Los éticos se enfrentan a preguntas difíciles respecto al uso de unos medicamentos contra el Ébola

La crisis de África occidental gana impulso, y aumenta la presión de llevar medicamentos no evaluados a los pacientes desesperados

LUNES, 11 de agosto de 2014 (HealthDay News) -- A medida que el número de fallecimientos por el brote de Ébola de África occidental se acerca a los mil, muchas personas hacen un llamado para una mayor producción y uso de medicamentos no evaluados que podrían ayudar a los pacientes.

Unas cuantas muestras de uno de estos fármacos, llamado ZMapp, parecieron ayudar en la recuperación de dos cooperantes estadounidenses que sufrían de la enfermedad viral, que tiene una tasa de mortalidad del 90 por ciento. Y el lunes, España anunció que había obtenido el fármaco para un sacerdote español que contrajo el Ébola en Liberia.

ZMapp había resultado efectivo en los monos que luchaban contra el Ébola, pero nunca se había evaluado en humanos.

En respuesta a las demandas por un acceso más amplio al ZMapp y a otros fármacos que se encuentran en el proceso de producción, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó a un panel de éticos médicos expertos, que se reunirá a finales de esta semana. Ese panel informará a la OMS sobre las ventajas y las desventajas de tomar esta decisión.

"Tenemos una enfermedad con una tasa alta de mortalidad y sin ningún tratamiento ni vacuna comprobados", señaló en una declaración la subdirectora general de la OMS, Marie-Paule Kieny. "Debemos pedirles a los éticos médicos que nos ofrezcan directrices sobre cuál sería la medida responsable".

A nivel superficial, el tema parece obvio: ¿Por qué no usarían las autoridades médicas todas las herramientas en su arsenal para combatir lo que la OMS ha etiquetado de "emergencia de salud pública"?

Pero los éticos afirman que hay toda una serie de preguntas difíciles sobre si se debe hacer que estos fármacos, que están mayormente sin evaluar, estén disponibles para las personas enfermas.

¿Quiénes serán los primeros en recibir los medicamentos, de los cuales hay pocos suministros? ¿Quién tomará esa decisión? ¿Cómo recolectarán los médicos datos sobre el funcionamiento de los fármacos? ¿Cómo se comunican los riesgos de un fármaco experimental a un habitante de un pueblo rural con un nivel bajo de educación? ¿Estaría el dinero que se gaste en esos fármacos mejor invertido en suministros para la cuarentena y educación pública para ayudar a prevenir la transmisión de la enfermedad?

"Algunas personas consideran que la palabra 'acelerado' es muy favorable", comentó el Dr. Samuel Packer, presidente del comité de ética del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York. "¿Quién no quiere que las cosas se aceleren? Decir que hacerlo no es bueno puede resultar muy difícil. Pero la historia nos dice que muchas veces, cuando aceleramos las cosas, la gente sale perjudicada".

El ZMapp es un coctel de anticuerpos fabricado por una pequeña firma de biotecnología con sede en Chicago. Los dos cooperantes que lo recibieron, el Dr. Kent Brantly y Nancy Writebol, habían sido evacuados a EE. UU., y parece que se están recuperando, según informes de los medios.

Al escuchar la noticia, el gobierno nigeriano solicitó acceso al fármaco a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., reportó The Guardian. Pero los CDC respondieron que casi no quedan dosis de ZMapp, lo que significa que los países de África occidental tendrían que esperar varios meses para que se fabriquen nuevos suministros del medicamento no evaluado.

Mientras tanto, la desesperación ha provocado una avalancha. Otras farmacéuticas comienzan a insistir en que se utilicen sus propios medicamentos no evaluados contra el Ébola.

No aplicar los requisitos usuales de espera de los resultados de ensayos clínicos rigurosos podría parecer atractivo, en particular dado que Brantly y Writebol parecen haberse beneficiado de la terapia. ¿Pero es eso verdad?

"El problema es que no se sabe si el medicamento funcionó o no", señaló el Dr. Ezekiel Emanuel, catedrático del departamento de ética médica y políticas de salud de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. "No se puede saber tras tratar a apenas dos personas, con una enfermedad como esta".

Además, permitir un acceso generalizado a un fármaco no evaluado no permite a los médicos recolectar datos de forma significativa, añadió. Así que los expertos no tienen muchas maneras de saber si la medicina funciona o no... o si es segura.

Por ejemplo, "si tenemos una crisis y estamos dispuestos a tomar un mayor riesgo y prescindir de las evaluaciones en animales, de cualquier forma debemos saber si el medicamento es efectivo o arriesgado", razonó.

También está la difícil pregunta sobre quiénes de los miles de afectados recibirán el fármaco. Según la ética médica Jennifer Blumenthal-Barby, esa decisión ya se tomó, en parte, cuando se eligió dar las pocas muestras existentes de ZMapp a Brantly y a Writebol, en lugar de a alguno de los casi 1,800 habitantes de África occidental infectados con Ébola.

"Es de esperar que la base de esa decisión fuera un razonamiento moral sólido, y no solo que los estadounidenses estuvieran sesgados a favor de sus compatriotas", comentó Blumenthal-Barby, profesora asistente del Centro de Ética Médica y de Políticas de la Salud del Colegio de Medicina Baylor, en Houston.

"Se podría plantear que el tratamiento tenía más probabilidades de ser efectivo en los estadounidenses, dada la infraestructura médica y el respaldo que esos dos pacientes tendrían en EE. UU., en comparación con los pacientes en los hospitales de África", comentó. Pero añadió que muchas otras personas defenderían un acceso equitativo para todos los infectados con Ébola.

"¿Qué organismo será responsable de elegir a los pacientes?", añadió Packer. "Por ejemplo, me preocupa la representación de los cuatro países involucrados. ¿Serán representados de forma justa?".

También le inquieta la forma en que los trabajadores sanitarios en el campo en África occidental ayudarán a los pacientes desesperados a comprender los riesgos potenciales de un medicamento no evaluado.

El brote ha afectado de forma particular a las partes rurales de los cuatro países involucrados, y es probable que esas personas sean muy poco sofisticadas en cuanto a su conocimiento de la medicina moderna.

"Realmente es preocupante cómo entenderán los riesgos las personas en una población vulnerable", comentó. "¿Creen que se podrá obtener un consentimiento informado, o es probable que sea coercitivo? ¿Cómo le explicaría el riesgo de un medicamento nuevo a un paciente africano?".

Y por último, Packer se pregunta si gastar millones para acelerar la fabricación de unos medicamentos no evaluados es el mejor uso que se puede dar a unos recursos muy limitados.

El mismo dinero se podría usar para mejorar los esfuerzos de cuarentena en África occidental, que aún son poco efectivos, planteó. Las autoridades podrían comprar guantes, mascarillas, trajes para el riesgo biológico y otros suministros para la cuarentena, e incluso pagar para ayudar a educar a las personas locales sobre los procedimientos adecuados de cuarentena.

"Eso no parece tan atractivo, pero si se habla con cualquiera que sepa sobre este tipo de temas, está claro que [las mejoras en] la salud pública han hecho más bien que cualquier fármaco que se haya desarrollado", enfatizó Packer.

Más información

Para más información sobre el Ébola, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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