Combatir la sensación de mareo después de una cirugía

Un nuevo estudio podría cambiar las prácticas de los hospitales y reducir las náuseas posquirúrgicas

MIÉRCOLES 9 de junio (HealthDayNews/HispaniCare) -- Si alguna vez se ha sometido a una cirugía que requiriera anestesia, es posible que las náuseas y los vómitos formaran parte de su proceso de recuperación. De hecho, los pacientes quirúrgicos generalmente clasifican el malestar estomacal posquirúrgico como más estresante que el dolor posquirúrgico.

Sin embargo, un nuevo estudio (el más grande que se ha hecho sobre el tema) encuentra que hay maneras más económicas y efectivas para disminuir las náuseas posquirúrgicas.

El estudio también podría ayudar a solucionar la controversia que rodea el uso del droperidol, un económico medicamento contra las náuseas que durante mucho tiempo ha sido sujeto a una advertencia de seguridad de la FDA que la mayoría de anestesiólogos afirma que no tiene fundamento.

Los hallazgos "ofrecen por primera vez a los médicos evidencia realmente fuerte sobre cómo seleccionar metodologías contra las náuseas y el vómito para pacientes individuales, de acuerdo con su riesgo", explicó el líder del estudio, el Dr. Christian Apfel, profesor de anestesiología de la Universidad de Louisville, Kentucky.

El estudio, que involucró a más de 5,000 pacientes quirúrgicos seleccionados de hospitales en toda Europa, aparece en la edición del 10 de junio del New England Journal of Medicine.

Los expertos estiman que alrededor de uno de cada tres pacientes que se someten a cirugía que requiera anestesia experimentará náuseas en las horas o días posteriores a la operación. Gran parte de la responsabilidad por estas náuseas tiene que ver con el tipo de anestesia o analgésico usado, entre los que se destacan como principales culpables los medicamentos opiáceos, como la morfina. Las cirugías abdominales y ginecológicas parecen conllevar los más altos riesgos de vómitos posquirúrgicos, dijo Apfel.

Pero las características del paciente también cumplen una función importante, añadió Apfel.

"El sexo femenino, el no fumar, una historia previa de náuseas o vómito y el uso de opiáceos luego de la cirugía" son factores que aumentan el riesgo del paciente de sufrir náuseas posquirúrgicas en cerca del 20 por ciento cada uno, apuntó Apfel. Usando estos cuatro factores, su equipo ideó una "puntuación de riesgo" de náuseas que facilita a los doctores darse cuenta de qué pacientes necesitarán medicamentos contra las náuseas.

"Si el riesgo es bajo (digamos de 10 por ciento) muy pocos de esos pacientes se beneficiarían de la prevención", explicó. "Pero si el riesgo es algo (digamos de 60 u 80 por ciento), entonces es necesaria".

¿Y qué medicamentos funcionan mejor? Afortunadamente para los hospitales de hoy en día, siempre concientes del presupuesto, las combinaciones de medicamentos que incluían medicamentos genéricos baratos como el droperidol o dexametasona funcionaron tan bien para prevenir o aliviar las náuseas como los medicamentos de marca que cuestan 10 veces más, según los investigadores.

Este hallazgo llevó al equipo de Apfel a recomendar que, si todas las condiciones son iguales, "los [medicamentos contra las náuseas] más seguros o menos costosos deben ser usados primero".

El estudio podría afectar el uso del medicamento genérico contra las náuseas droperidol, el cual muchos anestesiólogos creen que ha sido injustamente clasificado como inseguro durante mucho tiempo por la Food and Drug Administration.

El droperidol se introdujo por primera vez hace 30 años como un medicamento usado en dosis muy altas para calmar a los pacientes psiquiátricos, pero reportes aislados de problemas cardiacos en esos pacientes llevó a la FDA a colocar una advertencia de "caja negra" en el empaquetamiento del medicamento.

La advertencia es "ridícula", dice el Dr. Paul White, jefe de anestesiología del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas, quien también escribió un comentario sobre el estudio de Apfel en la misma edición del boletín.

Cuando se trata de la dosis mucho menor usada por los anestesiólogos, "no ha habido ni un solo caso reportado sobre problemas cardiacos asociados con el droperidol" en más de 30 años, dijo White.

Apfel se mostró de acuerdo. "Las dosis son minúsculas. Todos los expertos están de acuerdo en que la advertencia de caja negra no está realmente justificada", dijo. "Es una exageración".

Pero mientras la advertencia de caja negra continúe, los hospitales y los médicos continuarán evitando el medicamento debido a asuntos legales y también porque la etiqueta exige que los pacientes se hagan costosas pruebas de ECG de antemano.

Mientras tanto, los hospitales, que están cortos de dinero, están usando alternativas no genéricas altamente costosas.

"Es un asunto muy importante cuando se considera cómo se gasta el dinero destinado a la atención de la salud", apuntó White.

Pero la escala misma del estudio de Apfel podría cambiar todo. El droperidol ya está ganando lentamente su espacio en las farmacias de los hospitales, anotó White.

"Esperamos que el estudio también influya sobre los reguladores de Washington, D.C., que hicieron que fuera difícil usar el droperidol, el cual ahora sabemos que es un medicamento muy rentable", añadió.

Más Información

La American Society of Anesthesiologists tiene más detalles sobre qué esperar antes y después de una cirugía.

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