Cualquier cantidad de ejercicio es buena después de un ataque cardiaco

Pero la inactividad hace que cualquier beneficio desaparezca rápidamente, advierten los investigadores

LUNES, 16 de marzo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Cualquier programa de ejercicio puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo después de un ataque cardiaco, pero el beneficio se desvanece apenas cuatro semanas después de dejar de hacer ejercicio, según encuentra un estudio suizo reciente.

"El principal objetivo de nuestro estudio fue determinar el impacto de distintos tipos de ejercicio sobre la función vascular [de los vasos sanguíneos]", apuntó la Dra. Margherita Vona, directora del Centro de Rehabilitación Cardiaca de la Clínica Valmont-Genolier de Glion en Montreux (Suiza). "La conclusión fue que en nuestros pacientes, después de un ataque cardiaco, todos los tipos de ejercicio fueron útiles para corregir la disfunción vascular, sin ninguna diferencia entre el ejercicio aeróbico, de resistencia o combinado".

Pero la mejora en el flujo sanguíneo observada en los 209 sobrevivientes a un ataque cardiaco inscritos en el programa se perdió después de cuatro semanas de dejar de hacer ejercicio, según un informe que aparece en la edición del 31 de marzo de la revista Circulation.

"Estos datos implican que es necesaria una buena adherencia a largo plazo a los programas de ejercicio para mantener los beneficios vasculares sobre la disfunción endotelial", apuntó Vona.

El endotelio es el revestimiento interno de los vasos sanguíneos. Cuando no funciona eficazmente aumenta el riesgo de un coágulo sanguíneo que puede bloquear una arteria, provocando un ataque cardiaco.

Los participantes del ensayo se asignaron al azar a ejercicio aeróbico, ejercicio de resistencia, una combinación de ejercicio aeróbico y de resistencia, o ningún tipo de ejercicio.

Los que hacían ejercicio aeróbico tenían cuatro sesiones a la semana, que incluían un calentamiento de diez minutos, cuarenta minutos de bicicleta que aumentaban su tasa cardiaca a 75 por ciento del máximo, y un enfriamiento de diez minutos. Los que hacían ejercicio de resistencia tenían cuatro sesiones semanales de diez ejercicios con pesas y bandas de goma, que duraban entre 45 segundos y diez minutos, con intervalos de recuperación de entre quince y treinta segundos.

La función endotelial se midió mediante la dilatación mediada por el flujo (DMF), la cantidad que se ensanchan los vasos sanguíneos para aumentar el flujo sanguíneo. La DMF de duplicó y más en ambos grupos de ejercicio, del cuatro al diez por ciento. No hubo un cambio significativo en la DMF de los participantes que no hicieron ejercicio.

Sin embargo, el aumento en la DMF se perdió un mes después de que se terminara el programa de ejercicio regular.

"Este aspecto es particularmente importante en los pacientes de enfermedad de las arterias coronarias, en quienes la corrección de la función endotelial podría ayudar a hacer más lento el progreso a la ateroesclerosis y probablemente evitaría nuevos eventos cardiovasculares", subrayó Vona.

Añadió que ninguno de los ejercicios causó problemas a los participantes.

Vona apuntó que el programa de ejercicio de resistencia siguió las directrices de la American Heart Association. "Si siguen las directrices de la American Heart Association, todo el mundo puede hacer ejercicio de resistencia", afirmó. "Muchos trabajos muestran efectos beneficiosos del ejercicio de resistencia para la función cardiaca y muscular, en personas normales y también, por ejemplo, en pacientes de diabetes".

El estudio añade algo de conocimiento al muy recurrido tema del ejercicio y el corazón, apuntó el Dr. Johnny Lee, profesor clínico asistente de medicina del Centro Médico Mount Sinai de la ciudad de Nueva York.

Uno es sobre el tipo de ejercicio que debe hacerse, dijo Lee. "La mayoría del tiempo, hablamos a los pacientes sobre ejercicios aeróbicos, como correr, trotar y nadar", apuntó. "No hemos pensado que el ejercicio de resistencia, como levantar pesas y cosas así, puede tener un beneficio igual. Esto demuestra que es así. Que hubiera un beneficio del ejercicio aeróbico no fue sorprendente. La sorpresa fue que el ejercicio de resistencia proveyera un beneficio igual".

En segundo lugar, la pérdida de beneficio después de abandonar el ejercicio observada en los participantes del estudio, que por definición están en el grupo de riesgo cardiaco más alto porque ya habían tenido ataques cardiacos, conlleva un mensaje para la gente en menor riesgo, aseguró Lee.

"Si esto aplica a los pacientes más enfermos, que si uno para pierde el beneficio, muestra que continuar haciendo ejercicio sólo puede tener un efecto positivo si uno es un sujeto normal sin enfermedad cardiaca", apuntó Lee.

Más información

La American Heart Association ofrece una guía sobre el ejercicio después de un ataque cardiaco.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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