Los nuevos dilatadores se asocian con un riesgo poco común de ataque cardiaco

Y puede aumentar si la terapia anticoagulante se suspende

JUEVES 21 de octubre (HealthDayNews/HispaniCare) -- Cardiólogos holandeses advierten que los nuevos dilatadores recubiertos de fármacos implantados para mantener las arterias abiertas pueden aumentar el riesgo de ataque cardiaco posterior si un paciente deja de tomar medicamentos para prevenir los coágulos, como la aspirina, así sea por un período corto.

Cuatro pacientes con lo que formalmente se llaman dilatadores liberadores de fármacos tuvieron ataques cardiacos el año pasado cuando dejaron de tomar medicamentos para prevenir los coágulos, según señala un informe aparecido en la edición del 23 de octubre de The Lancet realizado por médicos del Centro Médico Erasmus de Rótterdam.

Este informe deja a los cardiólogos con una especie de acertijo, ya que la nueva terapia con fármacos dirigida hacia prevenir que las plaquetas de la sangre causaran coágulos se suspende únicamente temporalmente para prevenir hemorragias cuando el paciente debe someterse a algún tipo de cirugía, aseguró el Dr. Andrew Ong, autor del estudio, becario de investigación del Erasmus.

"No es una práctica común suspender la terapia", aseguró Ong. "Pero un médico que está a punto de operar recomendará que se suspenda la terapia antiplaquetas".

Es un asunto de creciente importancia, pues más de 1.5 millones cada año reciben dilatadores, los cuales son tubos flexibles implantados cada año para mejorar el flujo sanguíneo de la arteria coronaria.

"Estamos utilizando cada vez más dilatadores liberadores de fármacos, así que necesitamos saber qué es capaz de hacer el dispositivo", aclaró Ong.

Se trata de una práctica estándar prescribir tanto un medicamento antiplaquetas de venta bajo fórmula médica como clopidogrel (Plavix) y una aspirina durante varios meses luego de que se implanta un dilatador y luego continuar con aspirina indefinidamente, explicó el Dr. Mark J. Eisenberg, profesor asociado de medicina de la Universidad McGill de Montreal, quien escribió un editorial acompañante.

"Es algo poco usual que le pida a alguien que deje de tomar aspirina", continuó Eisenberg. "Sucede quizá en uno de cada 100 pacientes".

Pero supongamos que se encuentra que un paciente tiene cáncer o alguna otra afección para la que necesite una cirugía, dijo. "Se hace la cirugía, pero, ¿qué se hace con la aspirina? Generalmente, se suspende por unos cuatro días. El paciente puede estar entonces en mayor riesgo de ataque cardiaco debido al dilatador".

Así que, paradójicamente, se le puede recomendar a algunos pacientes que se hagan implantar un dilatador sin fármacos, a pesar de que el que sí los tiene es más eficaz para mantener las arterias abiertas incluso a largo plazo, relató Eisenberg.

"Si se sabe que el paciente necesitará una cirugía de reemplazo de cadera en dos meses, será mejor para éste que se le implante un dilatador sin fármacos", aseguró.

El asunto es tan nuevo que "no hay una estrategia para enfrentarlo", explicó Eisenberg. Hay una diferencia en el riesgo de ataque cardiaco cuando se suspende la terapia con aspirina en un paciente que tenga un dilatador con fármacos que cuando se hace en otro que no lo tenga, "pero no sabemos cuál es", aclaró.

En una declaración, el Dr. Patrick W. Serruys, profesor de medicina del Erasmus y autor principal del informe, recomendó no bajar la guardia.

"A medida que se empiece a hacer más común el uso de dilatadores liberadores de fármacos, hace falta un seguimiento cuidadoso a largo plazo de aquellos pacientes en los que sea necesario usar dichos dilatadores para evaluar la verdadera tasa de [coagulación por] trombosis tardía", dijo Serruys.

Más información

Para saber más acerca de los dilatadores, consulte la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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