¿Libera su colchón toxinas mientras usted duerme?

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MIÉRCOLES, 10 de julio de 2019 (HealthDay News) -- La mayoría de las personas piensan que su cama es un refugio seguro, pero una nueva investigación sugiere que su calor corporal podría desencadenar la liberación de sustancias potencialmente nocivas de su colchón.

Se sabe que los colchones liberan cantidades minúsculas de sustancias gaseosas llamadas compuestos orgánicos volátiles (COV). Esos COV provienen sobre todo del poliuretano que se usa en los colchones, pero también de otros compuestos usados en los retardantes del fuego y los plásticos, señalaron los investigadores.

Lamentablemente, el calor corporal parece aumentar las emisiones de COV de su colchón, según pruebas realizadas en ocho tipos distintos de colchones de poliuretano.

Pero todavía no tire su colchón. Las dosis estimadas de la mayoría de los COV permanecieron muy por debajo de los niveles que provocarían efectos en la salud, anotaron los investigadores.

Pero algunos compuestos sí alcanzaron niveles problemáticos para los bebés y los niños pequeños, si se consideraba su edad en los cálculos sobre la exposición, añadieron los investigadores.

"No hay motivo de alarma, pero es importante comprender que la calidad del aire de nuestro microambiente de sueño es importante respecto a nuestra exposición a varios contaminantes, como los COV", comentó la investigadora sénior, Yael Dubowski, profesora asociada en el Instituto de Tecnología de Israel. "Por lo tanto, deberíamos hacer un esfuerzo por mejorarlo".

Los efectos de salud asociados con los COV abarcan desde irritación en los ojos, la nariz y la garganta hasta dolores de cabeza y daños en los órganos, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Algunos COV, incluyendo el benceno, el acetaldehído y el formaldehído, se han asociado con un aumento en el riesgo de cáncer.

En el estudio, Dubowski y sus colaboradores sometieron a ocho colchones distinto a unas condiciones simuladas de sueño, imitando la elevación en el calor corporal, la humedad y el dióxido de carbono provocada cuando los humanos duermen durante incluso unas horas.

Se permitió que los colchones se airearan al menos seis meses antes del estudio, anotó Sarah Evans, profesora asistente de medicina ambiental y salud pública en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

"Con frecuencia pensamos que si se deja que algo se airee durante un tiempo se puede reducir dramáticamente el nivel de sustancias que se liberan en forma de gases", comentó Evans, que no participó en el estudio. "En este caso, incluso después de seis meses, de cualquier forma observaron niveles apreciables de liberación de sustancias en forma de gases".

El calor corporal pareció aumentar la liberación de COV de cada colchón, en comparación con los niveles liberados cuando los colchones no estaban en uso, encontraron los investigadores.

Las exposiciones estimadas permanecieron por debajo de los "niveles sin riesgos significativos" ("No Significant Risk Levels", NSRL) fijados bajo las estrictas leyes medioambientales de California, anotaron los investigadores.

Pero si los niveles de exposición tomaban en cuenta la edad de un niño, la situación se hacía más preocupante. Por ejemplo, los compuestos vinculados al cáncer, como el acetaldehído, el formaldehído y el benceno se acercaban o superaban los niveles ajustados según la edad, apuntaron los investigadores.

El nuevo estudio se publicó en la edición del 10 de julio de la revista Environmental Science & Technology.

En general, a los expertos les preocupa más la exposición de los niños a los COV, dijo el Dr. Kenneth Spaeth, jefe de medicina ocupacional y ambiental de Northwell Health en Great Neck, Nueva York.

Los bebés, en particular, pasan mucho tiempo en la cuna, tumbados en colchones de espuma que producen estos gases, señaló Spaeth, que no participó en el estudio.

"Debido a su edad y tamaño, tienen una mayor vulnerabilidad a los efectos tóxicos potenciales", dijo.

Aunque esas sustancias no hagan daño de inmediato, existe la preocupación de que la exposición aumente su riesgo de por vida de cáncer, advirtieron Evans y Spaeth.

La mejor forma de protegerse de los COV es mantener una buena ventilación en el hogar, al abrir las ventanas y usar ventiladores, aconsejaron.

"El aire de interiores puede tener unos niveles de COV hasta 10 veces más altos que el aire de exteriores", apuntó Evans. "El aire fresco puede realmente ayudar a reducir esas exposiciones".

Los consumidores también pueden elegir colchones hechos de materiales que no sean espuma de poliuretano, planteó Evans. Los colchones que contienen algodón, lana y látex natural producen unos niveles más bajos de gases.

Lamentablemente, para los consumidores puede resultar muy difícil determinar qué contiene un colchón y qué tipo de COV podrían producir esos materiales, dijo Spaeth.

"Los consumidores están en una posición muy difícil", lamentó Spaeth. "Es muy difícil obtener buena información sobre lo que contienen los colchones, y aunque lo sepa, a menos que tenga una buena comprensión de los distintos materiales es difícil saber qué sustancias podrían emitir esos materiales".

"Las sustancias que se emiten no aparecen en la etiqueta que indica de qué está hecho el colchón", añadió Spaeth. "Son productos secundarios de esos materiales".

Más información

La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. ofrece más información sobre los compuestos orgánicos volátiles.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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