Beber y fumar, un dúo peligroso

Investigación sugiere que fumar exacerba el daño cerebral que el alcohol puede causar

MIÉRCOLES 25 de enero (HealthDay News/HispaniCare) -- El tratamiento del alcoholismo podría cambiar dramáticamente a medida que los investigadores aprenden más sobre la interacción entre fumar y beber alcohol, y cómo se complementan las dos adicciones para crear un efecto devastador en el cerebro.

Nuevas pruebas sugieren que el alcohol y la nicotina funcionan sobre los mismos aminoácidos inhibidores del cerebro, lo que hace que la inclinación a usarlos ambos sea doblemente fuerte. Sin embargo, los expertos piensan que esto podría significar que se podría luchar contra ambas adicciones simultáneamente, y no por separado, en el futuro.

"Si bien entre las personas que no beben, las tasas de tabaquismo son del 20 al 30 por ciento en al mundo occidental, las tasas son del 80 al 90 por ciento entre los pacientes alcohólicos", anotó Dieter J. Meyerhoff, profesor de radiología de la Universidad de California en San Francisco y organizador de un reciente simposio sobre el fenómeno.

"Hay investigaciones que sugieren que esto no es una casualidad", señaló.

Los resultados del simposio, que se enfocó en las lesiones cerebrales causadas por fumar y beber tanto por separado como en conjunto, aparecen en la edición de febrero de Alcoholism: Clinical & Experimental Research.

Tanto la genética como el ambiente parecen tener mucho que ver con ambas adicciones.

"Las drogas, incluidos el alcohol y la nicotina, podrían afectar a personas diferentes de formas diferentes, según su conformación genética", afirmó en una declaración Yousef Tizabi de la Universidad de Harvard, coautor de un artículo presentado en el seminario. "De manera similar, las interacciones entre dos drogas también reciben la influencia de factores genéticos".

Parece que el alcohol tiende a bajar el CI y a impedir el funcionamiento cerebral a largo plazo, mientras que fumar parece interferir con la cognición a corto plazo. Cuando se usa con alcohol, la nicotina exacerba el daño al liberar radicales libres y reducir el flujo sanguíneo al cerebro, explicaron los investigadores.

Escanografías cerebrales mostraron que los fumadores crónicos que son alcohólicos tenían mayor daño cerebral y una recuperación metabólica más lenta en comparación con los alcohólicos que no fumaban, apuntó Meyerhoff, aunque con el tiempo y el tratamiento, los alcohólicos recuperan el tejido cerebral.

"Entonces, en ambas adicciones, la pregunta es qué se puede hacer", señaló el Dr. Adam Bisaga, psiquiatra de adicción del Instituto Psiquiátrico Estatal de Nueva York, en la ciudad de Nueva York. "Es mucho más difícil para los fumadores abandonar el cigarrillo solos. Y los fumadores insisten frecuentemente, de manera errónea, en que los cigarrillos les ayudan a pensar más claramente".

Generalmente, se ha pensado que es demasiado pedir a los pacientes que luchen contra el cigarrillo y el alcohol al mismo tiempo, igual que se pensaba que a nadie se le debería pedir que dejara de fumar marihuana si se estaba recuperando de una adicción a la cocaína.

"Pero la evidencia empírica no confirma eso", señaló Bisaga. "Es más fácil lograr abstenerse del alcohol si se deja de fumar al mismo tiempo".

La idea actual es que cuando el paciente está en tratamiento y es una "audiencia cautiva", se deberían resolver todos los problemas, comentó. La psicoterapia puede ser efectiva para tratar adicciones múltiples, pero se necesita más trabajo.

Bisaga apuntó que, si bien se han desarrollado medicamentos para tratar el alcoholismo y el tabaquismo de manera individual, es el momento para que los científicos se concentren en medicamentos que ayuden a las personas a vencerlos ambos.

Más información

Para más información sobre los efectos del alcohol en el cerebro, visite el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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