Desayunar mucho y cenar poco podría ayudar a controlar la diabetes

Un estudio preliminar halló que comer más por la mañana redujo los niveles de azúcar en la sangre

MARTES, 24 de febrero de 2015 (HealthDay News) -- Comer mucho para desayunar y cenar poco podría ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a mantener el azúcar en sangre bajo control, según un pequeño ensayo.

El estudio de 18 personas adultas con diabetes tipo 2 descubrió que las personas tenían unos niveles de azúcar en la sangre más bajos cuando el desayuno era su comida más abundante y la cena la más ligera. En promedio, sus niveles de azúcar en la sangre después de comer eran un 20 por ciento más bajos, en comparación con los días en que desayunaban poco y comían mucho por la noche.

Pero antes de que las personas con diabetes empiecen a atiborrarse en el desayuno, hay grandes advertencias que hacer, según los expertos.

En primer lugar, el estudio observó los efectos del azúcar en la sangre durante solamente una semana. "Ahora tenemos que demostrar que el horario de las comidas con un desayuno rico en calorías y una cena reducida funciona a largo plazo: de tres a seis meses", dijo la investigadora principal, la Dra. Daniela Jakubowicz, de la Universidad de Tel Aviv, en Israel.

Además, las dietas de este estudio se controlaron cuidadosamente, de modo que en cada comida había un equilibrio particular de carbohidratos, proteínas y grasa. La ingesta general de calorías también se limitó a aproximadamente 1,500 calorías al día.

Según Jakubowicz, se debería mantener el mismo principio aunque las personas comieran más calorías diarias. Un desayuno proporcionalmente grande y una cena más pequeña aún podrían ayudar a controlar el azúcar en la sangre.

Pero otros investigadores que revisaron el estudio indicaron algunas dificultades para traer esta dieta al mundo real. Una es por cuestiones prácticas.

"Si la mayoría de las personas fueran todavía granjeros, esto sería natural", dijo Judith Wylie-Rosett, jefa de promoción de la salud e investigación sobre la nutrición en el Colegio de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York.

En la sociedad de hoy en día, las personas a menudo tienen mucha prisa por la mañana, indicó Wylie-Rosett. "Muchas personas se saltan el desayuno por completo, y entonces comen mucho en la cena", dijo.

Este estudio, según Wylie-Rosett, refuerza algo que la investigación (y el saber popular) consideran que es cierto: saltarse el desayuno probablemente no sea bueno.

Y aunque sentarse a la mesa ante un festín por la mañana quizá no sea factible, las personas con diabetes podrían todavía beneficiarse de unos cambios menos dramáticos, dijo Wylie-Rosett.

"Creo que es razonable para las personas comer algo al menos en el desayuno, y cenar algo más ligero", señaló. "Y los cambios más pequeños a menudo son más fáciles de mantener a lo largo del tiempo".

Para realizar el estudio, Jakubowicz y su equipo hicieron que cada uno de los participantes pasara dos semanas con una dieta controlada. Se les dio las mismas comidas "abundantes" y "ligeras" cada día, con el mismo almuerzo entre medias. Lo único que cambió era el momento en que se comían. Durante una semana, las personas comían la comida abundante por la mañana y la ligera por la noche. Durante la otra semana, revertían ese patrón.

La comida ligera tenía unas 200 calorías, y consistía en una ensalada, tres filetes de pechuga de pavo y una taza de café.

El almuerzo siempre era la segunda comida más abundante del día, con aproximadamente unas 600 calorías. Tenía una ensalada con aceite de oliva, sopa de verduras, pollo al horno, una papa al horno y una manzana.

En su comida más abundante, los participantes tomaban 700 calorías: un huevo revuelto, algo de aceite de oliva y atún, dos rebanadas de pan de trigo integral, yogur y cereales, una barra de granola y un café con leche desnatada.

Y allí radica otro problema al traer esto al mundo real, según el Dr. Osama Hamdy, director médico del programa clínico de obesidad en el Centro de Diabetes Joslin de Boston.

"Para la mayoría de la gente, el desayuno no es así", dijo.

Para la mayoría de los estadounidenses, las palabras "desayuno abundante" probablemente traigan a la mente imágenes de tortitas untadas con almíbar, tostadas con mantequilla y un montón de tocineta. Pero estos hallazgos no dan la luz verde a ese tipo de comida, advirtió Hamdy.

Dijo que sería más útil estudiar los efectos sobre el azúcar en la sangre de las comidas que son más parecidas al "modo en que realmente comen las personas".

"Desde una perspectiva clínica, traducir la dieta de este [estudio] al mundo real sería casi imposible", dijo Hamdy.

Aparte de eso, no está claro hasta qué punto es realmente efectivo el horario del desayuno abundante y la cena ligera. Los niveles de azúcar en la sangre de los participantes del estudio se midieron poco después de cada comida. Hamdy dijo que eso no da una indicación verdadera del control del azúcar en la sangre a largo plazo.

Hamdy se mostró de acuerdo en que desayunar (con algunas proteínas) es una idea saludable. Pero advirtió que no se vea el desayuno abundante como la "pócima mágica" para el tratamiento de la diabetes tipo 2.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 24 de febrero de la revista Diabetologia.

Más información

La Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association) tiene más información sobre la planificación de las comidas.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2015, HealthDay

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