La seguridad es lo primero el cuatro de julio

Las lesiones por fuegos artificiales son una parte indeseable de las celebraciones del día de la Independencia

DOMINGO 2 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Es un recuerdo de la infancia que muchos comparten en los EE.UU., reunirse con los amigos y la familia para lanzar algunos fuegos artificiales comprados en una tienda para celebrar la independencia del país.

Pero aunque el olor penetrante de la pólvora quemada y la estridencia de los cohetes podrían inspirar nostalgia, ésta es una tradición que, según los expertos, debería desaparecer.

Y ahora que estamos en este largo fin de semana, los expertos advierten que uno estará más seguro si no está rodeado de fuegos artificiales.

"Deje que sean los profesionales quienes los usen. Esa es la moraleja", sostuvo el Dr. Joseph Miller, profesor asociado de oftalmología de la Universidad de Arizona en Tucson y presidente del comité asesor pediátrico de Prevent Blindness America. "Vaya a un espectáculo de fuegos artificiales. No trate de usarlos usted mismo", sugirió Miller.

Los grupos de seguridad como la National Fire Prevention Association creen tan intensamente en ese mensaje que se rehúsan a ofrecer consejos de seguridad sobre el manejo de los fuegos artificiales porque dichos consejos podrían interpretarse como el respaldo de su uso.

"No damos ningún consejo de seguridad para el uso de la pólvora porque no consideramos que la gente la debería estar usando", declaró Lorraine Carli, vocera de la asociación para la prevención de incendios.

Los fuegos artificiales causaron unas 9,600 lesiones que fueron tratadas en salas de emergencia de los EE.UU. en 2004, según la información recopilada por la U.S. Consumer Product Safety Commission. Eso reflejó un aumento de 300 casos en comparación con el año anterior.

Dos de cada tres lesiones tuvieron lugar dos semanas antes y después del 4 de julio, según el informe de la comisión.

Las manos fueron las partes que con mayor frecuencia resultaron afectadas, con 2,200 casos en 2004. Los ojos, la cabeza y la cara fueron los siguientes lugares más comunes para la lesiones, con 1,400 casos cada una.

Para empeorar las cosas, los niños que se maravillan con la brillantez y resonancia de los fuegos artificiales son los que primero terminan en la sala de emergencias.

Cerca del 40 por ciento de las lesiones con fuegos artificiales de 2004 tuvieron lugar en niños de 15 años o menores. Los niños entre 5 y 9 años tienen el índice de lesión más alto, de 30 por ciento.

"Cuando se examinan el número de lesiones y de quemaduras, no son para nada seguros", comentó Carli. "Si usted jugaba con fuegos artificiales de niño y no tuvo ninguna lesión, tuvo suerte".

Los niños son tres veces más propensos que las niñas a resultar lesionados por fuegos artificiales. "Los niños sienten más curiosidad para jugar con pólvora que las niñas", explicó Carli.

Los expertos también advierten que pedirle a los niños que sean simplemente observadores mientras los adultos se encargan de los fuegos artificiales no garantiza su seguridad. Esta información muestra que los observadores resultan lesionados con mayor frecuencia que las personas que los encienden.

"No es sólo usted quien sufre heridas", aseguró Miller. "Es alguien que no estaba jugando con pólvora pero que estaba cerca".

Los cohetes son los fuegos artificiales más peligrosos y causan cerca de la cuarta parte de todas las lesiones, según la Consumer Product Safety Commission.

"Los voladores (cohetes de botella) son los peores, en mi experiencia", aseguró Miller. "Parecen pequeños y lindos, pero en realidad pegan muy fuerte. Los niños tienden a jugar con ellos apuntándose entre sí y luego disparándolos".

Después están los petardos (buscapiés), que causan más o menos una de cada cinco lesiones. Los petardos ilegales, los que son tan fuertes que la ley federal los prohíbe, causan otro 14 por ciento del total de lesiones.

Incluso los que parecen seguros, como las bengalas (varitas de chispas), lucecitas centelleantes (fountains), serpientes, serpentinas (party poppers) y ruedas giratorias (ground spinners) también causan daños y destrucción. Las luces de bengala (varitas de chispas), las lucecitas centelleantes y otras novedades relacionadas son responsables en conjunto de la cuarta parte de las lesiones por fuegos artificiales de las salas de emergencia, el mismo porcentaje de los voladores (cohetes de botella).

Las luces de bengala (varitas de chispas) son particularmente seductoras porque parecen inofensivas, aunque pueden alcanzar hasta 1,800 grados Fahrenheit (982 grados centígrados). Eso equivale a tres veces la cantidad de calor necesaria para encender madera y puede causar quemaduras espantosas. Las luces de bengala (varitas de chispas) causan tantas lesiones como la pólvora ilegal, cerca del 14 por ciento.

"Son hermosas, pero calientes", recalcó Miller. "Buena parte de las quemaduras se producen con las bengalas".

Las propiedades también están en riesgo con los fuegos artificiales, según la National Fire Prevention Association. En 2002, se informó sobre 3,000 incendios en vehículos o edificaciones iniciados por fuegos artificiales, la última cifra en un crecimiento de cuatro años de este tipo de incendios. Los incendios causaron lesiones en 60 personas y $29 millones en daños a propiedades.

Si todavía necesita más razones para convencerse, piense en lo siguiente. La mayor parte del daño físico causado por los fuegos artificiales es permanente y deja cicatrices y secuelas duraderas en las víctimas.

"Me acuerdo de haber conocido a un aspirante a la facultad de medicina que había perdido su mano jugando con fuegos artificiales cuando era niño", comentó Miller. "Pueden tener consecuencias con las que tendrá que enfrentarse el resto de la vida".

Más información

Para mayor información, visite los U.S. National Center for Injury Prevention and Control.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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