¿Tiene acidez? Busque ayuda

Una mujer de Wisconsin insta a otras personas que sufren de acidez a no esperar tanto tiempo como ella

MARTES, 3 de enero (HealthDay News) -- Susan Schneck comenzó a sufrir de acidez frecuente y dolorosa en 1998.

"En la tarde y especialmente después de acostarme a dormir, invariablemente sufría de acidez", comentó Schneck. "Era un ardor. No exactamente náuseas, pero el mismo tipo de sensación de que algo subía, solo que con ardor. Como si hubiera ingerido una bebida caliente, o comida realmente picante. Y una vez comenzaba, no se calmaba".

A Schneck, que ahora tiene 37 años y que vive en Madison, Wisconsin, nunca se le ocurrió buscar tratamiento de un médico. "Sabía más o menos que era acidez. Nunca se me ocurrió que podría ser algo peor", comentó. "Tampoco se me ocurrió nunca que pudiera ser algo que tuviera solución".

En vez de ello, manejaba el problema masticando pastillas de antiácido. "Nunca hice nada excepto tomar Tums", dijo. "Todos los días me tomaba por lo menos dos Tums. Experimentaba síntomas casi todos los días, y todos los días tenía que tomar Tums".

La cosa siguió así hasta 2004, cuando trabajaba en un hospital en Carolina del Norte y vio que ofrecían un ensayo clínico que conllevaba una evaluación endoscópica. El ensayo buscaba a personas con acidez crónica para evaluarles por esófago de Barrett, un efecto secundario potencial de la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) que puede llevar al cáncer.

"Me di cuenta de que no debía haber esperado tanto para buscar tratamiento", recordó Schneck.

Schneck se hizo la endoscopia, y los investigadores no hallaron daños graves. Pero le dijeron que si había estado experimentando acidez tan frecuentemente como reportaba, necesitaba tratamiento médico.

"Simplemente fui a mi médico de cabecera y le conté lo que me habían dicho", apuntó Schneck. "Me recetó Nexium por un periodo de prueba de dos semanas, y fue increíble. Sentí alivio con la primera pastilla. Esa tarde no sufrí acidez, por primera vez en muchísimo tiempo".

Schneck también comenzó a trabajar con su peso. Pesaba más de 118 kilos (260 libras) cuando comenzó a experimentar síntomas, y para 2008 pesaba más de 127 kilos (280 libras). Su madre y su hermana fueron diagnosticadas con diabetes, y después de eso decidió perder peso para reducir su riesgo de la enfermedad.

Descubrió que perder peso también tenía el beneficio añadido de aliviar su reflujo ácido. "Desde que perdí los primeros 22 kilos (50 libras), mis síntomas realmente comenzaron a reducirse", señaló Schneck. Para 2009, pudo dejar de tomar fármacos.

"Diría que ahora estoy libre de síntomas, excepto tal vez un día al mes", dijo.

¿Cuál es su consejo para los que sufran de ERGE como ella? "Busque ayuda".

"No me puedo creer que sufrí todos los días durante tanto tiempo, y nunca pensé que fuera algo que valiera la pena tratar, que valiera la pena ir al médico", lamentó.

Más información

Un artículo acompañante ofrece más detalles sobre la ERGE.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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