El factor 'X' aumenta la salud y la longevidad de las mujeres

Expertos señalan que tener dos cromosomas X pone a las mujeres en ventaja

MARTES 21 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- En la guerra de los sexos, la naturaleza concede a las mujeres una arma extra desde un principio.

La razón, de acuerdo con los genetistas es que las mujeres cuentan con dos copias del poderoso cromosoma X, mientras que los hombres sólo nacen con una X, más un cromosoma relativamente débil, el Y.

La investigación genética muestra cada vez más que, además de marcar la frontera del ADN entre varones y hembras, esta división otorga a las mujeres una ventaja decisiva para mantener a raya enfermedades y aumentar la longevidad.

"Aún en el útero, mueren más varones que hembras. Mueren muchos más varones con ciertas anormalidades cromosómicas que hembras, mueren más pronto y son ciertamente más vulnerables", explicó la Dra. Barbara Migeon, profesora del Instituto de Medicina Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.

Migeon es la autora de un artículo especial que subraya la "ventaja del factor X" en la edición del 22 de marzo del Journal of the American Medical Association, que se dedica a temas relacionados con la salud de la mujer.

Desde hace mucho tiempo, los encuestadores del censo han notado que las mujeres gozan de una ventaja decisiva de supervivencia con relación a los hombres. Según datos federales de 2003, las mujeres estadounidenses viven en promedio 80.1 años, en comparación con 74.8 años para los hombres.

"Pero, cada vez que leo sobre las cosas que pudieran ser responsables de estas diferencias de género, siempre se limita a las diferencias entre varón y hembra respecto a las experiencias de la vida, las hormonas o el aparato reproductivo", explicó Migeon. Lo que se ha dejado fuera, apuntó, es la diferencia genética fundamental entre ambos sexos.

Esa diferencia se origina en el hecho de que las mujeres nazcan con dos copias del poderoso cromosoma X, dijo.

"Las personas creen que la X sólo tiene que ver con el sexo", destacó Migeon, "pero dispone de 1,100 genes que hacen todo tipo de cosas, desde su participación en la coagulación de la sangre hasta la función muscular, hasta deshacerse de los desperdicios [celulares]. Se trata de un cromosoma muy activo".

Las hembras reciben una X de cada padre, mientras que los varones reciben una X más otro cromosoma comparativamente "débil", el Y, cuya pequeña cantidad de ADN activo está vinculada básicamente con el desarrollo de características masculinas.

Al igual que todo el material genético, los genes del cromosoma X pueden mutar o ser disfuncionales, y tal vez dar origen a enfermedades.

"De forma que si se produce una mutación en el cromosoma X, el hombre no tiene una buena copia del gen, así que sólo dispone de esta única copia defectuosa", apuntó Migeon. "En cambio, las mujeres cuentan con dos cromosoma X, y si tienen la copia defectuosa, también tienen la copia normal en el otro cromosoma X. Esencialmente, tienen una "copia de seguridad".

Este simple hecho podría explicar por qué las mujeres parecen ser más fuertes contra ciertas enfermedades y la muerte prematura que los hombres, aseguró.

Pero existe una complicación añadida, algo que los genetistas llaman "mosaicismo".

El mosaicismo se refiere al hecho de que la expresión simultánea de ambas copias de los genes del cromosoma X es letal para las células. Así que, en las células de cualquier mujer, se ha inactivado uno de sus cromosomas X, mientras que el otro permanece activo.

"En ese sentido, yo [y todas las mujeres] soy un 'mosaico' con respecto a que los genes de mi madre o de mi padre están funcionando en mis células", explicó Migeon. De célula a célula, de tejido a tejido, el ADN de una mujer es simplemente más variado en este aspecto con relación al de los hombres.

"Generalmente, el mosaicismo es una ventaja", dijo Migeon, dado que ofrece a las células de una mujer más flexibilidad en caso de que ocurra una mutación peligrosa.

Pero en casos poco comunes, esta ventaja podría ser contraproducente, agregó. Por ejemplo, hace tiempo que los médicos se han dado cuenta que las mujeres son mucho más propensas a enfermedades autoinmunes como la esclerodermia o el lupus, donde el cuerpo ataca sus propios tejidos, que los hombres.

Migeon sospecha que a principios del desarrollo embrionario, un pequeño porcentaje de fetos hembras podría desarrollar un desequilibrio serio durante la disputa de la expresión del gen entre los dos cromosomas X, siendo uno el claro vencedor. Esto podría influenciar procesos claves como el "autoreconocimiento" donde el desarrollo del sistema inmune aprende qué células y tejidos forman parte de sí mismo, y cuáles son "extraños" y necesitan ser atacados.

Si este autoreconocimiento falla, podría dar origen a las enfermedades autoinmunes que afligen el cuerpo durante toda la vida, teoriza Migeon.

El "factor X" podría tener incluso mayores implicaciones. Estudios en monos han sugerido que esto podría explicar las diferencias entre los varones y las hembras en cuanto a la comprensión del color, apuntó Migeon. También hay evidencia de que la genética basada en X influye en casi todo desde el ámbito de la atención (las hembras tienden a prestar más atención a las tareas que los varones) hasta los rasgos de la personalidad, como el sentido del humor.

De acuerdo con Migeon, el cromosoma X ha permanecido demasiado tiempo a la sombra de las discusiones sobre salud y diferencias conductuales entre los sexos.

"Siempre he creído que el público realmente necesitaba saber más al respecto, y que los médicos debían tomarlo en cuenta más a menudo", dijo.

Más información

Para más información sobre la interacción de la genética y la salud, visite el U.S. National Human Genome Research Institute.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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