¿Quién tiene el riesgo más alto de lesiones en la cabeza en el fútbol americano juvenil?

Los que corren y hacen pases son más vulnerables, encuentra un estudio
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MARTES, 17 de octubre de 2017 (HealthDay News) -- Los jugadores jóvenes de fútbol americano son más propensos a experimentar un golpe en la cabeza que afecte al cerebro si participan en el juego de correr y hacer pases de un equipo, o un defensa que se mueve rápido, encontró un pequeño estudio.

Lo más frecuente es que los impactos de alta magnitud en la cabeza impliquen a posiciones como el mariscal de campo, el corredor y el defensa, dado que esos jugadores corren a toda velocidad por el campo abierto, concluyeron los investigadores de la Universidad Tecnológica de Virginia tras observar una temporada de fútbol americano juvenil en Blacksburg, Virginia.

Esos jugadores experimentaron casi el doble de golpes severos en la cabeza que los linieros, reportó el estudio.

"Los jugadores que pueden aumentar la velocidad antes del impacto y los que están fuera de la línea de ataque son más propensos a experimentar un impacto de alta magnitud en la cabeza", afirmó el investigador líder, Eamon Campolettano, asistente de investigación de postgrado en el departamento de ingeniería y mecánica biomédicas de la universidad.

Campolettano y sus colaboradores clasificaron los impactos de alta magnitud como aquellos que equivalían a más de 40 veces la fuerza de la gravedad, o 40 g.

Más o menos un 8 por ciento de los impactos en la cabeza que ocurrieron durante los partidos y los entrenamientos de los jóvenes tuvieron la suficiente fuerza como para ser calificados de alta magnitud, encontraron los investigadores.

Un neurólogo lo puso en perspectiva.

"Equivale a que un boxeador le pegue en la cabeza", señaló el Dr. David Dodick, profesor de neurología en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. "Nadie querría que a su hijo de 9 u 11 años le peguen en la cabeza o que participe en un combate de boxeo, pero ese es el tipo de fuerza al que algunos de estos niños se exponen de forma regular".

Más o menos un 70 por ciento de los jugadores de fútbol americano en Estados Unidos son estudiantes de escuela primaria e intermedia, dijeron los investigadores en las notas de respaldo.

Su investigación implicó a 45 jugadores en dos equipos juveniles de ligas organizadas por la ciudad de Blacksburg: un equipo de estudiantes más jóvenes de cuarto y quinto cursos de 9 a 11 años de edad, y un equipo con estudiantes de más edad de sexto y séptimo cursos de 11 a 13 años de edad, comentó señaló Campolettano.

Todos los jugadores recibieron cascos de fútbol americano que contenían sensores que medían la fuerza de un impacto, dijo Campolettano. Los investigadores también grabaron todos los partidos para poder revisar cómo sucedió cada impacto en la cabeza.

Durante la temporada juvenil, los jugadores participantes sufrieron 7,590 impactos en la cabeza, de los cuales 571 superaban las 40 g.

Los "zagueros" experimentaron 120 impactos de cabeza de alta magnitud, en comparación con 67 entre los linieros, encontraron los investigadores. En general, la tasa de impactos fuertes en la cabeza de los zagueros fue de 3.1 por cada 100 jugadas, frente a 1.7 por cada 100 entre los linieros.

En total, los impactos de alta magnitud en el campo abierto conformaron más o menos un 59 por ciento de todos los golpes severos en la cabeza durante los partidos, y un 70 por ciento de los que ocurrieron durante el entrenamiento, reportó el estudio.

Los impactos de alta magnitud ocurrieron con más frecuencia durante los partidos que en las sesiones de entrenamiento en ambos equipos.

"Creo que eso no resulta demasiado sorprendente, porque la situación del partido es mucho más intensa, probablemente con más velocidad y más contacto físico", argumentó Dodick. "Cuando uno juega en la línea de ataque con los compañeros de equipo es menos probable que quiera pegarles fuerte que cuando se juega contra otro equipo".

Pero a los investigadores les preocupa que como los entrenamientos se producen con una mayor frecuencia, sometan a los jugadores a más oportunidades de recibir impactos en la cabeza.

"Estos niños entrenan tres o cuatro veces más frecuentemente de lo que juegan en partidos", señaló Campolettano. "Si de verdad quiere reducir la exposición a los impactos en la cabeza, el esfuerzo se debe dirigir mediante cambios en los entrenamientos".

Aunque solo un jugador sufrió una conmoción cerebral diagnosticada en la temporada, los estudios han indicado que los impactos múltiples que no llegan a ser conmociones podrían acumularse hasta producir un daño a largo plazo en el cerebro, advirtieron Dodick y Campolettano.

El fútbol americano juvenil podría hacerse más seguro si los entrenamientos se realizaran estrictamente sin placajes, o con placajes con la cabeza subida, y si se utilizaran unos entrenadores capacitados para enseñar las técnicas adecuadas a los jóvenes jugadores, planteó Campolettano.

Pero resultados como éstos muestran que el fútbol americano juvenil quizá sea mejor sin placajes, dijo Dodick.

"Vemos evidencias de que mientras más pronto se exponen los niños a ese tipo de contacto, más probable es que sufran consecuencias tanto psiquiátricas como neurológicas en un futuro", advirtió Dodick. "Sus cerebros están en desarrollo. Los niños de esa edad forman nuevas conexiones en el cerebro todo el tiempo. Si esas conexiones se ven perturbadas, tendrá consecuencias para esos niños".

El estudio se publicó el 17 de octubre en la revista Journal of Neurosurgery: Pediatrics.

Más información

Para más información sobre los placajes en el fútbol americano juvenil, visite la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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