Con frecuencia, las lesiones de cabeza en los niños son repetidas, según plantea un estudio

Investigadores hallan que sufrir una lesión en la cabeza duplica el riesgo de ese tipo de trauma
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MARTES 3 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Los niños que sufren una lesión de cabeza tienen el doble de probabilidades de experimentar una segunda lesión de ese tipo dentro del año siguiente en comparación con los niños que se lesionan otras partes del cuerpo, según informa un equipo de investigadores canadienses.

Los hallazgos, que aparecen en la edición de abril de Pediatrics, deberían ser evaluados tomando en cuenta las tendencias actuales respecto al tiempo de recuperación de tales lesiones, apuntaron los investigadores.

"En esencia, este riesgo elevado de una segunda lesión de cabeza se sostiene durante el primer año", afirmó Bonnie Swaine, autora principal y profesora de la Escuela de rehabilitación de la facultad de medicina de la Universidad de Montreal en Canadá.

Swaine y su equipo señalan que estudios anteriores han indicado que las lesiones de cabeza conforman más del 10 por ciento de todas las visitas a las salas de emergencias de los hospitales en los Estados Unidos. Según un análisis, en el año 2000, las lesiones de la cabeza entre los niños estadounidenses de 17 años o menores dieron cuenta de más de 50,000 admisiones hospitalarias.

Aunque la mayoría de lesiones infantiles de la cabeza son leves, algunas son suficientemente graves para provocar dificultades cognitivas, físicas y emocionales duraderas, anotan los investigadores.

En el estudio, el grupo de Swaine condujo entrevistas telefónicas con los padres de más de 10,000 niños y niñas lesionados entre los 1 y 18 años de edad. Los niños fueron atendidos en uno de dos hospitales pediátricos de Montreal entre 2000 y 2003.

En el estudio se incluyeron dos grupos de niños. En el primer grupo había poco menos de 3,600 niños que experimentaron algún tipo de lesión de cabeza, lo que incluyó fracturas del cráneo, lesiones internas del cráneo, conmociones, fracturas faciales, lesiones dentales o visuales, y laceraciones faciales que ocurrieron como resultado de un impacto.

En el segundo grupo había poco más de 6,700 niños que experimentaron una lesión musculoesquelética en una parte distinta del cuerpo.

Independientemente de la naturaleza de la lesión inicial, dentro de los seis meses siguientes, el 2.4 por ciento de todos los pacientes (245 niños) regresó por una lesión de cabeza. En cuestión de un año, esa cifra aumentó a 4.1 por ciento, es decir 386 niños.

Entonces, el equipo se enfocó en los niños que habían sido tratados inicialmente por una lesión en la cabeza. Encontraron que 3.2 por ciento de ese grupo necesitó atención por una segunda lesión en la cabeza dentro de los seis meses siguientes y esa cifra aumentó a 5.5 por ciento en cuestión de un año. De hecho, los niños que tenían lesiones iniciales de cabeza tenían el doble de riesgo de sufrir otra lesión en la cabeza dentro de los 12 meses siguientes, frente a niños con otras lesiones.

En comparación con las niñas, los niños tenían un mayor riesgo de lesión subsiguiente en la cabeza independientemente de la naturaleza de su lesión inicial. Los niños que sufrieron una lesión inicial de cualquier tipo durante una actividad recreativa y los niños a quienes se consideraba más activos que el promedio también estaban en mayor riesgo de una lesión en la cabeza subsiguiente, encontraron los investigadores.

Swaine señaló que las directrices pediátricas para la prevención de una segunda lesión en la cabeza siguen en evolución. Por ejemplo, durante el periodo del estudio, los hospitales de Montreal habían recomendado a los padres que restringieran la actividad completa durante un mes después de que el niño experimentara la lesión en la cabeza. Pero desde entonces, ese protocolo se ha suavizado a una política de "pasos progresivos" que enfatiza un regreso gradual a la actividad, dependiendo de si se han aliviado los síntomas relacionados con el trauma inicial de la cabeza.

"Hay muy poca investigación sobre las lesiones acumulativas de la cabeza", señaló Swaine. "Desafortunadamente, todavía tenemos muchas preguntas y no podemos señalar de manera exacta qué está detrás del riesgo infantil y cuál es la mejor manera de gestionar la recuperación y prevenir nuevas lesiones".

"Pero", añadió, "nuestra investigación claramente no apoya el uso de restricciones de cuatro semanas en la actividad para reducir el riesgo. Soy madre de un adolescente y de un preadolescente y puedo decirle que no, no se pueden restringir. Simplemente tienen que aprender a adaptar sus actividades para reducir el riesgo en los deportes de contacto y el regreso a la actividad debería basarse en la presencia de síntomas como dolores de cabeza, mareo, náuseas, irritabilidad y sensibilidad a la luz".

El Dr. Douglas B. McKeag, director del Centro IU de medicina deportiva de Indianápolis, afirmó que la educación, en lugar de la restricción de la actividad, es la clave para prevenir una nueva lesión.

El hallazgo de Montreal "no me sorprende en lo absoluto, porque es el tipo de cosa que ya hemos encontrado en atletas jóvenes", afirmó McKeag, quien es también presidente del departamento de medicina familiar de la Facultad de medicina de la Universidad de Indiana.

De hecho, añadió, "para los jóvenes atletas, el riesgo en realidad aumenta entre tres y cuatro veces. Pero en cualquier caso, pensar que se puede impedir que los niños jueguen o realicen cualquier actividad por un periodo largo de tiempo es ridículo".

"Realmente no sabemos cuál es el tiempo apropiado de inactividad, en cualquier caso", añadió. "Así que si el niño se está arriesgando, como hacen muchos niños, la pregunta que hay que plantearse es qué están haciendo los niños que causó la lesión en la cabeza en primer lugar. ¿Se caen de bicicletas, se golpean chocando con otro jugador, van en un automóvil sin cinturón de seguridad o se desafían entre amigos a golpearse la cabeza? Porque, si sabe la respuesta, entonces hay cosas educativas que puede hacer sin restringir el nivel general de actividad del niño".

El U.S. National Center for Injury Prevention and Control (NCIPC) sugiere que los padres exhorten a sus hijos a descansar bastante después de una lesión en la cabeza. Las actividades que puedan llevar a otro impacto en la cabeza, como montar bicicleta, hacer deporte o usar el equipo de los parques, deben evitarse hasta que el niño sea declarado apto por un médico, aconseja la agencia.

Además, el NCIPC aconseja a los padres discutir la lesión con cualquier persona que cuide al niño, como una niñera o un profesor, que podría ser responsable del niño durante la recuperación, y evitar el uso de medicamentos que no hayan sido recetados por un médico.

Más información

Para más información sobre la recuperación de un niño de una lesión en la cabeza, visite el U.S. National Center for Injury Prevention and Control.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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