Los problemas con el alcohol son más grandes entre los veteranos de combate que regresan

Estudios muestran que los problemas de salud mental también son más comunes después de la guerra

MARTES, 12 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Varios estudios recientes confirman que los efectos de la guerra permanecen mucho después del final del conflicto.

La edición del 13 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association es una edición de tema especial sobre la violencia y los derechos humanos. Tres estudios publicados en esa edición encontraron que varios problemas de salud mental, como el abuso del alcohol y el trastorno por estrés postraumático (TEPT) eran más comunes después de la exposición a los conflictos violentos. La única buena noticia fue un estudio que encontró que los índices de suicidio no eran mayores entre los veteranos de combate que regresaban.

El primer estudio encontró que los veteranos que volvían a casa del combate tenían 63 por ciento más probabilidades de informar sobre un alto consumo de alcohol de nuevo inicio que el personal militar que no había sido desplegado a las zonas de combate.

"Nuestro estudio encontró que el despliegue en el combate en respaldo de las guerras en Irak y Afganistán se relacionó significativamente con un alto consumo semanal de alcohol de nuevo inicio, bebida compulsiva y otros problemas relacionados con el alcohol entre el personal más joven de las reservas y la guardia después de el regreso del despliegue", escribieron los autores del estudio, que representan varias ramas del ejército de EE. UU., entre ellas el Centro naval de investigación en salud en San Diego.

"Debido a que el uso de alcohol podría servir como mecanismo de afrontamiento después de eventos traumáticos, es posible que el despliegue se relacione con a mayores índices de consumo de alcohol o problemas con la bebida", sugirieron los investigadores.

El estudio incluyó a casi 50,000 miembros de personal militar, de los cuales 26,613 estaban en servicio activo y 21,868 eran de la reserva o de la guardia nacional. La mayoría, 37,310, no fueron desplegados, mientras que 5,661 fueron desplegados, pero en áreas en que no había combate. Poco más de 5,500 fueron desplegados en zonas de combate.

Los índices de nuevo inicio de alto consumo de alcohol fueron de 8.8 por ciento después de el despliegue en combate, según el estudio. Los índices de nuevo inicio de bebida compulsiva fueron de 25.6 por ciento entre los veteranos de combate que regresaban a casa, mientras que el de problemas relacionados al alcohol de nuevo inicio fue de 7.1 por ciento.

Los soldados jóvenes estaban en el mayor riesgo de desarrollar resultados relacionados al alcohol, y los miembros de la reserva y de la guardia nacional que regresaban del combate tenían mayores índices de alto consumo de alcohol de nuevo inicio que otras ramas del ejército, según el estudio.

"Creo que probablemente este estudio es muy preciso. Como parte del proceso de regreso, las personas recurren a mecanismos de afrontamiento que son de fácil acceso, y el alcohol está fácilmente disponible, es socialmente aceptable y bastante eficaz en el alivio del estrés a corto plazo", apuntó Jeffrey T. Parsons, presidente del departamento de psicología del Colegio Hunter y del Centro de graduados de la Universidad de la ciudad de Nueva York, en esa ciudad. Parsons añadió que el uso a largo plazo de alcohol como mecanismo de afrontamiento puede llevar a varios resultados negativos.

Recomendó que los soldados que regresan intenten reconstruir de inmediato sus redes de apoyo. Parsons señaló que si el despliegue ha durado mucho tiempo, los amigos y familiares pueden haberse mudado o simplemente distanciado. Aconsejó "rodearse de la gente con quien se pueda hablar y establecer un sistema de respaldo que tenga que ver con un bar".

Parsons añadió que ser un soldado no significa que no se puedan tener emociones, y que pedir ayuda no es señal de debilidad. También agregó que este estudio tal vez provoque campañas de concienciación para el personal militar que podrían "tener un inmenso efecto y podría llevar a la gente a buscar tratamiento". Apuntó que si los militares desarrollan algún tipo de evaluación psicológica rutinaria para los veteranos que regresan, "sería una indicación real y clara de que valoran y respetan la contribución de esta gente".

Otro estudio, este publicado como una carta en la misma edición de la revista, ofrece algunas buenas noticias sobre la salud mental de los veteranos de combate que regresan. Ese estudio encontró que no había diferencias estadísticamente significativas en los índices de suicidio entre los veteranos de EE. UU. que regresaban de Irak o Afganistán y la población de EE. UU. en general.

Dos estudios más de la misma edición evaluaron a ex niños soldados de Nepal y a personas que lucharon en las guerras civiles de Liberia que experimentaron violencia sexual. En ambos grupos, los investigadores encontraron mayores índices de síntomas de TEPT y depresión. Los pensamientos suicidas también fueron más comunes entres los liberianos que habían sido expuestos a violencia sexual.

Más información

Para más información sobre el abuso del alcohol, visite el National Institute of Alcohol Abuse and Alcoholism.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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