Los pacientes de insuficiencia cardiaca pueden bailar para fortalecer su corazón

Investigadores informan que bailar ofrece a veces mejores resultados que el ejercicio

DOMINGO 12 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- ¿No sería mejor bailar un vals que caminar para fortalecer el corazón?

Esa es la pregunta que hacen investigadores italianos que han hallado que bailar vals mejora la función cardiaca y la calidad de vida entre los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica. Los beneficios al menos parecen estupendos, y a veces más que estupendos, que los beneficios obtenidos del ejercicio aeróbico más tradicional.

"¿Por qué no?", se preguntó el Dr. Louis E. Teichholz, director de la división de cardiología y jefe de medicina complementaria del Centro médico de la Universidad de Hackensack de esa ciudad de Nueva Jersey. "Lo importante del ejercicio es hacer ejercicio aeróbico, y este es uno de los buenos, sobre todo el vals, porque el movimiento es constante".

El Dr. Robert Myerburg, profesor de medicina y fisiología de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami agregó que "para quien tiene enfermedad cardiaca, esta podría ser una buena manera de hacer ejercicio hasta su nivel de tolerancia de manera que lo disfruten. También se podría ajustar la forma del baile para quien esté levemente limitado por enfermedad cardiaca".

Los hallazgos fueron presentados el domingo en la reunión anual de la American Heart Association en Chicago.

Para explicar el razonamiento de la investigación, el Dr. Romualdo Belardinelli, autor líder del estudio, dijo en una conferencia de prensa de la AHA el domingo que "el problema es que a veces la adhesión de los pacientes cardiacos a los programas de entrenamiento con ejercicio no es muy alta, por lo que necesitamos encontrar algo que capte su interés".

"Bailar vals mejora la capacidad funcional y la calidad de vida de los pacientes de insuficiencia cardiaca sin efectos secundarios importantes. Podría ser tenido en cuenta en combinación o como alternativa al entrenamiento con ejercicio de estos pacientes", agregó Belardinelli, director de rehabilitación y prevención cardiaca del Instituto cardiaco Lanciso de Ancona, Italia.

En un estudio anterior, los mismos investigadores habían hallado que los valses lentos y rápidos eran una forma segura y efectiva de hacer ejercicio para quienes sufrían tanto de enfermedad cardiaca como de quienes habían sufrido ataques cardiacos anteriormente.

Esta vez, los investigadores básicamente repitieron ese primer estudio con 110 individuos que tenían insuficiencia cardiaca crónica, 89 de los cuales eran hombres y tenían una edad promedio de 59.

Se asignó aleatoriamente a los participantes del estudio al ejercicio aeróbico tradicional, incluido ciclismo y bandas caminadoras, tres veces a la semana durante ocho semanas o seguir un programa de baile que alternaba valses lentos (de cinco minutos) y valses rápidos (de tres minutos) durante un total de 21 minutos. Las sesiones de baile también se realizaron tres veces a la semana durante ocho semanas. Un tercer grupo no hizo ejercicio y sirvió como grupo de control.

Bailar mejoró la capacidad funcional y la calidad de vida, sobre todo en cuanto a las emociones. No hubo mejora en estas áreas entre aquellos pacientes que no hicieron ejercicio.

La aptitud cardiopulmonar aumentó a índices similares en el grupo de aeróbicos de rutina y en el grupo de danza, aunque los bailarines experimentaron beneficios ligeramente mejores.

Entre los que hacían ejercicio aeróbico, el consumo de oxígeno aumentó en 16 por ciento, en comparación con el 18 por ciento para los bailarines. El umbral anaeróbico, es decir, el punto a partir del cual los músculos comienzan a cansarse, aumentó en 20 por ciento entre quienes hacían ejercicio y en 21 por ciento entre los bailarines. Además, la aptitud cardiocirculatoria mejoró en 18 por ciento entre los que hicieron ejercicio y en 19 por ciento entre los bailarines.

Las personas del grupo de danza también experimentaron mejoras en la elasticidad de las arterias.

Finalmente, la calidad de vida mejoró más en el grupo de danza que en el de ejercicio.

Además, bailar fue seguro y nadie tuvo que salirse del programa.

"No me parece que se pueda decir que esto sea mejor que el buen ejercicio aeróbico", aseguró Teichholz. "La diferencia principal es que la gente fue más feliz haciéndolo. Para quienes tienen insuficiencia cardiaca y para las personas normales, necesitamos pensar que el ejercicio puede tener varias formas y se demostró en este estudio sin lugar a dudas que bailar no era nocivo y hasta podría ser útil".

Más información

La American Heart Association tiene más información sobre el ejercicio y la salud cardiaca.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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