El ejercicio regular ayuda a combatir la insuficiencia cardiaca

Un estudio encuentra que estimula la reparación del tejido mejor que los medicamentos

MIÉRCOLES 7 de noviembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- El ejercicio aumenta la cantidad de células progenitoras en pacientes de insuficiencia cardiaca, y esas células a su vez reparan y reconstruyen el músculo y los vasos sanguíneos debilitados, según informan investigadores.

Según dos estudios que debían ser presentados el miércoles en la reunión anual de la American Heart Association en Orlando, Florida, esa respuesta puede mejorar dramáticamente la capacidad del paciente para movilizarse y hacer ejercicio.

"Ambos estudios apuntan al efecto beneficioso del ejercicio en los pacientes de insuficiencia cardiaca", apuntó el Dr. Sidney Smith, ex presidente de la American Heart Association y director del Centro de ciencia y medicina cardiovascular de la Facultad de medicina de la Universidad de Carolina del Norte.

"Esas observaciones nos dan cierta comprensión sobre los mecanismo que [hacen que el ejercicio sea útil]", señaló Smith.

Más de cinco millones de personas tienen insuficiencia cardiaca en los Estados Unidos, una dolencia que afecta la capacidad del corazón para bombear sangre.

Sin embargo, los investigadores están comenzando a comprender que los problemas de la insuficiencia cardiaca no provienen sólo de este trastorno del bombeo, sino de cambios en las piernas y otras partes del cuerpo.

"Los músculos de la pierna comienzan a encogerse, de manera que hay menos masa muscular", explicó el Dr. Axel Linke, coautor de ambos estudios y profesor asistente de medicina de la Universidad de Leipzig, Alemania. "El endotelio y los vasos que suministran sangre a los músculos se deterioran, así que son menos flexibles y se reduce la elasticidad", señaló. El endotelio es la capa de células que reviste los vasos sanguíneos.

Sin embargo, el ejercicio abre los vasos y mejora su flexibilidad y elasticidad.

En el primer estudio, los investigadores evaluaron si el ejercicio podía activar las células progenitoras, células inmaduras que pueden dividirse en otras células y ayudar a reparar el tejido.

Se asignó al azar cincuenta hombres que tenían insuficiencia cardiaca entre moderada y grave para que recibieran seis meses de entrenamiento en ejercicios bajo la supervisión de un médico o para que fueran enviados a un grupo de control que permaneció inactivo.

El ejercicio consistía en montar una bicicleta estacionaria durante al menos treinta minutos al día (por lo general en dos sesiones).

Al final de los seis meses, las biopsias de los cuádriceps de los muslos de los pacientes revelaron que la cantidad de células progenitoras del grupo de ejercicio había aumentado en 109 por ciento, que las células progenitoras que se convertían en células musculares habían aumentado en 166 por ciento, y que las células progenitoras que se dividían activamente para formar nuevas células y reparar el daño muscular habían aumentado seis veces.

Para el otro estudio, se asignó aleatoriamente a 37 hombres que tenían insuficiencia cardiaca grave para que recibieran tres meses de ejercicio o para que permanecieran inactivos.

Los que hicieron ejercicio experimentaron cambios dramáticos, pues las células progenitoras en circulación aumentaron en 47 por ciento, las células progenitoras que comenzaban a madurar en células endoteliales aumentaron en casi 200 por ciento, y la densidad de los capilares en el tejido esquelético aumentó en 17 por ciento. En el grupo de control no hubo cambios.

Cuando comenzaron, los pacientes que hacían ejercicio tenían una absorción de oxígeno máxima en el rango de otros pacientes que necesitaban trasplantes de corazón. Pero el ejercicio regular se relacionó con un aumento promedio de 35 por ciento en la capacidad de ejercicio, lo que le dio a los hombres alrededor del 75 por ciento de la capacidad vista en personas sanas de la misma edad.

"El corazón es como un motor de seis cilindros. Cuando comenzamos el programa de ejercicio con esos pacientes, alrededor de 3.5 de los cilindros simplemente no funcionaban", explicó Linke. "Después de tres a seis meses de entrenamiento de ejercicio, dos de los cilindros comenzaron a funcionar de nuevo".

"Es una mejora tremenda, que ningún medicamento es capaz de proveer", señaló.

Pero los pacientes de insuficiencia cardiaca deben comenzar un programa de ejercicio sólo bajo supervisión de un médico, añadió Linke.

"Recomendamos ejercicio una vez al día durante hasta veinte minutos cinco veces a la semana para pacientes de insuficiencia cardiaca, pero claramente un programa de ejercicio debe iniciarse en condiciones dentro de un hospital o en un ambiente ambulatorio, porque nunca se sabe cómo va a reaccionar un paciente en particular al inicio de un programa de entrenamiento", explicó.

Más información

Para más información sobre el ejercicio y el estado física, diríjase a la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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