¿Se necesita regulación del creciente mercadeo médico?

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MARTES, 8 de enero de 2019 (HealthDay News) -- Si enciende la televisión durante el horario de máxima audiencia, es probable que vea un anuncio sobre la artritis o las pastillas para la impotencia, y quizá sobre un centro oncológico. Los anunciantes gastaron casi 10 mil millones de dólares en el mercadeo de medicamentos recetados y servicios médicos para el público estadounidense en 2016, cinco veces más de lo que invirtieron 20 años antes, encuentra un estudio reciente.

Los expertos señalaron que los resultados plantean preguntas sobre la influencia de la publicidad en la forma en que los estadounidenses consideran su salud y toman decisiones relacionadas con la atención de la salud.

El estudio analizó las tendencias en el "mercadeo médico" entre 1997 y 2016, y observaron los anuncios en televisión y digitales, en los medios sociales y más.

El mercadeo médico incluye los anuncios dirigidos a los consumidores: muchos son para medicamentos recetados, pero otros publicitan tratamientos, pruebas y varios servicios ofrecidos por hospitales, clínicas y otros proveedores de salud. También incluye el mercadeo para los médicos que realizan las compañías farmacéuticas y los fabricantes de pruebas de laboratorio.

El estudio encontró que en 2016 estos anunciantes gastaron casi 30 mil millones de dólares en mercadeo para los profesionales y el público. Esto representó un aumento de dos tercios respecto a 1997, cuando esa cifra fue de 17.7 mil millones de dólares.

Y aunque las compañías siguen gastando más dinero para convencer a los proveedores, el gasto en los anuncios para el consumidor aumentó a un ritmo mucho mayor, al pasar de 2.1 mil millones de dólares en 1997 a 9.6 mil millones en 2016. Los hallazgos aparecen en la edición del 8 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.

"Se trata de una cantidad impresionante de dinero, y se debe a que las compañías saben que funciona", comentó el coautor del estudio, el Dr. Steven Woloshin, profesor en el Instituto de Salud Pública y Prácticas Clínicas de la Universidad de Dartmouth.

El problema, dijo Woloshin, es que por naturaleza, los anuncios les dicen a los consumidores que el producto es "bueno". Los anuncios de los medicamentos recetados mencionan los efectos secundarios (por ejemplo, rápidamente en una voz en off durante un anuncio de televisión), pero no cuantifican los beneficios versus los riesgos.

"Las personas no se dan cuenta de que aunque un fármaco esté aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) [de EE. UU.] podría tener solo una efectividad marginal", dijo Woloshin.

Los anuncios tampoco mencionan las alternativas para tratar una afección en particular, que podrían ser más baratas y sin fármacos, anotó.

"Eso no quiere decir que el mercadeo siempre sea malo", apuntó Woloshin.

Podría ayudar a aliviar el "estigma" vinculado con afecciones como el VIH o la depresión, dijo, o ayudar a las personas a recibir las pruebas o tratamientos adecuados.

Pero también está el otro lado: un exceso de diagnóstico y de tratamiento.

Woloshin mencionó un estudio en que los investigadores pidieron a actores que fueran a médicos de atención primaria y presentaran síntomas de depresión mayor o de un trastorno de adaptación. Algunos pidieron específicamente un antidepresivo, citando algo que habían visto en la televisión.

El resultado: las personas que pidieron un medicamento fueron más propensas a recibirlo, incluso cuando no reportaran síntomas de depresión.

"El mercadeo puede conllevar beneficios, pero también daños", advirtió Woloshin. "Por eso necesitamos una regulación firme".

Pero el estudio encontró pocas evidencias de que la regulación se haya mantenido al ritmo de la explosión en el mercadeo. Según Woloshin, la FDA ha tomado ciertas medidas en años recientes, para reducir el mercadeo de las pruebas genéticas no aprobadas que prometen revelar el riesgo de desarrollar varias enfermedades.

Pero el público podría sorprenderse de la poca supervisión reguladora que existe, dijo Meredith Rosenthal, profesora de economía de la salud en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

"No dé por sentado que un anuncio ha sido revisado y autorizado por la FDA", indicó Rosenthal, coautora de un editorial publicado junto con el estudio.

La FDA puede actuar cuando el contenido de un anuncio viola la ley, anotó. Pero no aprueba cada anuncio.

En teoría, dijo Rosenthal, los médicos son la "protección" que disuade a los pacientes de los tratamientos inadecuados, aunque los pidan. Pero anotó que el mercadeo también se dirige a los médicos, o que ellos pueden anunciar sus propios servicios.

Además, apuntó Woloshin, aunque los médicos intenten convencer a los pacientes de que los cambios en el estilo de vida, por ejemplo, son una mejor opción, pueden al final luchar por una causa perdida.

Por ahora, él y Rosenthal sugirieron que el público considere a los anuncios médicos con una dosis saludable de escepticismo.

Esto incluye a las "campañas de concienciación sobre las enfermedades", que con frecuencia son financiadas por las compañías farmacéuticas, advirtió Woloshin.

Una vez más, apuntó Woloshin, ese tipo de mercadeo puede tener beneficios, pero también hacer daño cuando las campañas intentan ampliar la definición de una enfermedad y "medicalizar" la experiencia normal. Citó a la "testosterona baja" como un ejemplo.

"Algunas personas dicen que deberíamos prohibir [el mercadeo médico]", añadió Woloshin. "Pero eso no sucederá, debido a la Primera Enmienda. Lo que necesitamos es una regulación más firme".

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. ofrece una guía para los consumidores sobre la publicidad de los medicamentos recetados.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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