Los medicamentos antirreflujo podrían estar siendo recetados en demasía a niños pequeños

Un estudio halla que hasta cuatro de cada cinco bebés tratados no tiene ácido estomacal en exceso

LUNES 5 de noviembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un estudio reciente sugiere que los médicos podrían estar recetando demasiados medicamentos antirreflujo a los bebés.

El estudio halla que menos de uno de cada cinco bebés de los que recibían medicamentos antirreflujo, fármacos que reducen los niveles de ácido estomacal, tenían en realidad niveles elevados de ácido. Eso significa que es probable que cuatro de cada cinco niños de los que participaron en el estudio no necesitaban medicamentos antirreflujo, ya que pudieron simplemente experimentar regurgitaciones infantiles normales conocidas comúnmente como "regurgitación del bebé".

"Ante la ausencia de señales de alarma, como cuando un niño no aumenta de peso, problemas de alimentación o aversión aprendida a los alimentos, una tos crónica o problemas respiratorios recurrentes como la apnea, la regurgitación podría no necesitar medicamentos", señaló el autor del estudio, el Dr. Vikram Khoshoo, pediatra gastroenterólogo del Centro de especialidades pediátricas del Centro médico West Jefferson de Nueva Orleáns.

"La regurgitación no mejora con los medicamentos antirreflujo. La supresión de los ácidos mejora la irritabilidad y los problemas de alimentación, pero no afecta la regurgitación infantil. Mientras el niño aumente de peso y sea feliz, y no presente señales de advertencia recurrentes, la regurgitación es un problema de lavandería, no un problema médico", apuntó Khoshoo.

Los hallazgos aparecen publicados en la edición de noviembre de Pediatrics.

El reflujo es común entre los bebés. De hecho, más de la mitad de los bebés experimenta síntomas de reflujo en los primeros tres meses de vida, de acuerdo con el U.S. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Los síntomas del reflujo comprenden regurgitación, vómitos, tos, dificultad para alimentarse e irritabilidad.

Khoshoo y sus colegas reportaron que en 1998 y 1999, los bebés que tenían regurgitación representaban casi el 14 por ciento de todas las remisiones y alrededor del 40 por ciento de éstos tomaba medicamentos antirreflujo o una leche de fórmula especial más fácil de digerir. Pero para 2006 y 2007, los bebés con regurgitación representaron el 23 por ciento de sus remisiones, y el 90 por ciento ya tomaba medicamentos o fórmulas especiales.

"Sentimos que era poco probable que la incidencia hubiera aumentado de repente", señaló Khoshoo.

Para determinar si los síntomas de esos niños eran los causantes o no del reflujo ácido, los investigadores realizaron estudios al pH de 44 bebés que tenían regurgitación persistente. La edad promedio de los bebés era 18 semanas.

Para completar el estudio del pH, los médicos introdujeron un cable por la nariz y lo dejaron fijo durante 24 horas, agregó Khoshoo, así que no se trata de una prueba práctica para todos los niños con regurgitación.

De los 44 bebés evaluados, sólo ocho mostraron niveles de pH elevados, lo que significa que tenían un nivel excesivo de ácido estomacal, así que en estos casos los medicamentos antirreflujo serían indicados. Sin embargo, 42 de los bebés ya tomaban ese tipo de medicamentos, por tanto muchos de los niños estaban tomando un medicamento que no necesitaban.

Aunque estos medicamentos son generalmente seguros, apuntó Khoshoo, existe la preocupación de que puedan afectar el metabolismo del calcio, ya que han sido asociados a la osteoporosis en adultos mayores que los han tomando por largos periodos de tiempo. En vista de que los niños están en proceso de formación de los huesos, este efecto secundario potencial es aún más preocupante, añadió Khoshoo.

El Dr. David Keljo es gastroenterólogo pediátrico y director del Centro de enfermedades intestinales inflamatorias del Hospital infantil de Pittsburgh. Declaró que "el reflujo en los bebés es un problema serio, y creo que las preocupaciones del estudio están bien planteadas. Los bebés pueden irritarse a causa del reflujo o cualquier otra afección. La gran mayoría superará el reflujo hagamos o no algo al respecto".

Tanto Khoshoo como Keljo señalaron que estos medicamentos probablemente se receten en exceso porque los padres desean hacer algo para evitar la regurgitación e irritabilidad en sus bebés.

Khoshoo aseguró que hay que asegurarse de no sobrealimentar al bebé y de que su cuerpo esté bien colocado en posición vertical tras la alimentación para aminorar los síntomas del reflujo. Otro aspecto crítico para los padres, apuntó, es procurar que los niños no sean expuestos al humo de segunda mano, algo que puede aumentar los síntomas del reflujo.

Keljo destacó que hay ciertas señales que indican que el bebé debería ser evaluado por un especialista. Si el niño vomita sangre, una sustancia similar a la borra del café o si el vómito es verde, un médico debe ver al niño de inmediato. Además, si el niño no aumenta de peso o pierde peso, si usted puede escuchar algún sonido de ahogamiento, si tiene una tos crónica o ronquera que acompaña la regurgitación, debe llevar al niño al gastroenterólogo, recomendó.

Más información

Para aprender más acerca del reflujo ácido en los bebés, visite el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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