Se pide a los negros que se hagan pruebas para la enfermedad de los riñones

El problema es en ellos más agudo que en los blancos

LUNES 14 de junio (HealthDayNews/HispaniCare) -- John "Tony" Ward manejaba su camión por hasta 18 horas al día, devorando comida rápida cuando se le antojaba o cuando podía.

"McDonald's Burger King, Pizza Hut, lo que fuera que estuviera cerca y que fuera conveniente que pudiera conseguir. Era un estilo de vida simplemente terrible", dijo el habitante de Silver Spring, Maryland, padre de dos hijos y con 43 años de edad. A pesar de que tenía diabetes, "Pensaba que era Súper Humano.". Nada podía hacerme daño".

Pero algo finalmente le hizo daño: Una insuficiencia renal, que se le descubrió el 10 de marzo de 2002.

Ward es uno de los 20 millones de estadounidenses que sufren de enfermedad renal. Cerca de 400,000 personas necesitan diálisis o han tenido un transplante de riñón, los únicos tratamientos para la insuficiencia renal. Este número se ha duplicado en cada una de las dos últimas décadas. Para el 2010, estarán desarrollando insuficiencia renal la misma cantidad de personas que mueren de cáncer del pulmón, la principal causa de muerte por cáncer, dijo el Dr. Thomas Hostetter, director del National Kidney Disease Education Program (programa de educación nacional sobre la enfermedad renal), parte de los National Institutes of Health (NIH). Este programa educativo se está lanzando para ayudar a aumentar la conciencia sobre la enfermedad renal y para animar a las personas que están en riesgo a que se hagan las pruebas.

Esta enfermedad es insidiosa, ya que muchas veces no muestra síntomas hasta que está relativamente avanzada.

Ward es negro y los negros tienen cuatro veces más posibilidades de desarrollar insuficiencia renal que los blancos. ¿La razón? "Los afroamericanos parecen tener más diabetes y más hipertensión que la población en general y esas son las principales causas de la enfermedad renal", dijo el Dr. John Curtis, profesor de medicina en la Universidad de Alabama en Birmingham.

La ironía es que ambas condiciones previas son altamente prevenibles. "Tanto la diabetes como la presión sanguínea son responsables del 70 por ciento de las fallas renales, y dado que son tan fácilmente tratados esto es realmente una tragedia", dijo Hostetter. "No sólo se podría prevenir la enfermedad renal, sino que también sabemos que una vez las personas tienen algo de enfermedad renal, hay medidas importantes que se pueden tomar para hacer la progresión más lenta. Hay una cantidad de etapas en las que el progreso de la enfermedad puede ser interrumpido".

De hecho, a Ward se le diagnosticó diabetes cerca de una década antes de que se supiera de su enfermedad renal. Sin embargo, no hizo nada para modificar su estilo de vida para controlar la diabetes.

Como resultado, terminó en diálisis por cerca de un año y en septiembre 16 de 2003 se le hizo un transplante de riñón.

Fue uno de los afortunados. De las 100,000 personas que desarrollan insuficiencia renal cada año, solo el 15 por ciento obtiene un riñón de reemplazo, dijo Hostetter. El resto tiene que permanecer en diálisis, que es mucho menos efectiva, mucho más limitante, y mucho más cara que un transplante.

Ward pudo conseguir un transplante porque su esposa, que trabaja para NIH, donó un riñón al Washington Regional Transplant Consortium (no pudo hacer la donación a su esposo porque el órgano no era compatible). Su donación envió a Ward al tope de la lista.

Ahora, Ward espera por un páncreas (ha estado en esa lista desde octubre de 2003), y su pronóstico con ambos órganos es bueno, siempre y cuando sea cuidadoso con su dieta, se ejercite y tome sus medicamentos inmonosupresivos, para que su cuerpo no rechace los nuevos órganos.

Tanto los negros como los blancos sobreviven más y mejor con transplantes que con diálisis, pero los negros, una vez más, tienen la peor parte, con menos transplantes que los blancos.

Parte del problema es la escasez de familiares vivos que donen en la comunidad negra. "Muchas veces, los familiares de los afroamericanos tienen la enfermedad ellos mismos, no necesariamente la etapa final, pero hipertensión o diabetes", dijo Curtis. Eso los descalifica como donantes.

El otro problema es que el gobierno sólo paga por 3.8 años de medicamentos inmunosupresivos, aunque los receptor de órganos necesitan tomarlos durante todas sus vidas. Los negros son menos propensos a tener seguro complementario que pague por estos vitales medicamentos, dijo Curtis.

La clave es no terminar necesitando diálisis o un transplante. Las pruebas de la enfermedad renal son económicas, efectivas y están disponibles, dijo Hostetter.

"La enfermedad del riñón es una asesina entre los afroamericanos. Cuando se haga un chequeo con su médico, solicite que se le haga la prueba de la enfermedad renal, y también de la diabetes", añadió Ward. "Si lo hubiera descubierto a tiempo, todavía estaría trabajando a tiempo completo. No tendría las cuentas médicas que tengo ahora mismo".

Más Información

Visite el National Kidney Disease Education Program.

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