Los jugadores de la NFL no están en mayor riesgo cardiaco

Un estudio halla que no mostraron más señales de problemas cardiovasculares que la población masculina general.

MARTES; 26 de mayo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un estudio reciente halla que esos jugadores del tamaño de un toro que juegan en la National Football League (liga nacional de fútbol americano) que se ven en la televisión los domingos no están en riesgo mayor de problemas cardiovasculares que cualquier hijo de vecino.

"En general, el riesgo es parecido al de otros hombres estadounidenses de edad y distribución racial similar", señaló el Dr. Andrew M. Tucker, director médico de medicina deportiva del Hospital conmemorativo Union de Baltimore, copresidente del subcomité de salud cardiovascular de la NFL y autor líder de un informe en la edición del 27 de mayo de la Journal of the American Medical Association.

Esto es incluso cierto a pesar de que 504 jugadores de 12 equipos de la NFL examinados en el estudio tenían un índice de masa corporal de (IMC) de 31, cuando un IMC de 30 es el marcador aceptado de obesidad en la población general. Ese peso adicional está compuesto principalmente de músculo en lugar de grasa, explicó Tucker.

"El promedio de grasa corporal fue de catorce por ciento", dijo. "Para los receptores era de ocho por ciento y para los linieros ofensivos de 25 por ciento, el límite superior de normalidad".

El estudio se realizó porque "hemos estado preguntándonos si el tamaño sumamente elevado que hemos estado viendo en los jugadores de la NFL está teniendo efectos perjudiciales sobre el riesgo cardiovascular", dijo. Así, Tucker y otros miembros veteranos de la NFL seleccionados por el subcomité de entre 12 equipos para que sus factores de riesgo cardiovascular se compararan con los de 1,959 adultos jóvenes en un estudio continuo sobre riesgo coronario.

Hubo diferencias, algunas de ellas favorables. Los jugadores de la NFL obtuvieron mejores resultados en pruebas de glucemia, una forma de medir la diabetes, y algunos no tan favorables, entre las que se destaca una mayor incidencia de hipertensión y presión sanguínea elevada limítrofe en el grupo de la NFL. Su incidencia de hipertensión fue de 13.8 por ciento, en comparación con el 5.5 por ciento de los hombres de la población general. La incidencia de lo que los médicos llaman prehipertensión fue de 64.5 por ciento, en comparación con el 24.2 por ciento de la muestra de la población general.

La razón de esta diferencia no está clara", señaló Tucker. "Consideramos que algo más que el tamaño contribuye a la hipertensión en estos atletas", dijo. "Vamos a hacer un estudio sobre la presión en toda la liga este año para tratar de determinar por qué hay una diferencia".

"Es posible que el aumento en la presión sea causado por el uso continuado de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de los jugadores o por una ingesta elevada de sodio en la gran cantidad de alimentos que consumen para mantener su peso, aseguró Tucker.

Estas dos explicaciones podrían aplicar, señaló el Dr. Neil Coplan, director de la sección de cardiología clínica del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. "El uso de medicamentos no esteroideos es mucho más alto en la población de jugadores de fútbol que en el resto de la población y los AINE se relacionan de manera significativa con la hipertensión", aseguró Coplan.

Sin embargo, el hallazgo sobre la presión arterial no fue sólido porque se basó en una sola lectura, aunque "para definir hipertensión es necesario tener varias mediciones en momentos distintos", dijo.

Además, el estudio completo se hizo en un solo momento en el tiempo, por lo que habría hecho falta un seguimiento prolongado para determinar el riesgo cardiovascular real a largo plazo para los jugadores, aseguró Coplan.

La buena noticia de esta ecuación del factor de riesgo, es que apenas uno de los jugadores de la NFL dijo que fumaba, en comparación con el 30.5 por ciento de los hombres de la muestra de la población general.

En cuanto a los lípidos como el colesterol, no se vio diferencia entre los dos grupos.

Según el informe, los niveles elevados de actividad física necesarios para mantener un puesto en la NFL probablemente ayudan a mantener bajo el riesgo cardiovascular. La actividad física es una recomendación estándar para reducir el riesgo.

Un estudio con 201 jugadores retirados de la NFL el año pasado halló que no estaban en mayor riesgo de enfermedad cardiovascular luego de que terminaran sus carreras. El estudio halló que los ex jugadores tenían más probabilidades de permanecer físicamente activos en comparación con otros hombres de su grupo de edad, tenían menor incidencia de diabetes y tenían la misma incidencia de aterosclerosis, la acumulación de placas de grasa que angostan las arterias coronarias.

Sin embargo, no todo es color de rosa para los ex jugadores profesionales de fútbol. Un estudio de 2007 de 3,377 miembros jubilados de la Asociación de jugadores de la NFL halló que cerca del quince por ciento de ellos informaba sobre depresión entre moderada y grave. Aunque eso tiene que ver con la incidencia en la población general, cerca de la mitad de los encuestados aseguró que sufría de dolor crónico.

El estudio fue oportuno porque apareció poco después del suicidio de Andre Walters, ex jugador estrella de la NFL que sufría de daño cerebral por varias contusiones durante una carrera de doce años.

La NFL sabe del problema de las contusiones, señaló Greg Aiello, vocero de la liga. "Estamos haciendo un estudio continuo sobre los efectos a largo plazo de las contusiones", dijo Aiello. "Entretanto, recalcamos la prevención y el tratamiento adecuado de las contusiones entre nuestros jugadores actuales".

Más información

La American Heart Association detalla los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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