sido despedidas eran más del doble de propensas a sufrir ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares, en comparación con los que conservaron sus trabajos.

Tanto los infartos del miocardio como los paros cardiacos se han relacionado con el estrés, aunque hay mayor documentación sobre los primeros, según la Dra. Nieca Goldberg, jefa de atención cardiaca en mujeres en el Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.

Las personas con estrés crónico tienen mayores ritmos cardiacos y presión arterial, además de que también liberan la hormona cortisol, que se ha implicado con la acumulación de grasa en la parte central del cuerpo. También se considera que la depresión es un factor de riesgo para el ataque cardiaco, quizá debido a que las plaquetas de la sangre son más "pegajosas" en las personas deprimidas y es más probable que causen coágulos.

Williams agregó que el estrés también puede causar daño antes de que aparezca la enfermedad cardiaca. Algunos estudios han hallado que las personas que exhibieron indicadores de estrés o personalidades irascibles durante sus años universitarios eran más propensas a la enfermedad cardiaca, así como a morir por cualquier causa para cuando cumplían los 50. En ese punto medio, el 14 por ciento estaba muerto en el grupo de los estresados, en comparación con apenas entre el 2 y el 3 por ciento de los que tenían niveles inferiores de estrés.

Por otro lado, agregó Williams, "cuando aparece la enfermedad cardiaca, se tiene una situación en la que el estrés hace que el pronóstico sea aún peor de lo que hubiera podido haber sido".

Aquí hay un mensaje para todos, sentenció Goldberg.

"Cuando se trata de la salud cardiaca, no sólo tenemos que evaluar los factores de riesgo tradicionales, hay que averiguar mucho más acerca de la historia familiar y los médicos realmente necesitan abordar la salud emocional de sus pacientes", continuó.

Según la American Heart Association, más de 71.3 millones de estadounidenses tenían al menos una forma de enfermedad cardiovascular en 2003. Cualquier enfermedad cardiaca es el asesino No. 1 de los estadounidenses.

Más información

Para saber más acerca de la enfermedad de la arteria coronaria, diríjase a la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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