Algunos veteranos de la guerra de Irak tienen problemas respiratorios

Muchos casos relacionados con el incendio de una mina de azufre en Mosul en 2003

MIÉRCOLES 21 de mayo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los soldados estadounidenses expuestos al incendio de una mina de azufre cerca a Mosul, Irak, en 2003 regresaron a casa con un trastorno respiratorio debilitante que afecta las vías respiratorias pequeñas del corazón.

Sin embargo, los médicos sólo pudieron diagnosticar la afección, la bronquiolitis, con una biopsia de pulmón. Las pruebas convencionales no invasivas no lograron identificar con confiabilidad el problema, según los autores de un estudio que se esperaba que fuera presentado el miércoles en la Conferencia internacional de la American Thoracic Society en Toronto.

"Desde mi punto de vista, si alguien regresa del servicio de Irak y tiene problemas para respirar, y no tenemos una explicación, hay que considerar esto", aseguró el Dr. Robert Miller, autor principal del estudio y profesor asistente de medicina de atención crítica y pulmonar de la facultad de medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee. "Lo otro es que las exploraciones de rutina probablemente no sean efectivas en este caso".

Saber esto es algo que podría ayudar a los soldados que regresan a recibir beneficios médicos necesarios. "Es importante hacer este diagnóstico con una biopsia porque es la única manera en que los soldados pueden obtener algún tipo de discapacidad", señaló Miller.

El incendio de la mina de azufre cerca a Mosul desencadenó la liberación artificial más grande de azufre de la historia 100 veces mayor que la de la erupción del Monte Saint Helens en el estado de Washington en 1980, según la información de respaldo del estudio.

El Dr. Jeffrey Bernstein, director Centro de información sobre venenos de Florida de la Universidad de Miami y el Hospital conmemorativo Jackson, aseguró que el azufre es un irritante conocido, un subproducto de la combustión y un componente de la contaminación del aire. "En concentraciones elevadas y con una exposición prolongada, llega hasta la parte inferior de los pulmones y causa inflamación", explicó.

Aunque los resultados de las pruebas de función pulmonar estándar realizados con los soldados no fueron notorios, la gravedad de los síntomas llevó a los médicos a realizar las primeras biopsias, según el Dr. Matthew King, autor líder del estudio y subespecialista en medicina pulmonar y de atención crítica de la Vanderbilt.

"Estábamos tratando pacientes muy entrenados y de elite. Podían correr dos millas (3.2 km) en 12 y medio o 13 minutos antes de su despliegue a la zona de guerra", comentó Miller. "Cuando los recibimos, lo más que podían hacer era recorrer esa distancia medio corriendo y medio caminando".

La función pulmonar de uno de los soldados era de 115 por ciento cuando fue desplegado. Al regresar, se había reducido a poco más de 80, aunque esos valores se consideran normales, según los autores del estudio.

En total, 31 soldados que regresaron se sometieron a biopsias, además de radiografías de tórax, pruebas de función pulmonar y tomografía computarizada de alta resolución. De éstos, a 29 se les diagnosticó bronquiolitis. Además, de esos 29, 21 habían estado expuestos al incendio de la mina de azufre de Mosul, mientras que cinco tenían "exposiciones desconocidas". Dicho de otra manera, algunos soldados que no fueron desplegados cerca del incendio tuvieron problemas similares.

"La especulación sobre [los cinco individuos de "exposición desconocida"] es que cuando se está en una guerra en Irak se está expuesto a muchos incendios que someten a inhalación", comentó Miller. "Allá queman de todo, la basura, los desechos humanos, además de depósitos de armas y explosivos".

Según Bernstein, "tiene mucho sentido que el dióxido de azufre pueda causar esta enfermedad en soldados que han tenido una exposición conocida considerable. Se trata de un muy buen estudio de su tipo, pero quedan cuestiones por resolver. Lo que [el estudio] no dice es cuánta gente que fue enviada al área resultó expuesta y debería tener bronquiolitis".

No hay un tratamiento bueno para la bronquiolitis, según Miller, y la mayoría de los soldados estudiados han sido dados de baja de las fuerzas militares por motivos médicos. La buena noticia es que los soldados a los que se les dio seguimiento en este estudio no han experimentado el deterioro de su afección en los últimos dos años o dos años y medio.

Los participantes del estudio eran del 101 batallón aerotransportado, que tiene su sede en Fort Campbell, Kentucky. Sin embargo, estos soldados no fueron los únicos expuestos al incendio de Mosul. Otros batallones ayudaron también a controlar el incendio, según King, y podrían haber resultado afectados también.

Más información

El Ejercito de los EE.UU. tiene más información sobre los efectos para la salud del incendio de Mosul.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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