Los diabéticos mayores quizá estén recibiendo demasiada insulina

diabetes finger blood sample
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MIÉRCOLES, 25 de septiembre de 2019 (HealthDay News) -- ¿Se está tratando en exceso a las personas mayores con diabetes?

Un estudio reciente sugiere que sí. Los pacientes mayores y más enfermos tienden a ser los más propensos a seguir utilizando insulina para gestionar el azúcar en la sangre, a pesar de directrices que sugieren que con frecuencia, con la edad, es más seguro reducir la intensidad del tratamiento para la diabetes.

El estudio encontró que casi un 20 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 mayores de 75 años seguían usando el tratamiento con insulina. Y casi un 30 por ciento de las personas con diabetes de más de 75 años con una mala salud tomaban insulina.

Uno de los efectos secundarios más significativos de la insulina es un azúcar bajo en la sangre (una hipoglucemia). Puede dejar a la persona temblorosa, sudorosa, irritable, confundida y mareada. También puede provocar un latido cardiaco irregular, y puede conducir a un desmayo. Cuando alcanza su mayor gravedad, la hipoglucemia puede provocar la muerte, aunque esto ocurre raras veces, según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association).

Muchas organizaciones de salud importantes, entre ellas la Asociación Americana de la Diabetes, el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. y la Sociedad Americana de Geriatría (American Geriatrics Society) recomiendan que los pacientes mayores sanos pueden mantener un control más estricto del azúcar en la sangre. Pero para los pacientes con una mala salud y unas esperanzas de vida más cortas, esos grupos sugieren una reducción menos agresiva de los niveles de azúcar en la sangre.

"Parece un poco ilógico, tras pasar décadas trabajando duro para controlar el azúcar en la sangre, pensar en no hacerlo", anotó el autor del estudio, el Dr. Richard Grant.

"Pero, como con la mayoría de las cosas en la medicina, hay una proporción entre el riesgo y el beneficio, y la mayoría de los años, tomar insulina ofrece un beneficio mucho mayor que el riesgo. Pero a medida que la esperanza de vida se reduce, un control estricto del azúcar en la sangre provee menos beneficios que riesgos", apuntó Grant, científico investigador en la división de investigación de Kaiser Permanente del Norte de California, en Oakland.

Grant señaló que a los pacientes con frecuencia les preocupa si el médico aborda la idea de tratar su diabetes de forma menos agresiva. "No se trata de abandonar la atención, sino quizá de dar medio paso atrás para reducir el riesgo del tratamiento", explicó.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 23 de septiembre de la revista JAMA Internal Medicine.

Otro estudio publicado en línea el 16 de septiembre en la misma revista encontró que los pacientes no siempre siguen las directrices sobre la reducción del tratamiento. El estudio, dirigido por la Dra. Nancy Schoenborn de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore, encontró que un 60 por ciento de las personas encuestadas no estaban de acuerdo con las directrices y pensaban que mientras más tiempo se vive con la diabetes, más agresivo debe ser el tratamiento.

Estos hallazgos sugieren que los pacientes necesitan una mejor información sobre por qué los médicos recomiendan ciertos planes de tratamiento en lugar de otros, comentó Schoenborn en un comunicado de prensa de la universidad. Reducir los niveles de tratamiento puede disminuir el riesgo de efectos secundarios y mejorar la calidad de vida, afirmó.

El estudio de Grant incluyó a casi 22,000 personas que sufrían de diabetes tipo 2. Se siguió su salud durante hasta cuatro años, a partir de los 75 años de edad.

Su salud se definió como buena si tenían menos de dos afecciones médicas adicionales, o si tenían dos afecciones adicionales pero seguían siendo físicamente activos. La salud intermedia se definió como tener más de dos afecciones adicionales o tener dos afecciones adicionales y no hacer ejercicio semanalmente. Las personas con una mala salud tenían enfermedad pulmonar, cardiaca o renal en etapa final, demencia o un cáncer avanzado.

Las personas con una mala salud tenían el doble de riesgo de ser tratadas con insulina, en comparación con las que tenían una buena salud. Las que tenían una salud intermedia tenían un riesgo un 85 por ciento más elevado de ser tratados con insulina que las que tenían una buena salud, mostraron los hallazgos.

Las más propensos a seguir usando insulina a lo largo de los cuatro años del estudio fueron las que tenían una mala salud. Las personas con una buena salud fueron las menos propensas a seguir usando insulina.

Grant señaló que "es muy importante que los médicos reevalúen las metas y el tratamiento de los pacientes mayores de vez en cuando".

El Dr. Joel Zonszein, director, del centro clínico de diabetes del Centro Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York, comentó que "debemos comenzar a pensar un poco más sobre cómo tratamos a los pacientes mayores y en el impacto del tratamiento en su calidad de vida".

Zonszein dijo que prevenir los niveles de azúcar en sangre bajos (hipoglucemia) es incluso más importante en los pacientes mayores, y que hay unos tipos más nuevos de insulina y otros fármacos que se pueden usar que conllevan un riesgo más bajo de provocar hipoglucemia.

La conclusión, según los expertos, es mantener una conversación continua con el médico. En cualquier momento en que su estado de salud cambie, hable con el médico sobre los beneficios y los riesgos de todos los tratamientos que esté tomando.

Más información

Para más información sobre la vida con la diabetes durante la vejez, visite Johns Hopkins Medicine.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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