Una mala 'sincronización' del cerebro es una posible señal de autismo

La incapacidad de los hemisferios derecho e izquierdo de comunicarse podría ser un marcador precoz, afirman investigadores

MIÉRCOLES, 22 de junio (HealthDay News / www.HolaDoctor.com) -- Investigadores que buscaban un indicador precoz del autismo afirman que han descubierto una posibilidad promisoria: una discapacidad en la habilidad de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro de comunicarse entre sí.

En el estudio, los investigadores hicieron escáneres del cerebro (IRMf) de 29 bebés dormidos con autismo, 30 niños que se desarrollaban con normalidad, y 13 que tenían retrasos significativos en el lenguaje, pero no autismo. Todos tenían entre uno y cuatro años de edad.

Los escáneres mostraron que las áreas de lenguaje de los hemisferios izquierdo y derecho de los cerebros de los bebés autistas estaban menos "sincronizadas" que en los hemisferios de los niños normales y los niños con otros retrasos en el lenguaje.

Mientras más débil era la sincronización, más graves eran las dificultades de comunicación de los niños autistas.

"Nadie sabe en realidad por qué la sincronización es importante, pero claramente es un fenómeno robusto aparente en los cerebros de animales y humanos de todas las edades", señaló el autor líder del estudio Ilan Dinstein, neurobiólogo del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, Israel, y miembro del Centro de Excelencia en el Autismo de la Universidad de California, en San Diego.

"La teoría principal es que es importante para la comunicación adecuada entre distintas áreas del cerebro", añadió Dinstein. "Se piensa que esa comunicación es esencial para una función normal del cerebro, y para una conducta normal".

El estudio aparece en la edición del 23 de junio de la revista Neuron.

La sincronización neural se refiere a la coordinación del momento de la actividad neural en distintas áreas del cerebro, explicó Dinstein. En un cerebro normal, las neuronas de distintas áreas que pertenecen a un sistema con una función particular, como la visión o el lenguaje, siempre están sincronizados, incluso durante el sueño.

"El cerebro siempre está activo, incluso cuando se duerme. Así que se puede evaluar la sincronización tanto durante la vigilia como durante el sueño", comentó Dinstein.

Imagínese una serie de bombillas en el mismo circuito, explicó el Dr. Gary Goldstein, presidente y director ejecutivo del Instituto Kennedy Krieger de Baltimore, quien no participó en la investigación.

En los cerebros de los niños que se desarrollan con normalidad y los niños con dificultades del lenguaje, las bombillas en los circuitos oscilan, o sea, dan más o menos luz en los hemisferios derecho e izquierdo al mismo tiempo. En los niños con autismo, los hemisferios no están sincronizados. Los circuitos del lado izquierdo se encienden más, y los del derecho se apagan un poco.

Específicamente, los investigadores encontraron diferencias en la comunicación del giro frontal izquierdo e inferior derecho, que tiene que ver con el habla, y del giro temporal superior, que tiene que ver con el lenguaje receptivo, o sea, la comprensión de lo que la gente dice, señaló Goldstein.

Los investigadores dijeron que los hallazgos podrían ayudar en la búsqueda de métodos para evaluar el autismo incluso antes de que aparezcan síntomas obvios.

"La idea es que nuestra medida sería una de varias desarrolladas en los próximos años, que en conjunto proveerían una buena precisión en la identificación del autismo en bebés extremadamente pequeños", comentó Dinstein. "Tener medidas biológicas para el diagnóstico del autismo revolucionaría el campo".

Goldstein dijo que es poco probable que se use la IRMf para diagnosticar el autismo. La mayoría de hospitales no cuentan con el equipo. Es costoso, lleva mucho tiempo e interpretar las imágenes conlleva una capacitación extensa, señaló.

Aún así, el estudio es interesante, ya que encaja con la investigación genética que ha identificado a más de veinte genes para el riesgo de autismo. "En gran parte, esos genes codifican proteínas que hacen que las sinapsis, o conexiones entre neuronas, funcionen", comentó Goldstein. "Estos investigadores buscan el próximo paso, que son los circuitos o conexiones entre las regiones del cerebro".

Sería interesante estudiar si la terapia de aprendizaje y conductual puede cambiar esos patrones, añadió.

Geraldine Dawson, directora científica de Autism Speaks, dijo que el estudio añade a la evidencia de que el autismo podría ser, al menos en parte, "un síndrome de desconexión en el desarrollo". Investigaciones anteriores también habían encontrado problemas de conectividad entre las distintas regiones del cerebro en el autismo.

"Esto ayuda a explicar por qué las personas autistas tienen problemas con las conductas complejas, como la interacción social y el lenguaje, que requieren actividad coordinada entre varias regiones del cerebro", apuntó Dawson. "Este estudio sugiere que una conectividad neural fallida es una característica precoz del autismo, y ayuda a explicar algunos de los síntomas que surgen en los primeros años de vida. Incluso los gestos y los juegos sociales tempranos requieren de una actividad coordinada entre varias regiones cerebrales".

Más información

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular de EE. UU. ofrece más información sobre el autismo.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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