Un baño en agua caliente podría ayudar a aliviar la mala circulación en las piernas

foot bath
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VIERNES, 14 de junio de 2019 (HealthDay News) -- ¿Un baño en agua caliente seguido de un ejercicio leve podría funcionar igual de bien para la enfermedad arterial periférica (EAP) que un ejercicio más prolongado?

Los autores de un nuevo estudio sugieren que es posible, pero algunos expertos en la EAP no están convencidos.

La enfermedad arterial periférica afecta a alrededor de 8.5 millones de estadounidenses. Pero apenas alrededor de una de cada cuatro personas de Estados Unidos tan siquiera sabe que la enfermedad existe.

La EAP ocurre cuando el colesterol se acumula en los vasos sanguíneos que llevan sangre a las piernas. Esto ralentiza, o incluso bloquea, el flujo sanguíneo. Los síntomas incluyen dolor o calambres al caminar (claudicación), pérdida de masa muscular, una piel que se siente fría al tacto, y llagas o úlceras en las piernas o pies que sanan con lentitud, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

La actividad física regular y los programas de ejercicio supervisado son tratamientos clave para la EAP. Si alguien fuma, dejar de hacerlo es esencial. El tratamiento también incluye controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes, apuntan los CDC.

En el nuevo estudio, los investigadores compararon la presión arterial y la distancia que podían caminar las personas en dos grupos, cada uno con 11 pacientes que tenían EAP.

Un grupo hizo 90 minutos de caminatas y entrenamiento en resistencia una o dos veces por semana. El otro grupo, denominado grupo de terapia con calor, se sumergió en una piscina con agua tibia (de unos 102 ºF [más o menos 39 ºC]) de 20 a 30 minutos, y luego realizó hasta 30 minutos de calistenia de tres a cinco veces por semana. Se les animó a sumergirse hasta los hombros.

"No hubo diferencias evidentes entre los efectos observados en la terapia con calor mediante el baño en el spa y el programa de ejercicio supervisado", escribieron Ashley Akerman y sus colaboradores, de la Universidad de Otago y el Hospital Público de Dunedin, en Nueva Zelanda.

Tres especialistas en EAP que revisaron los hallazgos dijeron que es demasiado pronto para afirmar que hacer inmersiones en agua caliente permita prescindir de las sesiones más largas de ejercicio.

"Como los participantes del estudio salieron del agua y realizaron de 15 a 30 minutos de calistenia, el estudio no puede afirmar si la terapia con calor es o no un reemplazo del ejercicio", señaló Bruno Roseguini, profesor asistente de salud y kinesiología en la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana.

Roseguini también anotó que el estudio no fue una comparación equivalente. El grupo del ejercicio realizó en promedio apenas una sesión de ejercicio por semana, en comparación con el grupo de la terapia con calor, que tuvo un promedio de cuatro veces por semana.

El Dr. Darren Schneider, director del Centro de Cirugía Vascular y Endovascular en NewYork-Presbyterian y Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York, apuntó que la terapia con calor podría ayudar a las personas a caminar más. Cuando las personas con EAP caminan, es común que sientan dolor.

"Cuando las personas sienten dolor al caminar, no quieren caminar", aseguró Schneider. "Entonces, esta terapia no es necesariamente un reemplazo de las caminatas, pero podría ayudar a obtener cierta mejora en la capacidad de caminar".

Schneider dijo que esto podría ser una alternativa para las personas que no pueden caminar, por ejemplo los pacientes con enfermedad de las articulaciones o problemas de las rodillas.

El Dr. Yi-Ming Yang, director asociado de intervenciones periféricas en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, afirmó que la idea de usar terapia con calor para aliviar los síntomas de claudicación es "provocadora".

"Aunque [este estudio] no logró la meta de mostrar que la terapia con calor sea más efectiva que el ejercicio supervisado, sí pareció demostrar que la terapia con calor mejoró en cierta medida la capacidad de los pacientes de caminar, en un promedio de un 10 por ciento, similar a lo que logró el ejercicio supervisado", afirmó.

Yang apuntó que es probable que la terapia con calor aumentara la circulación alrededor de los vasos sanguíneos obstruidos o estrechados en las piernas.

Los tres expertos apuntaron que el estudio fue pequeño, con apenas 22 personas en total, de forma que cualquier hallazgo se tendría que replicar en un estudio de mayor tamaño.

¿Pero si se decidiera a probar este tratamiento de agua caliente por su cuenta le haría daño?

Roseguini dijo que lo mejor es estar bajo supervisión. Si decidiera intentarlo por su cuenta de cualquier forma, tendría que hacerlo con cuidado, sobre todo si lo probara con agua más caliente, por ejemplo en un jacuzzi.

"Es probable que haya visto advertencias en los jacuzzis para las personas con enfermedad cardiaca. Hay un riesgo de que la presión arterial baje", comentó. Alguien cuya presión arterial baje gravemente podría marearse y caerse, o incluso desmayarse.

En cuanto a un calor de aplicación más local, por ejemplo una almohadilla térmica, Roseguini indicó que probablemente ese método sea demasiado pequeño como para crear cambios en la temperatura del cuerpo. Y eso es lo que podría haber inducido la mejora en la circulación. Su grupo está estudiando si unos pantalones con agua circulante que calienten la parte inferior del cuerpo podrían ayudar.

El estudio se publicó en una edición reciente de la revista American Journal of Physiology -- Heart and Circulatory Physiology.

Más información

Para más información sobre la prevención y el tratamiento de la enfermedad arterial periférica, visite la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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