Los adictos a los opioides están sufriendo sobredosis de un medicamento para la diarrea

imodium for diarrhea packaging
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JUEVES, 7 de febrero de 2019 (HealthDay News) -- Un popular antidiarréico se está convirtiendo rápidamente en otro producto secundario peligroso de la crisis de opioides, ya que más adictos toman inmensas cantidades del mismo para aliviar los síntomas de abstinencia o para drogarse de forma peligrosa.

Los investigadores encontraron que el número de pacientes que fueron reportados el Sistema Nacional de Datos sobre Intoxicaciones de EE. UU. tras tomar dosis tóxicas de loperamida (una marca de venta libre es Imodium) se disparó en más de un 90 por ciento entre 2010 y 2016.

¿A qué se debe el aumento? El principal atractivo de la loperamida es que si bien tiene un efecto parecido al de los opioides en la evacuación y no produce la sensación de estar drogado a las dosis recomendadas, puede drogar a alguien en cantidades inmensas.

Encima, es tanto barato como accesible para los adictos que buscan formas de automedicarse los síntomas de abstinencia que por lo general aparecen cuando intentan dejar de tomar los potentes opioides.

"La loperamida es un tratamiento seguro, dirigido y efectivo para la diarrea, y se ha usado desde los años 70, y está en la 'Lista modelo de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud' para la [diarrea]", explicó la autora del estudio, la Dra. Diane Calello, directora ejecutiva y médica del Centro de Control de Intoxicaciones de Nueva Jersey (NJPCC) de la Universidad de Rutgers.

A las dosis recomendadas, que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. fijó en 8 miligramos (mg) al día, la loperamida no produce euforia ni sedación, señaló.

Pero "una persona puede 'drogarse' cuando el fármaco cruza la barrera hematoencefálica en dosis altas, como se vio en este estudio", anotó Calello. Calello y sus colaboradores encontraron que la mayoría de casos de abuso de loperamida implican unas dosis extremadamente altas, en el rango de 50 a 100 pastillas de 2 mg.

Emily Einstein, subjefa de la rama de políticas científicas del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU., enfatizó que "es probable que el atractivo de la loperamida se deba a su fácil disponibilidad, no a la calidad de la sensación de drogado que produce. Parece que muchos de los que usan mal la loperamida no buscan drogarse después de todo, sino que lo hacen para tratar ellos mismos la abstinencia de los opioides".

"No resulta sorprendente que las personas con adicción a los opioides busquen y compartan métodos para evitar la abstinencia de los opioides, sobre todo en el contexto de la crisis actual de opioides", explicó Einstein.

"Aunque existen medicamentos efectivos para el tratamiento de la adicción a los opioides (en concreto la buprenorfina, la metadona y la naltrexona de liberación prolongada y el medicamento para la abstinencia de los opioides [lofexidina]), están gravemente subutilizados", lamentó.

En su lugar, el estudio de la Rutgers mostró que desde 2010 ha habido un aumento anual constante en el número de casos de abuso de la loperamida que se reportan al registro nacional de sobredosis. La edad promedio era de 27 años, la mayoría eran blancos, y más de la mitad eran hombres.

A nivel nacional, en 2015 hubo 916 sobredosis, resultando en dos muertes. Y eso, dijo Einstein, sugiere que la loperamida se debe considerar de forma contextual, dado que "su toxicidad relativa ni se acerca a la de los opioides, sobre todo los sintéticos ilícitos como el fentanilo, una categoría de medicamento que mató a 28,000 personas en 2017".

Pero la pregunta de qué se puede hacer sigue en pie.

Una opción, hacer que la loperamida solo esté disponible bajo receta, no es ideal, advirtió Calello, "porque hay muchas personas que usan el fármaco de forma adecuada, para las cuales necesitar una receta limitaría el acceso".

"La educación sobre los riesgos del uso excesivo de la loperamida es clave", afirmó. "Los usuarios de opioides que toman dosis altas quizá supongan que la toxicidad es la típica de los opioides: si toman un exceso dan sueño, si toman un exceso muy grande paran la respiración".

"Si bien la naloxona revierte esa toxicidad 'típica', la loperamida provoca arritmias cardiacas y paro cardiaco, y la naloxona no tiene ningún efecto en eso", advirtió Calello.

En ese frente, la FDA publicó una advertencia de seguridad sobre el riesgo cardiaco de las dosis altas en 2016. "Propagar la información de que este es un opioide excepcionalmente peligroso en dosis altas es importante", dijo Calello.

Linda Richter, directora de investigación y análisis de políticas en el Centro de la Adicción en la ciudad de Nueva York, cree que el abuso de la loperamida es solo la más reciente señal del fracaso de nuestro sistema de salud respecto a la resolución del problema de la adicción.

"A menos que hagamos que para las personas con adicción a los opioides sea más fácil obtener el tratamiento que necesitan, harán lo que sea necesario para intentar gestionar sus síntomas de adicción por su cuenta", aseguró, "ya sea usar fármacos potencialmente letales como el fentanilo, o recurrir a dosis altas de medicamentos legales como la loperamida para evitar los insoportables síntomas e intensos deseos de la abstinencia".

Los hallazgos aparecen en la edición del 4 de febrero de la revista Clinical Toxicology.

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. ofrece más información sobre el mal uso y la seguridad de la loperamida.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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