Comience a hacer ejercicio para reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca

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VIERNES, 18 de mayo de 2018 (HealthDay News) -- Atención, sedentarios de mediana edad: todavía tienen tiempo de reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca, una afección de la que sufren más de 5 millones de estadounidenses.

Hacer los 150 minutos de actividad física moderada recomendados a la semana puede reducir el riesgo en apenas seis años, según la nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins.

Por otro lado, apenas 6 años de vida sedentaria aumenta las probabilidades de la afección, que es la principal causa de hospitalización en las personas mayores de 65 años.

"En términos cotidianos, nuestros hallazgos sugieren que participar de forma constante en los 150 minutos recomendados de actividad de moderada a vigorosa cada semana, como caminar a paso vivo o andar en bicicleta, en la mediana edad podría ser suficiente para reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca en un 31 por ciento", señaló en un comunicado de prensa de la universidad el autor principal del estudio, el Dr. Chiadi Ndumele.

"Además, pasar de no hacer ejercicio a los niveles recomendados a lo largo de 6 años en la mediana edad podría reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca en un 23 por ciento", añadió.

Ndumele, cardiólogo, es un profesor asistente de medicina en la Johns Hopkins.

Él y su equipo rastrearon datos de los niveles de actividad de más de 11,000 adultos. Se vigilaron los ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca y otros eventos relacionados con el corazón durante un promedio de 19 años en cada participante.

En ese periodo, casi 1,700 personas fueron hospitalizadas y 57 fallecieron debido a insuficiencia cardiaca.

A diferencia de un ataque cardiaco, en el que el músculo cardiaco muere, la insuficiencia cardiaca es una afección crónica. Significa que el corazón tiene problemas para bombear sangre y oxígeno por todo el cuerpo. Los factores de riesgo incluyen la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y fumar.

Como parte del estudio, los participantes se dividieron en grupos según la cantidad de ejercicio que reportaron que hacían cada semana.

Los más activos dijeron que hacían al menos 75 minutos de actividad vigorosa o 150 minutos de ejercicio moderado cada semana. Los que hacían un nivel intermedio de ejercicio realizaban entre 1 y 74 minutos de actividad vigorosa o hasta 149 minutos de actividad moderada. Las personas menos activas reportaron que no hacían ninguna actividad física.

Inicialmente, un 42 por ciento reportaron que hacían las cantidades recomendadas de ejercicio, un 23 por ciento hacían un nivel intermedio de ejercicio, y un 35 por ciento eran sedentarios.

Seis años más tarde, un 24 por ciento de los participantes habían aumentado su actividad, un 22 por ciento hacían menos, y un 54 por ciento seguían haciendo ejercicio al mismo nivel que antes.

Los que hacían la cantidad recomendada de actividad física durante todo el estudio tenían un 31 por ciento menos de probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca que los que no hacían ningún ejercicio constantemente, encontraron los investigadores.

Los participantes que aumentaron su actividad redujeron su riesgo de insuficiencia cardiaca en más o menos un 12 por ciento. Pero los que hicieron menos ejercicio experimentaron un aumento del 18 por ciento en las probabilidades.

El estudio, publicado el 15 de mayo en la revista Circulation, no prueba que el ejercicio se relacione directamente con el riesgo de insuficiencia cardiaca. Pero basándose en sus hallazgos, los investigadores sugieren que tal vez nunca sea demasiado tarde para reducir el peligro de insuficiencia cardiaca con un ejercicio moderado.

"La población de personas con insuficiencia cardiaca aumenta porque las personas viven más tiempo y sobreviven a ataques cardiacos y otras formas de enfermedad cardiaca", apuntó la autora principal del estudio, la Dra. Roberta Florido, cardióloga en la Hopkins.

"A diferencia de otros factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, como la hipertensión o el colesterol alto, no tenemos medicamentos efectivos específicos para prevenir la insuficiencia cardiaca, de forma que debemos identificar y verificar estrategias efectivas para la prevención, y enfatizárselas al público", planteó.

Los medicamentos utilizados para tratar la insuficiencia cardiaca, como los bloqueadores beta y los inhibidores de la ECA, simplemente reducen la carga de trabajo del corazón después de que su función ya ha comenzado a declinar, explicaron los autores del estudio.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece más información sobre la insuficiencia cardiaca.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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