Nuevo medicamento contra la epilepsia reduce el riesgo de defectos congénitos

Pero un estudio halla que otro medicamento más tradicional aumenta las posibilidades

VIERNES 25 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Un nuevo medicamento contra la epilepsia diseñado para controlar los ataques parece reducir los riesgos de defectos congénitos para las mujeres con el trastorno que quedan embarazadas.

Pero según una reciente investigación, otro medicamento más tradicional sí aumenta las posibilidades de defectos de nacimiento.

Los hallazgos aparecen en la edición de esta semana de Neurology, la publicación de la American Academy of Neurology.

El embarazo puede ser difícil para las mujeres epilépticas porque los medicamentos que deben tomar para controlar las convulsiones se han asociado con un incremento de tres veces en el riesgo de defectos congénitos.

El estudio señaló que el nuevo medicamento, lamotrigine, introducido en la década pasada, parece reducir el riesgo de defectos congénitos al 2.9 por ciento, que es similar al riesgo de 2 a 3 por ciento del resto de la población.

El hallazgo se basa en un registro permanente de 12 años que reúne información acerca del riesgo de defectos de nacimiento entre los niños de unas 400 mujeres que tomaron lamotrigine durante el embarazo. El registro está financiado por GlaxoSmithKline, fabricante de lamotrigine, que se vende como Lamictal.

Aunque el número de embarazos sobre los que se informa en el registro es demasiado pequeño para llegar a conclusiones científicas absolutas, los hallazgos muestran consistentemente que tomar solo lamotrigine se relaciona con un menor riesgo de defectos congénitos, según indicó la autora principal del estudio Marianne Cunnington, jefe de epidemiología de GlaxoSmithKline.

"Tenemos una creciente confianza en los datos y creemos que es información muy importante porque le brinda a los médicos datos concretos para basar sus evaluación de riesgo y beneficio", sostuvo.

"Sé puede decir con cierta autoridad que el lamotrigine se ve bastante seguro", concordó la Dra. Patricia Penovich, del Minnesota Epilepsy Group de St. Paul, quien escribe un editorial acompañante en la publicación. "Es muy prometedor".

Por otro lado, esta y otra investigación aparecida en Neurology informaron que que el ácido valproico, un medicamento para las convulsiones ampliamente utilizado, se relacionó con un mayor riesgo de defectos congénitos, así como con una mayor incidencia de problemas neuropsicológicos entre aquellos niños cuyas madres consumieron el medicamento.

En los informes del registro de GlaxoSmithKline, los investigadores hallaron que si las mujeres tomaban lamotrigine en conjunto con ácido valproico, el riesgo de tener niños con defectos congénitos aumentaba súbitamente a 12.5 por ciento.

Otro estudio publicado en la edición del 22 de marzo de Neurology informó acerca de 149 mujeres que tomaron ácido valproico durante el embarazo. Entre esas mujeres hubo 16 bebés con defectos de nacimiento, el 10.7 por ciento. Estas mujeres tenían tres veces más posibilidades de tener bebés con defectos congénitos que aquellas que habían tomado otros medicamentos contra las convulsiones. Además, tenían siete veces más posibilidades de tener un bebé con un defecto congénito que las mujeres de la población en general, señaló el estudio.

Los hallazgos se basaron en una revisión del North American Antiepileptic Drug (AED) Pregnancy Registry.

En un tercer estudio reseñado en la publicación, los investigadores hallaron que los niños expuestas al ácido valproico en el vientre materno tenían más posibilidades de menores puntuaciones de CI verbal que aquellos que nacieron de madres que tomaron otros medicamentos para la epilepsia o ninguno durante el embarazo.

Es más, el 22 por ciento de los niños cuyas madres habían tomado ácido valproico durante el embarazo tenían puntajes de CI en el rango sumamente bajo, o con deficiencia mental. En la población general, apenas entre el 2 y el 3 por ciento de los niños caerían en esta categoría, según los investigadores del Departamento Universitario de Neurociencias del Centro de Neurología y Neurocirugía Walton de Liverpool en Inglaterra.

Los científicos reclutaron a 163 madres epilépticas y a sus 249 hijos. Hallaron en una serie de pruebas que los 41 niños expuestos al ácido valproico en el vientre materno tenían más posibilidades de tener puntajes bajos de CI verbal.

Aún así, los médicos anotan que seleccionar un medicamento contra las convulsiones implica mucho más que simplemente escoger aquél que conlleve la menor cantidad de riesgos de defectos de nacimiento.

"El primer objetivo es no tener ataques", aseguró Penovich, pues éstos pueden afectar tanto a la madre como al bebé en gestación.

Además, las personas tienen respuestas idiosincrásicas a los medicamentos contra las convulsiones, lo que significa que distintos medicamentos o distintas combinaciones de éstos funcionan de manera distinta en pacientes diferentes. Entonces, algunas personas podrían responder mejor a los medicamentos más tradicionales que a los más nuevos, comentó el Dr. John Messenheimer, director principal de investigación clínica sobre la epilepsia de GlaxoSmithKline.

Aunque dos tercios de la población epiléptica pueden ser tratados con un medicamento, lo que se conoce como monoterapia, el resto necesita una combinación para mantenerse saludable, acotó Penovich.

"Los medicamentos más antiguos todavía se utilizan ampliamente alrededor del mundo y el ácido valproico y otros medicamentos tienen valor en cuanto a su eficacia", dijo Messenheimer.

El punto es, según estos profesionales de la salud, que a medida que haya mayor información científica disponible para médicos y pacientes, más enterados estarán sobre la atención.

"La manera de usar está información es que los proveedores de cuidado de estas mujeres deberían ser conscientes de cómo se desarrolla esta información y mantenerse al día", recomendó Penovich.

Entonces, aquellas mujeres que planean tener familia, e incluso las jóvenes a las que se les acaba de diagnosticar epilepsia, pueden trabajar con sus médicos para concebir un plan de tratamiento que sopese los riesgos y beneficios de la mejor manera posible con miras a un embarazo futuro, sostuvo.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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